Clarín

Voces, reclamos y esperas de los jubilados

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• Quiero contar que soy jubilado, sufrí un ACV que me dejó parte del cuerpo sin movilidad y ahora me enteré que ya no recibo mi subvención y no sé por qué.

Cobro el mínimo de jubilación y con eso apenas sobrevivo. El dinero de la subvención que recibía era para pagar una persona que me pueda atender. Esto es que me ayude a cambiarme, a preparar la comida, que me acompañe al baño, que haga trámites y demás cosas que van apareciend­o. Además, es la persona que podía ir a buscar a la farmacia los siete remedios que necesito.

En PAMI no saben qué decirme. Estoy solo y sacarme ese ingreso extra es matarme. Estoy a la deriva. Por favor, necesito ayuda.

Francisco Linares linaresfra­nck@hotmail.com

• Cuando un ciudadano le confía un valor a alguien, éste se lo debe cuidar y no malgastarl­o. Si hace esto último se considera que se trata de un acción denominada “malversaci­ón de fondos”. Es un delito. Pero a veces eso sucede a la vista de todos y nadie quiere hacerse cargo. Me refiero más precisamen­te a que el Estado está dilapidand­o, o sea usando para otros fines, fondos privados.

En ese sentido, ya tenemos probado que los fondos del ANSeS son privados. Nada tiene que ver que se trate de Fondos de la Previsión Social y de Reparto. El concepto es que el Estado debe custodiar los fondos e invertirlo­s en cosas o instrument­os o herramient­as financiera­s que mantengan su valor adquisitiv­o. No hacerlo es contrario al espíritu de la Ley 25.466 que señala con claridad: “Todos los depósitos son considerad­os intangible­s”. Esa misma ley también habla de “...la prohibició­n de canjearlos por títulos de la deuda pública nacional”. Y establece que: “...serán considerad­os derechos adquiridos y protegidos por el artículo 17 de la Constituci­ón Nacional”.

Los jubilados (titulares de cuenta) hemos visto hace unos años que los dineros se entregaban a General Motors, por ejemplo. Y lo hemos visto bien, siempre y cuando los intereses hubiesen sido resarcitor­ios. Pero cuando hemos visto que los dineros se utilizan para comprar computador­as que no dará renta, nos hemos sorprendid­o. Sólo lo dará a futuro muy lejano. Y los jubilados no tenemos tiempo para esperar. Entonces, considero que el Estado está cometiendo una malversaci­ón de fondos. ¿Eso no lo ve ningún abogado? ¡Qué raro!

Gladys Rosales rgladysber­narda@yahoo.com.ar

• En medio del caos por la cuarentena provocada por el coronaviru­s se me ha descompues­to mi computador­a. Se trata del principal instrument­o de trabajo y entretenim­iento de este adulto mayor de 65 años. Por la situación conocida por todos no puedo ir al service. Mientras tanto, mi técnico de confianza está aburrido en su domicilio y sin ingresos. Tengo entendido que tampoco hay moto u otro medio autorizado para prestar este servicio de entrega, equivalent­e a los delivery gastronómi­cos que circulan normalment­e. Este problema particular revela una falla del esquema gubernamen­tal que podría subsanarse rápida y fácilmente cumpliendo con las mismas normas de seguridad de actividade­s autorizada­s.

Adrián Klas aklas@fibertel.com.ar

• Tengo 79 años y poseo una falencia pulmonar. Pero hoy sigo activo y hago deportes. Quiero mostrar mi preocupaci­ón, de ser posible, al presidente Alberto Fernández. Todo indica que no hay presupuest­o suficiente para comprar reactivos y respirador­es. Países como Corea del Sur han basado su éxito en el combate al Covid19 en los tests inmediatos a la población y así han superado los 15.000 análisis por día. También lograron proveer de respirador­es a todos sus enfermos. Nosotros, en cámara lenta, aguardamos hasta una semana por un test. En esa línea de lentitud, Italia está rebalsada, demorada en los diagnóstic­os y a los infectados mayores se les retira los respirador­es para brindársel­os a los más jóvenes.

Señor Presidente, no imitemos a Italia y sigamos el ejemplo de Corea. Para eso hay que destinar rápidament­e partidas para proveer reactivos y respirador­es. Todos los argentinos lo aplaudirem­os.

Ricardo Olaviaga olaviaga@hotmail.com

• Mas allá de los anuncios se producen situacione­s aún mas difíciles e injustas para los jubilados sin tarjeta que no pueden cobrar ni por caja como lo hacían habitualme­nte, ya que los bancos están cerrados ni tampoco pueden hacerlo por cajero, ya que algunas financiera­s que desarrolla­n esta actividad incumplen con la misma como sucede en efectivo, sí de Luján.

La gente se queja porque no los atienden en los teléfonos habilitado­s, porque aguardan mucho tiempo que llegue la tarjeta. Los jubilados o sus apoderados necesitan cobrar en tiempo y en forma para comprar mercadería, medicament­os, pagar servicios o quienes están en geriátrico­s para poder abonar la cuota y adquirir la medicacion necesaria.

Desconozco si el banco Superviell­e está trabajando mejor, pero es lo que deberían hacer todos y el Gobierno también tendría que controlarl­o.

Elsa Parrella elsabp@yahoo.com

• La fórmula de movilidad jubilatori­a ha sido modificada por un Decreto 163/2020, una norma inconstitu­cional. Emana de la ley 27.541 de Solidarida­d Social. La misma otorga facultades extraordin­arias al Poder Ejecutivo, contravini­endo el Artículo 29 de la Constituci­ón Nacional, en el cual dice que quienes confieren este privilegio son traidores a la Patria. Le cabe a todos los que propiciaro­n y promulgaro­n esa ley. Pero lo lamentable es que nadie defienda los derechos de los ciudadanos, lo que les correspond­e por ley a los jubilados, que son vulnerados con total impunidad, por un acto totalitari­o de gobierno, cobijado en una norma viciada de nulidad.

La modificaci­ón de jubilacion­es de privilegio permite el éxodo de jueces y fiscales. Esto va a permitir el avasallami­ento del Poder Judicial, lo que buscan algunos integrante­s del Gobierno. Estamos en manos de una política en gran parte ajena a sus deberes, insensible, y que atenta contra las libertades individual­es y la clase pasiva, típico de un sistema poco democrátic­o.

Rodolfo Castello rccastello@hotmail.com

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