La oportunidad del sistema educativo en tiempos de pandemia
Llegó la cuarentena en el inicio del ciclo lectivo 2020. Ante esto, el contexto de los hogares se ve modificado por la incertidumbre, el encierro, los cuidados extremos, el miedo. En las escuelas se inicia una etapa y, en el mejor de los casos, los niños y jóvenes conocen a sus docentes. El vínculo de la escuela con la niñez y la juventud se establece a través de tareas y plazos que, en muchos casos, los alumnos reciben de personas (profesores o maestros) a las que no conocen. En las tareas hay implícita una prisa por adelantar contenidos desconocidos. Lo que invitando a googlear y cortar y pegar sin una dirección clara y, lo que es más desalentador, sin haber hecho un diagnostico de los saberes de niños y jóvenes. Pareciera que nadie se cuestiona y ya con el piloto automático a disposición se sigue y se sigue. La premisa hasta llega a los medios de comunicación que animadamente se invitan a “cumplir sin miedo”. ¿Alguien ha pensado que esta niñez y esta juventud por primera vez en su vida transitan algo así? ¿Y que en su interior hay un sinfín de emociones y sentimientos? ¿Qué sienten al recibir tareas de temas que no saben de qué se trata y de personas que no conocen? Este despertar de consciencia al cual nos invitan será una oportunidad para que, como docentes, tengamos una mirada más empática, más humana y transgresora al servicio de nuestra vocación. Los contenidos son importantes si no perdemos de vista quién los recibe y en qué contexto. El desafío es utilizar la tecnología al servicio de esta situación, proponer el encuentro a través de las redes sociales, mostrarse cerca, preguntar cómo se sienten. Que los docentes cuenten cómo se sienten. Será un hermoso portal para usarlo siempre. Al sistema educativo lo modifica quien lo siente y lo hace, no sólo quien lo piensa. Hay que recordar que la salud física incluye la psíquica y emocional.
Patricia Ferreyra Sosa patrireflexin@gmail.com