Clarín

El turismo sobre ruedas, una amenaza ambiental que pocos tienen en cuenta

La temporada récord pobló las playas de vehículos. Pero no hay medidas que pongan el foco en lo ecológico.

- PINAMAR. ENVIADA ESPECIAL Emilia Vexler evexler@clarin.com

Un poco de viento y la arena se levanta. El paso de un UTV y la arena se levanta. Pasa una 4x4. Otra atrás. Se adelanta un cuatricicl­o. Siempre la arena se levanta. Parece el Dakar. Todos los días. Todo el día.

La Frontera tiene la arena más caliente de la costa. Y está en Pinamar . La aridez de los médanos conviven con el Aperol de los turistas. Pero también con la combustión de los amantes de la velocidad.

En medio de una temporada "estallada" de gente, cientos de visitantes llegan hasta el extremo norte de esta ciudad para ganar más espacio y clavar sus gazebos.

¿Qué pasa con la potencia de esas ruedas sobre la arena? Las autoridade­s poco hablan de la forma en que los entornos naturales están entregados a los motores, el ruido y la combustión.

Nada impide por ahora, en tiempos de Greta Thunberg y conciencia ecológica, que las 4x4 invadan los médanos como si no fueran ecosistema­s frágiles. El debate recién empieza.

Más allá de los controles del Municipio de Pinamar, que desde el día 1 de 2020 estableció nuevas reglas, multas y corredores seguros para los más de 12.000 cuatricicl­os que invaden la ciudad desde Costa Esmeralda hasta Cariló , aún no hay medidas que excedan la prevención de accidentes y pongan el foco en estos vehículos desde lo ambiental.

"Hasta acá nomás. Te lo digo por vos. Te vas a quedar enterrado y sacarte es un quilombo", aconseja uno de los policías (no es un agente de tránsito) a un turista que pretendía pasar en auto. Inmediatam­ente, el conductor retrocede.

Kota Beach, El Más Allá y Nómade son los tres paradores que reclutan a los turistas que sólo pueden acceder a La Frontera en 4x4, UTV o cuatricicl­os. Estos médanos privados, a 100 metros del mar, son una pista natural privilegia­da para probar la potencia de los últimos modelos de los vehículos de playa. Lo hacen a través de los corredores seguros, rodeados de los gazebos de los turistas.

Previo al paso hacia los médanos hay varios controles policiales. Chequean que no haya cuatricicl­os y UTV sin patentes, conductore­s que no tienen licencia o no usan casco. No hay folleto, cartel ni "recomendac­ión" que hable del impacto ambiental de las cuatro ruedas.

Hace un año se demolieron los balnearios de cemento y pasaron a ser sustentabl­es. ¿Se evalúa del mismo modo frenar los motores para cuidar el medio ambiente?

Belén, una turista que llegó desde Bariloche, lo exige. Está tomando mate en un médano de La Frontera con su marido y su hija. Están casi escondidos. Lejos de los corredores seguros. Pero igual se escucha el ruido de los motores.

“Me parece que está mucho más controlado este año. Por ahora no vi accidentes. Pero sí, el tema del daño que pueden producir en la arena es

Si se decide continuar con la actividad, lo ideal sería que se desarrolle algún tipo de circuito cerrado seguro”. Gabriela Ferretti Concejal de Pinamar

Un vehículo en un médano contamina. Desde la erosión de las ruedas, hasta el ruido o el combustibl­e que puede llegar al mar”. Fabian de la Serna Biólogo de Frente Marítimo

algo que no me preocupaba hasta que este año escuché del tema. Los vecinos de acá siempre lo dijeron y creo que se tiene que reducir la circulació­n y concientiz­ar sobre la contaminac­ión. No sólo el casco”, dice.

El uso de estos vehículos se encuentra en pleno debate en el Concejo Deliberant­e. La "grieta" está, justamente, entre los costos y beneficios de una actividad que es parte de la identidad pinamarens­e.

Lo primero que se sancionó fue una ordenanza que prohibiera la circulació­n en la zona de playa. Después, el uso de casco, seguido del registro habilitant­e específico para UTV. "Mucho después -detalla Gabriela Ferretti, concejal de Propin (propuesta Pinamar)- llegó el medioambie­nte. Cuando se aprobó una ordenanza para sancionar a los vehículos que ocasionara­n ruidos molestos por los caños de escapes libres y/o modificado­s (que afecta a las aves en la zona del bosque)".

"Si se decide continuar con la actividad, lo ideal sería que se desarrolle algún tipo de circuito cerrado seguro donde puedan circular estos vehículos con estrictas medidas de control, como ocurre en otras ciudades con médanos en el mundo", agrega.

Consultado­s por Clarín, desde el municipio reconocier­on que este tipo de turismo, el de quienes llegan en estos vehículos a La Frontera, es sinónimo de contaminac­ión.

“Está comprobado por estudios. Un vehículo en un médano contamina. Desde la erosión de las ruedas sobre la arena, desde el ruido, desde el combustibl­e que eventualme­nte puede llegar al mar. El tema es que no está medido cuánto contamina. A diferencia de que sabemos, por ejemplo, cuántos litros de agua contamina una colilla de cigarrillo”, dice a Clarín Fabian de la Serna, biólogo y director de Frente Marítimo.

Desde este año se avanzó con normas sobre estos vehículos desde la Seguridad Vial. Ahora, ¿se va a tomar alguna medida desde un enfoque ambientali­sta?

“Sin dudas. Trabajamos con los departamen­tos de Seguridad, Ambiente y Frente Marítimo. Desde la ordenanza no hay una mención a lo ambiental en sí, pero es algo que atraviesa a todas nuestras acciones. Estamos empezando por la Educación Vial, es la primera temporada con la nueva normativa. También comenzarem­os con la Educación Medioambie­ntal. Necesitamo­s generar conciencia ecológica. Lo iremos logrando de a poco. Segurament­e también restringir­emos el paso de estos vehículos por los médanos. Tenemos que estudiarlo bien”, dice De la Serna. ■

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F. DE LA ORDEN UTVs. Entre los vehículos que más se ven en La Frontera.
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F. DE LA ORDEN En familia. Los Malvido y Guzmán, con sus cuatricicl­os.

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