CONTAMELO OTRA VEZ Dieron el sí por azar y ahora aconsejan casarse
Era el día 25 de octubre de 2016. Ana Paula Baltz (37) ve en la red Facebook una publicación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que anuncia un sorteo para casarse en el Teatro Colón. Gratis.
“¿Nos anotamos?”, le preguntó en tono de chiste a su novio. Ella, “ya con 34 años” -como sonaría la voz del mandato-, no tenía pensado casarse con ese chico de Ituzaingó con el que salía desde 2002. A Pablo Caron, de 41, tampoco lo “corría” entonces el tema, con la chica de Tandil.
Pablo es docente e investigador en Ingeniería en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Ana Paula es Licenciada en Relaciones Públicas y trabaja en el área de Comunicación de una importante empresa.
Sin vueltas: los dos creían que nunca se iban a casar. Ni entre si ni con otros. Pero “dale”, contestó él. Llenaron el formulario, lo enviaron y ganaron el sorteo.
¡Felicitaciones! Necesitamos que nos confirmen hoy si se casan o no.
“Agendate el 5 de diciembre”, le escribe Pablo en un mensaje que ella lee cinco horas después en la pantalla de su celular. “¿Me estás jodiendo?” , lee él.
Así, pasan a la historia como la primera camada de parejas en dar el sí en puntos emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires, y una de las únicas 12 que pudieron hacerlo en el teatro más importante del país.
Desde entonces hasta ahora, la propuesta del Gobierno porteño se centra en trasladar la dependencia donde se celebran estas uniones del tradicional Registro Civil a sitios icónicos. Hoy ya no se puede en el Colón y el costo de dar el sí, por ejemplo, en el Rosedal de Palermo, es de $ 10.200.
De las 278 ceremonias por civil realizadas en sitios emblemáticos de la Ciudad durante el año pasado, 111 fueron en el Rosedal. Los dos siguientes más elegidos fueron el Jardín Japonés y la Glorieta de Belgrano.
Lo de casarse en el Teatro Colón -como le pasó a la pareja de esta nota- fue entonces, el premio mayor de los otorgados por la Ciudad. Ellos hicieron saltar la banca.
Todos sus invitados estuvieron en el Salón Dorado, perfecto, el de las columnas con láminas de oro (foto).
Ana Paula y Pablo fueron la pareja número 10 de las 12 ganadoras de una lista donde se inscribieron más de 4.500 novios.
No había vestido. No había traje. No había salón. No había expectativa de casamiento. “¿Lo hacemos igual?” , le dijo él. “Dale”, contestó ahora ella.
Tres años después, en estos días donde muchos celebran el Día de de los Enamorados o de San Valentín, fecha preferida para toda la unión romántica, esta pareja percibe de una manera distinta lo de tener o no tener la libreta roja. “Ante la duda, hay que casarse”, dicen .
Pero volvamos al sorteo. “Podemos llamar y decir que no, eh. Qué sé yo... puede haber un montón de novios desesperados por casarse y nosotros estamos sacandoles un lugar ”, recuerda ella. Había que reconfirmar el premio ese mismo día.
Iban 14 años de noviazgo. Se entendían sin hablar. “Esta experiencia la tenemos que pasar”, concluyeron. Y la pasaron. Cuando avisaban a los invitados con el speech de “Ganamos un sorteo...”, los interrumpían. “¿Dónde se van?” o “¿Qué auto es?”, preguntaban. Ahí empezaban a explicar. Entendían lo del sorteo. No por qué se anotaron.
“Fue una locura. A mamá la tuve que llamar. No entendía nada cuando se lo dije por men
saje. Cuando se lo empecé a contar por teléfono se quedó muda”, dice Ana Paula. “Todos tenían asumido que no nos íbamos a casar”, confirma Pablo.
Después, volvieron a tener suerte. Eran 12 parejas a casarse en el Colón en la misma fecha. Definir el horario de cada una también quedaría en manos del azar.
“Metimos la mano en la bolsa con papelitos y sacamos el turno de las 14. ¿Imaginá si nos toca a las 8 de la mañana? Iba a ser un bajón. No iba a llegar ningún invitado a tiempo o todos dormidos ”, recuerdan a Clarín.
La fiesta se organizó “en tiempo récord”, en una quinta. Sólo para los íntimos y el código de vestimenta era bermudas y ojotas . Así los recibía el novio.
¿En tiempos en los que “los jóvenes se casan menos” -como diría la voz de las estadísticas-, aconsejan casarse? “A nosotros nos estresaba estar pensando un año en el proceso de casarse. Nos fuimos a vivir juntos a Belgrano en marzo de 2011... nos tomamos nuestro tiempo. Y ahora te puedo afirmar que, ante la duda, hay que casarse”.
“En cuanto a la convivencia y al día al día, es exactamente lo mismo. Pero sí me parece que no ‘da lo mismo’. Es como que diste un paso
más y ese compromiso que tenías, no sé si es la palabra -avisa Ana-, tiene más ‘valor’. Es algo que a ese vínculo lo rubrica “.
” La experiencia está buenísima. Es hermosa.
Bueno, en realidad yo puedo decir como dice la mayoría hoy en día: ‘¿Para qué?’. Y mirá, esto comenzó como un juego, un chiste, y terminó siendo real. Si. Ante la duda, mejor es casarse ”, repite también ella.
El tercer golpe de suerte, como lo llaman ellos, llegó hace un año y nueve meses. Se llama Joaquín.
No planeaban casarse. Pero en 2016 se enteraron de un sorteo para hacerlo en el Colón, se anotaron, y los eligieron junto a otras 11 parejas.