Clarín

Otro salto mundial para Duplantis

- Luis Vinker lvinker@clarin.com

En tan sólo una semana el joven atleta sueco Armand Duplantis –popularmen­te conocido como Mondo y, para muchos, el “Mozart” de su deporte- rompió en dos oportunida­des el record mundial de salto con garrocha. Primero lo había hecho el 8 en Torun, la ciudad polaca de Copérnico, donde alcanzó los 6,17 metros, y ayer fue en el estadio Emirates de Glasgow, donde llegó hasta los 6,18 por lo que la “barrera estratosfé­rica” de los 6,20 quedó ahí, muy cerca.

Duplantis consumó su nueva hazaña en otra fecha del circuito de World Athletics en la que superó al campeón del mundo, el estadounid­ense Sam Kendricks, quien se quedó esta vez en los 5,75 (tiene 6,06 como su mejor marca personal).

En 2015 se proclamó campeón mundial U18 en Cali con 5,30 metros. Y al año siguiente, ya en el Mundial junior (U20), se llevó la medalla de bronce con 5,45 metros. A partir de allí el ascenso fue imparable llevando al asombro a los atletas mayores que ya estaban protagoniz­ando la mejor época de la especialid­ad desde la ausencia de Sergey Bubka.

Su físico no impresiona ya que mide 1,81 metros y pesa 79 kilos, lo que parece poco para llevar, sostener y aplicar su garrocha de fibra de vidrio que le fabricaron especialme­nte en Carson City. Sin embargo, su velocidad, su aceleració­n al tomar el cajón de saltos y su agilidad en la altura son impresiona­ntes. Y todo parece tan natural en él.

Más allá de las cuestiones técnicas, Duplantis puede devolverle al atletismo un poder de convocator­ia que parece perdido desde el retiro de Usain Bolt, aun cuando se trata de disciplina­s totalmente distintas. Desparpajo, carisma y una ductilidad en el salto asombrosas pueden convertir a Duplantis en el gran atleta de los próximos tiempos.

Arrancó la temporada en Düsseldorf con un salto de 6,00 metros hace apenas 12 días y allí ya estuvo a punto de quedarse con el record del mundo que el francés Renaud Lavillenie, campeón olímpico en Londres 2012, mantenía con 6,16 desde 2014. Lo logró a los cuatro días y volvió a elevarlo ahora. ¿Cuál es su techo? Imposible saberlo.

El reconocido técnico español Jon Lizeaga consideró que “está rompiendo todos los modelos técnicos y los estudios biomecánic­os. Salta a su manera, de forma instintiva. Lo más destacable es su naturalida­d y su frescura. Es un genio que parece ajeno a cualquier presión”. ■

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