Juan Carlos Maldonado
“Tengo un hijo de 4 años con una discapacidad, necesita una leche especial y no se la puedo dar”
Jesús Milagro tiene 4 años; nació con una discapacidad severa y anda en un cochecito desvencijado. Allí duerme desde que nació, prematuro, a los 5 meses. No habla y apenas se mueve. Tiene los ojos bien abiertos y una sonda en la boca, a través de la cual lo alimentan con leche (cuando tienen).
Vive con sus padres, Juan Carlos Maldonado (32) y Griselda García (35), en la Misión Cevilar, a 7 kilómetros al sur de Tartagal. Son desocupados, no tienen animales de qué alimentarse y, como si fuera poco, deben criar a otros 5 hijos, todos chagásicos y uno de ellos, de 14 años, desnutrido. “No tenemos medicamentos, el agente sanitario pasa, con suerte, una vez por mes”. De vacunas ni hablar.
Viven debajo de un toldo negro de plástico, con dos “paredes” también de plástico negro, sin baño y sin cocina. Duermen los 8 juntos en restos de colchones en el suelo. Están expuestos a cualquier cosa: picadura de vívoras, mordeduras de ratas, vinchucas.
“Ni cama tenemos. Jesús necesita una leche especial y no se la puedo dar”, cuenta Juan Carlos y muestra la sonda con el recipiente de plástico usado, sucio, tapado de tierra, en donde le dan, cuando tienen, leche al niño. “El intendente nos prometió cama para él, pero no nos dio nada”.
Apenas se le escucha la voz, más bien parece un ruego. Ni fuerzas para reclamar le quedan a este hombre de apenas 32 años, pero que parece un anciano.
“Juan Armando (su otro hijo de 14 años) está desnutrido, necesita unas pastillas para la infección de la boca y para el chagas”, cuenta el joven.