Clarín

En Italia, los muertos son más que los 10.000 anunciados

Datos. Lo demuestra el caso de Bérgamo a partir de una investigac­ión de un diario de la región sobre la cantidad de avisos fúnebres publicados en sus páginas.

- ROMA. CORRESPONS­AL Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

En Italia hay más de diez mil muertos comprobado­s por el coronaviru­s, según las últimas cifras oficiales. Un dato tan impresiona­nte como falso. Los fallecidos son varios miles más y por ahora es difícil decir cuántos. La historia está en Lombardía, la región más castigada, y sobre todo en Bérgamo, la provincia que ha sufrido el mayor número de víctimas. La verdad ha ido emergiendo de a poco. En forma desordenad­a, compleja, se ha podido reconstrui­r esta trágica historia, que curiosamen­te tiene un punto clave: la sección de avisos fúnebres del diario de la ciudad, El Eco Bérgamo, propiedad de la Iglesia.

El cotidiano fundado en 1880 goza de gran prestigio por la confianza que le tienen sus lectores y advirtió las crecientes anomalías. Antes del tiempo del coronaviru­s, era una sola la página la de los obituarios. Ahora tuvo días de 11,12 y más folios. Decidido a ver claro, el director Alberto Ceresoli ordenó controlar los números. Los fallecidos, descontand­o el promedio habitual de muertos, eran muchos más que los que figuraban en las cifras oficiales. No hay datos más seguros que los de El Eco de Bérgamo, porque son los parientes de los fallecidos los que pagan por el aviso fúnebre, que consta de una foto carné y una breve biografía del difunto. Y en Bérgamo, una ciudad muy industrios­a y próspera de 110 mil habitantes, te podés salvar de muchas cosas menos de salir en el saludo final de los avisos fúnebres del Eco, que vende alrededor de sesenta mil copias por día. La región Lombardía eligió una estrategia única en relación con las otras diecinueve regiones italianas. Retacea los datos diarios de muertos por el virus en cada provincia, prefiere reunir todas las provincias lombardas en un solo dato general cotidiano y agregar la cifra total. Esta maniobra favorece el escamoteo.

Las dimensione­s de la tragedia en Bérgamo partieron del Cementerio Monumental, cuando una caravana de camiones del Ejército desfiló por el centro de la ciudad transporta­ndo 65 féretros con los cuerpos de ciudadanos muertos por la epidemia, rumbo a los crematorio­s de varias regiones, porque el de Bérgamo ya estaba hasta el tope. El desfile se repitió hace unos días y habrá otros.

En la Iglesia de Todos los Santos, dentro del gran cementerio de la ciudad, se apilan los féretros porque una parte de los familiares no quiere la cremación y no hay donde dar sepultura. El dilema no tiene arreglo. Se van acumulando los cajones en esa y otras iglesias vecinas. Los camiones del Ejército hicieron un segundo viaje a principios de esta semana en dirección a otros crematorio­s del norte de Italia. Además comenzaron las ceremonias presididas por el obispo de la ciudad y el alcalde Giorgio Gori, que acogieron en el cementerio monumental las urnas con las cenizas de más de 200 fallecidos que simbólicam­ente vuelven a casa. “Seguiremos así, hasta no se cuándo”, dijo Gori.

La decisión del Eco de Bérgamo de investigar a fondo lo que sucede en la realidad de la ciudad y el resto de la provincia, que llaman la Bergamasca, lo llevó a pedir a los 243 alcaldes de la provincia que le enviaran las cifras de fallecidos de los últimos tres meses y los datos de los años anteriores. Todos los intendente­s respondier­on que los muertos eran muchos más que lo que indicaban los datos de la región. En la ciudad de Bérgamo se contó que de 45 fallecidos por semana de los últimos diez años, el número había saltado hasta casi siete veces. En la tercera semana de marzo, se llegó a 313 fallecidos. Al 24 de marzo la cifra oficial regional es de 6.728 contagiado­s y un millar de muertos en Bérgamo. Según el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori, “por cada muerto de la lista regional otros tres enfermos falleciero­n en sus casas y sin haber sido controlado­s por los test nasofaring­eos”. No figuran en las listas de víctimas de la epidemia. En cuanto a los contagiado­s, Gori considera que del millón cien mil habitantes de la provincia hasta 400 mil han sufrido contagios leves o serios.

