Clarín

Por la triple fuga, condenan a 13 años a los hermanos Lanatta y le dan 7 a Schillaci

Es por haber baleado a dos policías en la localidad bonaerense de Ranchos, cuando huían hacia Santa Fe.

- LA PLATA. Fabián Debesa laplata@clarin.com

Lucrecia Yudati (35) entró nerviosa a la sala de audiencias. Se sentó y en la mesa de enfrente, a cuatro metros, tenía a los protagonis­tas de la Triple Fuga que, entre fines de 2015 y comienzos de 2016, conmovió al país.

Eran los mismos que la habían baleado, como también a su colega, Fernando Pengsawath (27), en una ruta de Ranchos, en plena huida. Atravesó 55 operacione­s y estuvo postrada más de seis meses. Su compañero también la pasó mal: fueron 36 intervenci­ones quirúrgica­s. Ninguno de los dos pudo continuar en la Policía Bonaerense: les otorgaron el retiro.

Víctor Schillaci (39) y los hermanos Christian (47) y Martín Lanatta (46) se ubicaron junto a su abogado Pedro Martino. Los tres detenidos, con remeras blancas, de marca, que quedaron al descubiert­o cuando se sacaron los chalecos antibalas. Al primero se lo vio mandarle besos a su hija de cinco años, que llegó con su mamá y su abuela a la sala del Tribunal Oral Criminal N° 1 de La Plata.

El trío fue condenado en un trámite breve. Martino acordó con la fiscal Silvina Langone y con los representa­ntes de las víctimas una sentencia en un juicio abreviado: les dieron 13 años a los hermanos y 7 años a Schillaci. Se trata de un instrument­o que prevé el Código Procesal bonaerense para casos que contemplan penas menores a los 15 años.

“No se animaron a mirarme a los ojos. Bajaban la vista o corrían la cara”, contó Yudati, quien recibió tiros en las piernas durante el ataque. Pengsawath, que no estuvo en la audiencia, pasó varios meses en tratamient­o con el abdomen perforado por los disparos hechos con una escopeta calibre 12/70. Pudo recuperars­e, hizo un curso de guardavida­s y ahora trabaja en la temporada.

Ambos reconocier­on al menor de los Lanatta como el autor de los balazos. “Me acuerdo de la cara de Martín cuando se bajó de la camioneta, de cómo apuntó la escopeta y me disparó”, le dijo a Clarín Pengsawath cuando habló sobre el ataque ocurrido el 31 de diciembre de 2015 en el puesto de control vial que la Policía de la Provincia tiene en el kilómetro 104 de la ruta 20, entre Ranchos y Chascomús.

La quinta condena para los detenidos fue aplicada por el delito de “tentativa de homicidio agravada (porque se trata de personal de seguridad) en dos hechos”. El trío ya había recibido prisión perpetua en 2012 por el Triple Crimen de General Rodríguez : el asesinato de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), en 2008. Una matanza vinculada con la venta ilegal de efedrina. Luego llegaron las otras cuatro condenas por la fuga: dos en Santa Fe y dos en la provincia de Buenos Aires.

“Necesito terminar con esta etapa. Dar vuelta la página”, le dijo a Clarín la ex oficial Yudati. El cierre del proceso forma parte de esa necesidad.

Como parte del procedimie­nto, los jueces Cecilia Salucci, Hernán De Castelli y Ramiro Fernández Lorenzo ofrecieron a los acusados hablar. Todos aceptaron el pacto que los condenó. Los Lanatta están encerrados en Ezeiza; y Schillaci, en Marcos Paz.

Pero, por fuera de la grabación que hizo el secretario letrado, Martín Lanatta dijo a los medios: “Nosotros no los baleamos. Estábamos escapando hacia Santa Fe”. O sea: admitió una condena por un delito que dicen no haber cometido. Lo que pretenden es unificar todas las causas para revertir -o al menos pedir una revisión- la perpetua que les impuso la Justicia de Mercedes. Ellos afirman que allí fueron enjuiciado­s por “cuestiones políticas” y sólo aspiran a que sigan corriendo los tiempos procesales y purgando la prisión.

El cambio de jurisdicci­ón es un objetivo poco probable. Pero será tarea de debate entre juristas. El argumento de los condenados es que nunca debieron estar presos por el Triple Crimen. Y que, por eso, tampoco habrían estado involucrad­os en la fuga.

“¡Me muero, me muero!”, le dijo Pengsawath a su compañera la noche del ataque. Ahora pudo dejar atrás el dolor. Vive en Ranchos, a metros de la casa de Lucrecia, y no fue a Tribunales para evitar revivir lo ocurrido. A Yudati le dieron el retiro porque le quedó una incapacida­d en el pie izquierdo. Ya no puede correr, por lo que “no podía seguir la carrera de policía en la calle”, sostuvo. ■

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FOTOS: MAURICIO NIEVAS Recuperada. Lucrecia Yudati, una de las víctimas.
 ??  ?? Nueva pena. Los Lanatta y Víctor Schillaci ya cumplían perpetua por el triple crimen de General Rodríguez.
Nueva pena. Los Lanatta y Víctor Schillaci ya cumplían perpetua por el triple crimen de General Rodríguez.

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