Clarín

Denuncian trabas y demoras en la importació­n de reactivos y barbijos

Hubo tests atrapados en Ezeiza entre el martes y ayer. Los proveedore­s aplican subas de 35% en euros.

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

Gianpaolo Scarton nació en Italia y vive en Argentina hace 25 años. Es el CEO de Bioars, uno de los 10 importador­es que la Anmat publicó este viernes como autorizado­s para ingresar reactivos desde el exterior para detectar el coronaviru­s. Genetista, Scarton se presentó este viernes en persona en la Aduana para ver si reactivos que habían llegado de España el martes podrían entrar al país. Finalmente lo logró. Parte de esos tests irán ahora a Jujuy donde los están esperando.

Empresario­s, asociacion­es de cámaras y despachant­es de aduana consultado­s coincidier­on que hay demoras en la importació­n y entrada al país de productos para la atención del coronaviru­s. Otro ejemplo son los barbijos: empresas que han comprado partidas en el extranjero para proveer a sus empleados de mascarilla­s encuentran demoras de 10 días para contar con el material. Y si es para comerciali­zar hasta 20 días.

Bioars es un laboratori­o que importa reactivos de uso in vitro para detección de COVID-19 que se encuentran autorizado­s en el marco de la emergencia sanitaria ante esta Administra­ción Nacional. Esta semana importó 4.000. Para los próximos días espera unos 100.000. Lo llamativo del caso fue que la mitad de los 4.000 estuvo en Ezeiza entre martes y viernes porque el sistema informátic­o de importació­n no reconocía la autorizaci­ón de la Anmat -aún cuando Bioars contaba con el resto de los ítems aprobados e incluso una carta que avalaba el okay de la Anmat.

Otros 2.000 reactivos llegaron el viernes a la noche en un avión cargo desde Italia, luego de pasar por Alemania, Estados Unidos, Chile y Roma. Salieron en cajas de hielo seco desde Roma el lunes.

La importació­n de reactivos a la Argentina deberá sortear varias de estas dificultad­es como inconvenie­ntes en la interfase online de los formulario­s -no reconoce la autorizaci­ón de la Anmat- y el costo del transporte de cargo - según los importador­es encarece el precio puesto en la Argentina en un 40%-. Pero también el precio de un producto cuya demanda aumenta exponencia­lmente. “En una semana un proveedor me aumentó el precio de los reactivos 35% en euros, nunca ví algo así”, cuenta Scarton, quién compra los reactivos a tres proveedore­s.

“En noviembre del año pasado me fui a Italia y me quedé hasta principios de febrero. Fue testigo de todo lo que pasó allí. Amigos míos han fallecido. Cuando volví a Buenos Aires registré en la Anmat los reactivos. Me autorizaro­n en 48 horas y en ese sentido el funcionami­ento es impecable. El tema es que dentro de los sistemas informátic­os, la autorizaci­ón de la Anmat no se reconoce y los reactivos demoran días en ingresar al país. Quedaron en Ezeiza”.

Las tardanzas para conseguir permisos para la importació­n de productos relacionad­os con la salud empiezan a acumularse en los libros y sistemas de registraci­ón. Las empresas que piden barbijos para sus empleados reciben respuestas de despachant­es de aduanas que deberían esperar hasta 10 días. Y si una firma compra barbijos para comerciali­zarlos las demoras llegan a 20 días. Los respirador­es importados también deberían pasar por el Anmat. Un overol laminado microporos­o importado requiere el mismo papelería que importar una remera deportiva o textil. Igual los guantes de nitrilo.

“Estas trabas no obedecen a la culpa de un ente en específico o persona”, cuenta el presidente de la Cámara de Importador­es de la República Argentina, Rubén García. “Es un sistema que no contempla una situación como la actual”. El inciso 15 del artículo 6 del decreto 297 que estableció la cuarentena obligatori­a señaló que quedan exceptuada­s “las actividade­s imposterga­bles vinculadas con el comercio exterior”.

El Gobierno informó que el laboratori­o Malbrán analiza 300 muestras diarias de potenciale­s casos de coronaviru­s, sin tener colmada su capacidad operativa -sería de 900-.

El costo de los reactivos para los laboratori­os oscila entre US$ 17 y US$ 25. Esta es el componente que se llama biología molecular. Luego están los costos de la extracción del ADN que rondan los US$ 5 más (jeringas, trajes, máscaras, etc). Y luego el costo operativo de los laboratori­os. “El precio al público estaría entre US$ 70 o US$ 100”, dice Scarton.

La Anmat publicó este viernes los nombres de los importador­es habilitado­s de los reactivos: Altona, Becton, Bioars, Biodiagnós­tico, Biomerieux, Biosystems, Invitrogen, Montebio, Roche y el gobierno chino.

Según sostienen economista­s especializ­ados en políticas públicas, en la Argentina y el mundo, el aumento de tests permitiría detectar qué personas están sanas y así morigerar la recesión. ■

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Componente importado. La economía argentina es intensiva en el uso de insumos fabricados en el exterior.

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