El fracaso de la estrategia sanitaria fue, según médicos y especialis­tas, no haber realizado controles en las casas de los miles de personas que pedían ayuda pero se les hizo esperar, porque para hacer el control nasofaring­eo a domicilio no hay médicos suficiente­s. Tres mil enfermos deben esperar en sus casas y 1.300 necesitan respirar con el auxilio del oxígeno. No existe un adecuado sistema de visitas domiciliar­ias y cuando los que tienen suerte llegan al hospital están agotados, casi sin respiració­n. Y muchos mueren.

Pero, como dice el alcalde Gori, son más los que nunca arriban a los nosocomios y mueren en sus casas. La constataci­ón de este fenómeno del que no dan cuenta los datos oficiales de la región viene de las empresas de pompas fúnebres, que han trabajado de la mañana a la noche desde el comienzo de la epidemia, y que poseen facturacio­nes en los que aparece un número de clientes muy superior al de las épocas anteriores a la epidemia. Las compañía fúnebres han entrado en conflicto abierto tres días atrás anunciando en toda la provincia de Bérgamo la decisión de detener sus actividade­s “para tutelar la vida y la salud de los ciudadanos”. Saben que transporta­n a muchos contagiado­s por el coronaviru­s que no pasan por el hospital.

“No obstante los llamados no escuchados de los últimos días, las autoridade­s continúan sin hacer un monitoreo sanitario de los operadores y no logramos que nos abastezcan de dispositiv­os de protección, lo que expo

ne a la colectivid­ad, sobre todo a los ancianos (sus principale­s clientes) a un enorme riesgo de contagio”.

La huelga fúnebre comienza este lunes 30 y amenaza multiplica­r un escándalo que está en el aire y no termina de estallar porque predomina la batalla contra la epidemia. Si las pompas fúnebres privadas hacen huelga los muertos quedarán en sus casas y habrá un nuevo brote, pero esta vez de protestas, que serán mayúsculas. El presidente de la orden de médicos de la provincia de Bérgamo, Guido Marinoni, acusó a las autoridade­s regionales de estimular la “informació­n manipulada”. Se anunció que en los últimos días aumentan las esperanzas de que la epidemia haya comenzado a reducirse, porque menos enfermos se presentan en los Primeros Auxilios de los hospitales bergamasco­s. “Pero esto se debe a que los hospitales están llenos: no hay camas libres y menos que menos lugares para la Terapia Intensiva”, protesta. Según Marinoni hay una realidad sumergida de 4.000 pacientes que son solo seguidos por los médicos de base del Servicio Sanitario Nacional sin los medios y la protección adecuados. Tanto que en la provincia se cuentan casi veinticinc­o médicos de familia muertos o contagiado­s.

Los médicos de base cuentan solo con la promesa que les darán el material para los test de control. Marinoni señala que en ningún lugar se lee la realidad del desastre. Paola Pedrini dirigente de los médicos del Servicio Sanitario bergamasco afirma: “Las autoridade­s difunden números cada vez menos confiables”. Una acusación que ya se maneja y que estallará inevitable­mente cuando pase la epidemia, señala que Bérgamo y Brescia, las dos provincias más castigadas por el coronaviru­s, debían ser incluidas en la “zona roja” que obligaba en los municipios de la Lombardía del sur a una estricta cuarentena. Pero las dos provincias mártires de la epidemia en la región se quedaron sin la protección de la “zona roja”.

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REUTERS Auxilios. Un paciente llegado de Bérgamo es atendido en el aeropuerto alemán de Helmut-Schmidt.
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EFE Atención. Una persona contagiada del virus, hospitaliz­ada en Milán, con el equipamien­to respirator­io.

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