Alivio y bienvenida atípica en uno de los últimos vuelos con repatriados
Ezeiza. Llegó ayer desde Madrid. Los pasajeros fueron trasladados en micros y deben estar 14 días en cuarentena.
El vuelo AR1133 aterrizó en Ezeiza ayer a las 3.34. Vino desde Madrid. Trajo a 260 argentinos y residentes en el país que desde hace al menos diez días buscaban volver de España - el segundo país en cantidad de muertes por coronavirus-. Lo lograron. Fue el último vuelo de Aerolíneas Argentinas, hasta nuevo aviso, con repatriados de Europa, aunque no se descarta otro servicio desde Alemania la semana que viene.
El alivio para los pasajeros llegó cuando, en Ezeiza, los escoltaron hasta el micro que los llevaría al hotel Luxor, en el centro porteño, adonde pasarán los 14 días de cuarentena obligatoria . Pero en el aeropuerto de Barajas, mientras eran llamados a abordar, se escuchaba el llanto de quienes no consiguieron un asiento.
En total, desde el 13 de marzo hasta ayer, Aerolíneas Argentinas repatrió a 14 mil personas, según informó la empresa. Si se suma la totalidad de argentinos que decidieron regresar al país desde ese día, la suma llega a 27.000 mil. El anteúltimo vuelo de ayer llegó desde Miami a las 17.40 (antes hubo otro a las 6.40). El último, desde Cancún, a las 20.50 (ver “Es como...”). Hoy arribarán dos servicios desde San Pablo. La Fuerza Aérea traerá a varados desde Perú.
“Durante el vuelo no les dijimos a los pasajeros que serían derivados a hoteles. Ya todos estaban informados. Se sentían muy aliviados de estar regresando a casa. Fueron excelentes con la tripulación, como les habíamos pedido. Estaban muy agradecidos. Afuera (por el mostrador del aeropuerto de Madrid) quedaron muchos argentinos llorando. Muy angustiados. Vi al personal también llorando por no poder seguir trayendo gente por ahora”, dijo a Clarín Gastón Altoe (44), el comandante del vuelo, quien ya hizo varias millas con repatriados durante la pandemia.
¿Por qué hubo personas que no pudieron subir al avión? Porque no estaban en la lista, con su asiento asignado. ¿Estaba mal que lo intentaran en el aeropuerto? No. Hay muchísimos pasajeros de otras compañías que van al aeropuerto, piden el endoso e ingresan en lista de espera de Aerolíneas .Si se liberan lugares, hay chances de que aborden.
¿Cómo fue la llegada de los “aliviados”? “Las autoridades sanitarias sí nos pidieron que informemos si se habían detectados síntomas de alguien con coronavirus durante el vuelo. Por suerte nadie los tuvo. Luego revisaron las planillas con las declaraciones juradas y luego la Policía de Seguridad Aeroportuaria hizo que los pasajeros descendieran del avión de manera diferenciada”, sigue.
El desembarco, entonces, comenzó con quienes residen en provincias del interior; siguieron los pasajeros de la Provincia de Buenos Aires y, al final, los porteños.
En Ezeiza, tras el aterrizaje, no hubo recibimiento de familiares. Ni abrazos. Sólo barbijos e indicaciones de la Secretaría de Transporte para que se digieran al micro indicado.
Lucas Minervino (33) fue uno de los pasajeros del último viaje desde Madrid. Había viajado en febrero a España para hacer una rotación en la Clínica San Miguel en la unidad de Tratamiento y rehabilitación. Iban a ser tres meses de trabajo y uno de vacaciones, pero el avance del coronavirus en el mundo truncó sus planes que llevaba dos años ideando.
Arrancó la rotación el lunes 2 de marzo. La segunda semana siguió yendo a la Clínica, aunque las medidas preventivas se fueron agudizando. Tuvo que pedir permiso al hospital de Argentina para suspender las actividades. El viernes 13 fue su último día. El sábado 14 decretaron en España la cuarentena obligatoria.
Cuando le llegó la información de que suspendían las licencias, y le prohibían que se tomara el mes de vacaciones que tenía pensado, comenzó a entender la gravedad de la situación. Dejó pasar algunas chances de volver al país porque todavía tenía esperanzas de que se resolviera. Sin embargo, los decretos seguían publicándose, las medidas se agudizaban en el mundo y las fronteras se cerraban. Entonces, ya no estuvo tranquilo.
Intentó cambiar su pasaje para poder volver al país. Sin embargo, desde ninguna aerolínea le resolvieron el problema. Tenía su pasaje con Air Europa para volver en mayo, todavía lo tiene porque no le devolvieron el dinero, ni siquiera pudo cambiarlo.
El 19 sacó un pasaje por Aerolíneas. El jueves arribó al aeropuerto de Barajas con mucha anticipación. Aún cuando se subió al avión tuvo miedo de que algo malo pasara. Hasta que despegó y pudo, al fin, dormir en paz.
Ahora se hospeda en el hotel. Va a tomar mate, jugar, distraerse, comer, escribir. Trata de no pensar en que, en 14 días, va a tener que volver a trabajar al hospital. “Voy a relajarme lo máximo que pueda. Sé que esto recién empieza. Nos estamos preparando para lo peor”, finaliza. ■