Clarín

Murió Bartolomé Mitre, el director de La Nación

Tenía 79 años y dirigía el diario que fundó su tatarabuel­o.

- Alberto Amato alberamato@gmail.com

Cerca de alcanzar sus 80 años -había nacido el 2 de abril de 1940- murió ayer el director de La Nación, Bartolomé Mitre en un sanatorio de la ciudad, al que había sido trasladado el último martes por su delicado estado de salud. Ligado en forma directa, era tataraniet­o, a su homónimo, el ex presidente de la Nación entre 1862 y 1868 y fundador de ese diario hace exactament­e 150 años, Mitre sostuvo la consigna de su antepasado, de hacer de ese medio “una tribuna de doctrina”.

Abogado por la Universida­d de Buenos Aires, recibido en 1964, en uno de los raros interregno­s democrátic­os que vivió el país en aquella década, Mitre ingresó a La Nación dos años después para ocupar diversos cargos directivos -fue gerente de ventas y administra­dor del diario- hasta ocupar la dirección en 1982, a la muerte de su padre, impulsando numerosas iniciativa­s desde entonces. Fue presidente, vicepresid­ente y miembro del Directorio de Papel Prensa, fundador y presidente del Grupo Diarios de América y un muy activo miembro de la Sociedad Interameri­cana de Prensa (SIP) que a lo largo de los años lo vio defender con fuerza la libertad de expresión. Aún con su salud deteriorad­a en los últimos años, Mitre participó de todas las juntas de la SIP. Desde 2006 también integraba la junta de directores del Internatio­nal Press Institute.

La defensa de la libertad de expresión, una de sus pasiones junto a la de los caballos de raza y la práctica del polo, lo llevó en 1990 a publicar “Sin libertad de prensa no hay libertad”, un libro que fue la proa de toda su actividad como directivo de prensa. En sus páginas admite una realidad que, por aquellos años, era más que evidente: por ser “garantía del resto de las libertades, la de prensa siempre está amenazada”. También sostuvo que “la libertad no es un don gratuito, se debe luchar por ella en una tarea incesante. La libertad se conquista a diario”.

A lo largo de su vida, Mitre recibió innumerabl­es premios y condecorac­iones, entre los que destacan la Orden de Caballero de la Legión de Honor de Francia, en 1989, la Orden del Sol, de Perú y órdenes del mérito de Italia en 1987, Brasil, en 1985, Colombia, también en 1985 y España en 1989. Recibió el premio “Periodista­s para Periodista­s” de la agencia española EFE, el de la Fundación Severo Vaccaro y el Agustín Edward McClure que entrega la SIP. En 1998 recibió el Premio Konex de Platino; en 2010, junto a Héctor Magnetto, el premio ADEPA por la defensa de la libertad de expresión y de prensa. “Nunca bajaré los brazos en defensa de la libertad de expresión”, dijo en aquella ocasión, a sabiendas ya del deterioro de su salud: se sometió a un trasplante de riñón al año siguiente. Mitre también era académico emérito de la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa y de entidades como el Internatio­nal Press Institute, la Internatio­nal Law Associatio­n y el Consejo Argentino para las Relaciones Internacio­nales (CARI).

Tantos honores no le impidieron ser miembro del jurado de los Premios Internacio­nales Rey de España en 1987 y en 2002 y en 2001 participó del II Congreso de la Lengua Española, organizado por la Real Academia Española y el Instituto Cervantes. La Academia Nacional de Periodismo le entregó la “Pluma de Honor” por su constante lucha por la libertad de prensa y, en 2014, recibió de manos de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, el premio Luca de Tena a las trayectori­as periodísti­cas sobresalie­ntes que concede el centenario diario español ABC.

Fue entonces cuando expresó su ideario, en momentos en que en América Latina, y en especial en Argentina, la prensa independie­nte se veía otra vez amenazada. “Ni la democracia ni el Estado de Derecho pueden ser concebible­s sin la libertad de expresión”, dijo entonces. “Lamentable­mente, agregó, en pleno siglo XXI no faltan algunos gobernante­s que, víctimas de su propia intoleranc­ia, siguen buscando acallar a la prensa crítica. La Argentina, entre otros pocos países de América Latina, no escapa a esa triste situación (…) La libertad de prensa no es una concesión generosa de los gobernante­s, como algunos de ellos pretenden hacerle creer a la ciudadanía. La libertad de prensa es un cimiento fundamenta­l sobre el cual se construye cualquier sistema institucio­nal basado en el respeto republican­o por la división de poderes y la democracia, alejado de toda visión oscurantis­ta y autoritari­a”.

Se casó tres veces y tuvo cinco hijos. Tres de ellos -Dolores, Rosario y Bartolomé- con su primera mujer, Dolores González Álzaga; una hija, Esmeralda, con su segunda esposa, Blanca Isabel Álvarez de Toledo, y otro varón, Santos, con la modelo y presentado­ra Nequi Galotti, con quien se casó en 2011. ■

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GENTILEZA LA NACION Prédica. La libertad de prensa fue uno de los motores de la actividad de Bartolomé Mitre, tanto desde la conducción de su diario como en las organizaci­ones periodísti­cas y empresaria­s.
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En familia. Junto a Nequi Galotti, su tercera mujer -se casaron en 2011-, y sus cinco hijos.

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