Quejas de los vecinos y dudas de los especialistas sobre la medida
Reacción. Los mayores de 70 aseguran que están organizados y salen a la calle sólo para cuestiones esenciales. Advierten sobre el impacto psicológico.
El “Permiso de Circulación” para mayores de 70 años generó muchas repercusiones entre los especialistas y, especialmente, entre quienes ahora deberán tramitarlo.
Eugenio Semino, director de Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo, le manifestó a Clarín su preocupación sobre esta medida: “Desde la visión de lo gerontológico, es una medida que parece como una tutoría sobre los adultos. Por otra parte, anacrónica, porque desde hace décadas venimos trabajando sobre el concepto de la autovalidez; el adulto mayor no es un minusválido. Cada vez que los adultos mayores rompieron la cuarentena masivamente fue por razones que impuso el Estado: tuvieron que salir a hacer horas y horas de cola en los bancos para cobrar jubilaciones atrasadas durante 15 días, salir a pagar los servicios en unos pocos locales habilitados, y en estos días luchando con la vacunación, que viene demorada y los obliga a ir de farmacia en farmacia”.
“Asusta un poco que nos pongan en esta situación de tener que pedir ese permiso para salir. Tenemos que hacer un trámite más. Igual, lo voy a hacer porque la verdad no me cuesta nada hacerlo y tengo el chip de cumplir con todo, no lo puedo evitar”, cuenta a Clarín Osvaldo Flores (80), vecino de Recoleta. “En mi casa somos tres, tres viejos: mi esposa, mi cuñada y yo. Somos autosuficientes y ya organizamos todo para salir una sola vez en la semana y de manera rotativa. Nos hemos incluso bajado las aplicaciones de los supermercados y hacemos pedidos. Cuando tengamos que salir, pediremos el permiso al 147”, relata.
“No quiero decir una barbaridad, pero creo que nos tratan como a personas que no tenemos la capacidad de pensar por nosotros mismos. Este país jamás cuidó a los viejos y ahora se quieren venir a hacer los que nos cuidan. Llevamos décadas recibiendo jubilaciones mal liquidadas después de toda una vida de trabajo; nos han recortados los haberes; nos han sacado los beneficios que teníamos en remedios; somos el último orejón del tarro. ¿De qué cuidados estamos hablando? Ahora los políticos salen a hacerse los buenos con los adultos mayores. Pero ni se me ocurre, ni por un segundo de mi vida, aunque no tenga nada que hacer, llamar al 147. O llamaría para dejar una queja por esta medida absurda”, sentenció Carlos María (75), vecino de Barracas.
Carlos vive en una torre muy grande, en donde hay tres encargados. “Hay bastantes viejos en el edificio, pero estamos súper organizados, nos armamos un grupo de WhatsApp solo para emergencias o necesidades y los tres encargados también participan y nos ayudamos entre todos”, contó.
Mariano Sassano, profesor en la Facultad de Motricidad Humana de la UAI e integrante de la Red Social Derechos Humanos para un Envejecimiento Activo y Saludable (RSDHEAS), evaluó el impacto de la cuarentena y de esta medida que implementará la Ciudad desde el lunes. “El aislamiento nos atraviesa a todos y especialmente al grupo de adultos mayores. Vemos que la pandemia sigue ganando terreno, y esto genera mucha preocupación, por supuesto. Más allá de este nuevo trámite, me preocupa que se desvirtúe la percepción hacia este grupo etario, espero que no se genere una mirada negativa hacia ellos. No olvidemos que además de la preocupación que tienen sobre la pandemia, también están preocupados por la economía de sus hijos, por no ver a sus nietos, porque tienen que hacer horas de cola para cobrar la jubilación”, reflexionó. ■