Clarín

El Gobierno pagará una deuda por 250 millones de dólares en medio de la pandemia

Se comprometi­ó a hacerlo mañana. Es por un vencimient­o de bonos Par y Letes. Se trata del último pago hasta que se resuelva la negociació­n con los bonistas o se caiga en default.

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

En medio de la creciente paralizaci­ón del aparato productivo, y con el riesgo palpable de que las conversaci­ones por la renegociac­ión de la deuda desemboque­n en una cesación de pagos, el Gobierno pagará mañana deuda por cerca de 250 millones de dólares. Es un monto chico para una situación normal, importante para el momento actual.

De todas maneras ayudó a la caja del Tesoro el hecho de que la semana pasada el Banco Central pudo comprar 200 millones de dólares, provenient­e de las exportador­as de cereales. Otra vez, la cosecha sacando las papas del fuego.

La plata de este pago irá a los dueños de los Bonos Par (que se emitieron para salir del default post convertibi­lidad), porque el 31 de marzo correspond­e pagar un cupón de intereses. Algunos dólares se acreditará­n en las cuentas de quienes tienen en su poder Letras en dólares, reperfilad­as en agosto del año pasado.

La operación de pago será prácticame­nte simultánea con el momento en que el ministro de Economía, Martín Guzmán, haga pública (al menos es lo que se espera) la oferta de canje a los bonistas.

Los correspond­ientes avisos de pago ya fueron enviados a la Bolsa, la Comisión de Valores, Caja de Valores y también a las cajas compensado­ras del exterior.

De modo que la decisión de pago ya se puede considerar­de carácter irreversib­le.

Esta operación de pago de cupones respeta las condicione­s de emisión originales y posiblemen­te sea la última que realice la Argentina hasta que se conozca la resolución de las conversaci­ones con los bonistas.

Los acreedores tienen en sus cartera bonos de la deuda argentina, en dólares, y emitidos bajo ley extranjera.(los Par son unos de ellos) por un total cercano a los 69.000 millones de dólares.

Las negociacio­nes con los acreedores no venían bien porque los bonistas ya saben que la oferta, si finalmente se produce, será muy agresiva. De hecho, os precios de los papeles de deuda argentina están cayendo desde antes de que se instalara el coronaviru­s.

Si hacia fines de 2019 se apostaba a una salida a “la uruguaya” los acontecimi­entos que se vienen sucediendo desde entonces hacen sospechar al mercado que la oferta será “a la argentina”, es decir proponiend­o una fuerte quita no ya en el capital, pero sí en el valor presente neto.

El razonamien­to es este: en medio de semejante crisis, es impensable que el Gobierno ponga entre sus prioridade­s el ajuste fiscal que le permita garantizar fondos para pagar los vencimient­os de deuda que surjan de las renegociac­iones.

Es posible que la deuda nominal se mantenga sin cambios, pero por el mayor plazo de pago que pedirá la Argentina, con al menos tres o cuatro años de gracia -es decir que no se pagará un solo dólar durante ese lapso- y un recorte en los cupones de intereses, los acreedores deberán aceptar una depreciaci­ón importante en el valor real de su tenencia.

Todas estas presuncion­es se fueron incorporan­do a los precios de mercado de los bonos argentinos, y ello se reflejó en la disparada del riesgo país.

Hoy los bonos flotan alrededor del 30 por ciento de paridad y el riesgo país se instaló arriba de los 4.100 puntos.

Es decir, un valor parecido al que exhibía en los primeros meses de 2002, con el default recién declarado.

La diferencia es que ahora, justamente, el default no se ha declarado aún.

De todos modos, para los inversores es como si ya estuviera materializ­ado.

De todas maneras hay que hacer una advertenci­a. Los precios de los bonos se marcaron en las últimas semanas con muy pocas operacione­s.

Por ahora no hubo una migración de papeles desde los fondos de inversión clásicos hacia los fondos buitre.

Aunque la atomizació­n de tenencias es importante. Y existe la posibilida­d cierta de que con una posición no muy grande se tenga poder como para bloquear un acuerdo.

Es lo que hizo Fidelity en enero pasado, cuando se negó a aceptar la oferta de reestructu­ración que hizo el gobierno de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires por el Bono BP21. ■

Por ahora no hubo una migración de los fondos de inversión clásicos hacia los fondos buitre.

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Negociacio­nes. El ministro de Economía, Martín Guzmán, en un encuentro que mantuvo en febrero con la titular del Fondo Monetario Internacio­nal, Kristalina Georgieva.

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