Aldosivi fue más práctico, ganó y se anima a soñar con seguir en Primera
Huracán fue la otra cara de la moneda: la de un equipo sin alma que lleva diez partidos sin triunfos.
De repente, Huracán se deshace. Porque no tiene suerte, porque no juega del mejor de sus modos. Y pierde de local por 2 a 0 contra un Aldosivi pragmático, intenso, capaz de defender bien y de golpear.
La última escena, con enojos de los tres costados ofrecidos por el Tomás Adolfo Ducó, fueron un síntoma: algo no está bien en el club de Parque de los Patricios. Hubo insultos para la Comisión Directiva que participó del último ascenso y de los últimos dos títulos (la Copa Argentina de 2014 y la Supercopa que se disputó en 2015 y que también derivó en otro otro título, justo frente al River de Gallardo) y para un arquero, Antony Silva (internacional por Paraguay), que poco tuvo que ver con las derrotas recientes.
Es raro.
Lo contó un plateísta al paso. En la Alcorta. “Siempre lo mismo: somos autodestructivos”, señaló.
Huracán parece eso. Cuando intenta ofrece un espacio de reconstrucción, pronto se autodestruye. El equipo de Damonte es un rompecabezas.
Es cierto como atenuante: le faltaron tres de sus lesionados (Salcedo, Briasco y Garro).
Para explicar el presente incómodo del equipo que aún no ganó con Damonte y lleva diez partidos sin hacerlo (la última victoria fue en el clásico con San Lorenzo, con Néstor Apuzzo como entrenador) no basta con hablar del poco juego asociado que propone o la falta de puntería de sus futbolistas.
Ayer tuvo varias ocasiones de gol. Y llegó fuerte: pegó dos tiros en los palos e hizo figura a Pocrnjic , el arquero de Aldosivi. Una actuación colosal, para seguir aplaudiendo por toda la Superliga.
Tras un mejor arranque de Huracán, Aldosivi encontró el gol en una jugada aislada, con un remate de Becker que no pudo manotear Silva. El arquero fue la contracara del de Aldosivi porque prácticamente le convirtieron las dos veces que le patearon.
Cuando Maciel se fue expulsado en el arranque del complemento pareció que Huracán reaccionaría, pero al toque llegó el 2-0 de Federico Gino y los rumores de bronca se apoderaron del Palacio. Y aunque Huracán hizo méritos para, al menos, descontar, al desinflado equipo no le sale nada.
Todo lo que sucedió después se pareció a un sacrificio. Huracán jugó sin nada. El equipo de los pibes ofreció poco, lo que podía. Y perdió.
Lo de Aldosivi es otra historia. Va por lo que puede. Intenta. Salir de la zona de descenso de visitante no es poco. Y a eso jugó.
Los detalles de la historia tienen que ver con una cuestión clave: entender a un equipo como un equipo. Por eso ganó el marplatense. Los golazos de Becker y Gino fueron el decorado de un conjunto que ahora se anima. Que va por lo que más le interesa: seguir en Primera.
Del otro lado, bajo el cielo de Huracán, la incomodidad sucede. Y lastima. ■