Otro país Cómo cambió la vida en cuarentena
Crónica de una semana al ritmo del aislamiento.
La paradoja que se había insinuado desde las primeras noticias de la cuarentena por el coronavirus en Wuhan se instaló hace ya una semana en la Argentina. Los hogares, el refugio que tienen los enfermos para recuperarse desde el principio de la historia humana en las ciudades, ahora son el territorio de los sanos. El peligro que trae el contacto interpersonal, una de las pasiones que hace reconocibles a los argentinos en el mundo, puso ante las caras de todos lo que acaso sea el desafío más extraño e impredecible que enfrentaron hasta hoy las generaciones que conviven en este país acostumbrado a saltarse las normas y alumbrar singularidades a cada rato. ¿Qué impacto tuvo la primera semana de cuarentena en la economía? ¿Qué modificaciones trajo en la vida de todos los días?
Alimentos y productos de limpieza, los únicos salvados
Con la excepción de los alimentos y artículos de limpieza, casi toda la economía está sufriendo los efectos de la primera semana de cuarentena. Pero incluso los comercios que despachan comestibles y desinfectantes registran una caída en las visitas en el orden del 50%. Los sectores vinculados a la producción de bienes durables (como autos o electrodomésticos) ya hablan de un mes “perdido” en relación a las ventas.
Sin actividad en las sucursales de los bancos, los rubros que manejan mayoría de efectivo (desde textiles a estaciones de servicio) se encuentran con cadenas de pago “rotas”, una preocupación que trasladan a sus proveedores, ya que nadie sabe cómo pagarán las cuentas. El tema sale en casi todas las conversaciones de
Pymes o sectores no declarados como “prioritarios”.
No hay actividad inmobiliaria, ni centros comerciales ni actividades de esparcimiento. Las aerolíneas ya están pidiendo asistencia de los gobiernos para poder seguir subsistiendo. Otras plantean dejar de pagar la mitad de los sueldos entre abril y junio, ya que ven que no tienen caja, porque no hay ventas.
La venta de alimentos y artículos de limpieza atraviesa por una “primavera”. Las principales empresas de esos sectores están con mayores niveles de producción que los habituales, aún con sus dotaciones de personal reducidas por los problemas de circulación. “El consumo de marzo de este año ya venía bien, pero ahora se profundizó. Toda la venta de alimentos básicos está en aumento”, grafica un ejecutivo de una compañía fabricante.
Sin embargo, los comercios que despachan esos alimentos y artícu
los de limpieza cuentan otra versión. “Hasta el sábado del aislamiento, las ventas explotaban y es cierto que se facturaba como si fueran los días previos a las fiestas. Pero desde el aislamiento del sábado, la cantidad de personas que visitan las sucursales
cayó a cerca de la mitad”, notan cadenas de supermercados. Clarín observó que las promociones (50% de descuento en la segunda unidad) prácticamente desaparecieron. Ni hablar del 70% de rebaja. Casi todos los importes son a precios de lista, es decir sin ningún descuento.
Combustibles, en el mínimo
En las estaciones de servicio, el panorama es desolador. El CEO de YPF, Daniel González, contó que el despa
cho de naftas cayó el 70% y el de gasoil, 50%. Las otras petroleras manejan algunas variaciones, en las que se acentúa el desplome de naftas y se suaviza lo que sucede con gasoil. La actividad de las plantas de refinación está buscando sus mínimos operativos, y se exportará (aunque sea a pérdida por los bajos precios) el combustible que sobre.
La paralización de la actividad bancaria genera dolores de cabeza a los que manejan efectivo, Las estaciones de servicio, por ejemplo, tienen que depositarle a las petroleras. Esta semana, por ejemplo, Clarín conoció el caso de un estacionero del interior que tenía $ 1,8 millón que debía ingresar en cuentas bancarias. Como la sucursal de su banco está cerrada, fue a los cajeros de autoservicios: le tomó dos horas a tres personas meter en las máquinas todos los billetes.
Las Pymes no tienen ingresos. No saben cómo pagarle a sus empleados ni proveedores. “La cadena de pagos está rota. Emergencia total”, grafican los consultados. En construcción, la cantidad de puestos de trabajo ya venía golpeada antes de la cuarentena, con una pérdida de 60.000 empleos. La paralización de las actividades ahonda ese conflicto. Ahora, la UOCRA dice que los puestos en peligro llegan a 100.000.
La industria farmacéutica, también definida como esencial, tiene una mayor producción de vacunas, desinfectantes y otros medicamentos. El alcohol en gel sigue siendo un problema. En las farmacias hay mucho menos gente, pero hay actividad.
Algunas industrias dedicadas a abastecer a otras fábricas -como la petroquímica- están trabajando casi al 100%. Al menos, las que hacen insumos para fabricantes de artículos de limpieza o alimentos.
Las automotrices ya no saben qué esquema implementar para no parar del todo sus fábricas. Hay preocupación sobre cómo pagaran los sueldos.
A la escuela pero en la casa
“Recortá las letras en imprenta y enseñale a escribir su nombre”. Eso le dice una madre en edad de riesgo, recluida en una casa del Conurbano, a su hijo que vive en la Ciudad. Le pide que no descuide la educación de su nieto, de 4 años, uno y único -como todos- en el universo de los millones de menores que en la última semana ingresaron a una dimensión tan particular como desconocida: la de la educación a distancia, con docentes virtuales, sin horas presenciales, en escuelas que dejaron de ser físicas, sin rutinas de viaje, sin encuentros con sus compañeros, con los padres convertidos en brazos ejecutivos de las instrucciones docentes que ahora arriban por mail.
“La escuela se encuentra ante un desafío desconocido. Hasta ahora la tecnología se venía usando como apoyo o andamiaje a la tarea presencial. Ahora esos mismos sistemas y dispositivos deben ser usados con un objetivo bien distinto: organizar las clases y los encuentros en forma vir
tual”, dice Fernando Lirosi, Director Pedagógico, Nivel Primario, de ORT
Argentina. ■