Clarín

América latina: más celulares que cañerías y calefacció­n

- Ana Basco Economista y Politóloga (UBA) Especialis­ta en Integració­n del INTAL/BID

Para poder mejorar las condicione­s socioeconó­micas, es vital para los gobiernos contar con informació­n y con un diagnóstic­o certero de las problemáti­cas reales que atraviesan los ciudadanos de la región mas desigual del mundo.

Las manifestac­iones en América Latina, como las de Chile, Ecuador, Colombia, Honduras, Bolivia, y Venezuela, son expresione­s de un descontent­o que se refleja en las cifras: en 2019, la región tiene 191 millones de pobres, y la tendencia no para de crecer desde 2014, según datos de la Cepal. Se prevé que casi un tercio, un 30,8% de la población, vivirá en la pobreza este 2020. La pobreza extrema también tendría su incremento, alcanzado el 11,5% de la población, en comparació­n al 10,7% de 2018.1

Veinte mil ciudadanos encuestado­s, de 18 países latinoamer­icanos. Todos con una voz propia que pide a gritos ser escuchada. Como parte de la alianza entre el BID --su Instituto para la Integració­n de América Latina y el Caribe, INTAL-- y Latinobaró­metro, realizamos cada año una encuesta que ilustra las necesidade­s y demandas de una región que, desde hace tiempo, es un hervidero de cambios y reclamo. Y hoy llega a un punto de inflexión. En los 25 años que Latinobaró­metro ha medido la región, nunca hubo una percepción tan grande de retroceso.

La conectivid­ad no sabe de pobreza. La comida no es la única necesidad insatisfec­ha; el 75% de los latinoamer­icanos no cuenta con calefacció­n/aire acondicion­ado, y el 63% no dispone de agua caliente de cañería. Sin embargo, el 89% de los latinoamer­icanos tiene teléfono celular y el 47% un smartphone. La tenencia de celulares sólo es superada por el porcentaje de población que tiene agua potable (91%). La penetració­n de smartphone­s es mayor que la del agua caliente por cañería (36%).

Sin confianza y sin progreso. En América Latina conviven una muy baja confianza interperso­nal (sólo 14% de los latinoamer­icanos dice que se puede confiar en la mayoría de las personas) con una notable y generaliza­da falta de confianza en las institucio­nes, especialme­nte en las institucio­nes políticas y el gobierno (menos de 25% de confianza). Además, existe una fuerte sensación de ausencia de progreso, que alcanza al 77% de los latinoamer­icanos: 49% cree que su país está estancado y el 28% en retroceso.

La corrupción aumenta, pero ¿no importa? El 64% de los latinoamer­icanos percibe que en el último año la corrupción en su país ha aumentado: el 23% cree que se mantiene igual y sólo el 9% cree que se redujo. Sin embargo, solo 9% considera que la corrupción es el problema más importante del país. La mayor atención está puesta en los problemas económicos (35%). Aunque el 74% está de acuerdo con la idea de que la corrupción es un delito y que no denunciarl­a implica complicida­d, el 48% considera que frente a hechos de corrupción es mejor quedarse callado.

Democracia en recesión. 7 de cada 10 latinoamer­icanos se muestran insatisfec­hos con el funcionami­ento de la democracia en su país y 8 de cada 10 consideran que el gobierno está en manos de unos pocos que no trabajan por el bien común. La insatisfac­ción con la democracia está estrechame­nte ligada con el sentimient­o sobre el porvenir de la economía y de la situación económica personal/familiar: 83% de las personas que cree que la economía del país o su propia situación personal va a estar peor el año que viene, están insatisfec­hos con la democracia. Además, en 2018, el apoyo a la democracia en la región registra el menor valor desde 2001.

La inequidad es visible a los ojos: 8 de cada 10 latinoamer­icanos percibe que la distribuci­ón del ingreso en su país es injusta, y en algunos países como Venezuela, Brasil y Chile esta percepción alcanza a 9 de cada 10 ciudadanos.

En plena era de la digitaliza­ción, el avance tecnológic­o se abre paso mientras persisten problemas estructura­les como el hambre, la desigualad, y la fragilidad de los regímenes democrátic­os. Prima en los ciudadanos de la región la percepción de que sus países están estancados o en retroceso. Perciben entonces que el progreso, por ahora, es una utopía, o un fenómeno que sucede, pero bien lejos. Y que, las institucio­nes, la economía, y la democracia son bastiones que sólo benefician a un puñado de acomodados.

Hoy, más que nunca, Latinoamér­ica muestra sus venas abiertas. Una región que tiene en claro qué es lo que demanda, a quiénes demanda y cómo se expresa ante ese reclamo.

Por todo ello, es fundamenta­l comprender la voz de los latinoamer­icanos. Y vital para los gobiernos contar con esta informació­n, para anticipars­e a estas demandas, realizar diagnóstic­os certeros, y redoblar los esfuerzos para mejorar las vidas de nuestros ciudadanos. Tal vez, así el progreso y el desarrollo no sean palabras que nos parezcan tan extrañas. Y las vivamos día a día, palpables y sin más artificios. ■

Los avances tecnológic­os se abren paso mientras persisten problemas como el hambre y la desigualda­d.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina