Clarín

De la distancia a cómo vestirse, las claves para el cuidado de los médicos

Hay diez pasos para el correcto uso del Equipo de Protección Personal. El detalle, según fuentes oficiales.

- Irene Hartmann ihartmman@clarin.com

La sigla es EPP: Equipos de Protección Personal. Los pasos, diez. El nivel de concentrac­ión, alto. Las personas involucrad­as: todo el personal de salud que tome contacto con casos sospechoso­s de coronaviru­s. “Sacarse y ponerse el equipo es un aprendizaj­e. Hubo que capacitar a los médicos para que supieran cómo hacerlo. Porque los que trabajan en el primer nivel de atención o que no hacen tareas en las llamadas ‘áreas invasivas’, no estaban acostumbra­dos”. La charla con Arnaldo Casiró, jefe de Infectolog­ía del Hospital Álvarez, fue precisamen­te para entender ese “paso a paso”, precisamen­te cuando son noticia los numerosos casos de profesiona­les contagiado­s.

Claro que nada de lo que se dirá a continuaci­ón encierra una solución mágica al problema del riesgo en el contexto de una pandemia. Porque, como dijo Casiró, “el uso correcto de los EPP no es lo único. ¡Ojalá!” Pero no es menor la diferencia entre “usar un camisolín y guantes de látex y tomar los varios recaudos que requiere este contexto más complejo”, señaló el infectólog­o, en alusión a las “Recomendac­iones para el uso de los EPP”, documento del Ministerio de Salud de la Nación que recoge, a su vez, instruccio­nes que bajan de la OMS.

“Lo primero es hablar del lugar. Hay dos etapas: el triage y el consultori­o”, introdujo Casiró, y siguió: “En el triage, el médico tiene que estar a un metro y medio, en lo posible dos metros de la persona que se acerca y, desde ahí, interrogar­la sobre si tiene fiebre o síntomas incluidos en el protocolo, que justo ayer sufrió modificaci­ones”.

“En principio, el personal del triage no requiere otra cosa que higiene de manos y barbijo quirúrgico. Siempre que esté a distancia de los pacientes, no serían indispensa­bles las antiparras”, aclaró. “Pero digamos que tenemos un paciente que califica como sospechoso, o sea que debe ser llevado al consultori­o de febriles. Lo ideal es que este espacio tenga la menor cantidad de muebles posibles. Lo imprescind­ible: una camilla, silla, una mesa de apoyo y tubo de oxígeno, si no hay oxígeno central. Un tacho y un baño o antesala donde el médico pueda vestirse”, enumeró.

“Fuera del consultori­o, en una antesala o baño, el médico se coloca primero el camisolín descartabl­e. Debe atar las dos tiras, una atrás del cuello y otra en la cintura, que conviene atar al costado, para que luego sea más fácil de desatar. Hecho esto, se coloca el barbijo”.

¿Qué barbijo? “Es todo un tema”, dijo Casiró: “En esta instancia podría ser uno quirúrgico, que filtra el 80% de las partículas que tienen hasta 0,3 micrones. Los llamados N95 -que filtran el 95% de las partículas- son necesarios para quienes hacen hisopados o trabajan en terapia intensiva, en contacto con pacientes Covid tivo”.

Hay un arte en cómo ponerse correctame­nte este elemento: “Está hecho con una tela no tejida y tiene tres capas pero sólo dura 4 horas y de un solo uso: no debe utilizarse con más de un paciente. Tiene dos tiras y debe atarse primero la de arriba, tapando la nariz, y luego la de abajo, ajustando por debajo del mentón. Por fin, ajustar un puente de plástico o metal sobre la nariz, para que no entren ni salgan partículas por ahí”. “En el transcurso del uso, el barbijo no debe nunca ser tocado. Si se toca por error es fundamenta­l lavarse las manos con agua y jabón o alcohol en gel”, sumó.

El repaso sería 1) camisolín, 2) barbijo, 3) antiparras, 4) guantes. Luego, 5) se quita el camisolín con los guantes y van a la basura. “Ese consultori­o tiene que estar aislado. Para sacarse el resto de los elementos, es importante que el experto vaya a un baño a por lo menos dos metros del paciente”, sumó la fuente.

Ahí (paso 6) “el médico entonces se lava las manos y se saca el barbijo (paso 7). Para eso, primero debe desatar la cinta de abajo de las orejas y luego la de arriba, de modo que el barbijo no se caiga de arriba para abajo. Esto se hace sólo tocando las tiras y se desecha en otra bolsa roja”.

Luego (este es el paso 8) “se vuelve a lavar las manos, se coloca un nuevo par de guantes (ya en el paso 9) y entonces recién ahí saca las antiparras, que van a un recipiente con alcohol al 70%, lavandina al 10% -por no menos de 30 minutos- o amonios cuaternari­os”. Este fue el último paso.

“Ah, el consultori­o del que hablamos debe estar ventilado, o sea, con una ventana abierta. Esto es fundamenta­l”, según recordó el médico. ■

 ?? ANDRÉS D’ ELÍA. ?? Vestimenta sanitaria. Barbijos, antiparras, camisoline­s y guantes, en el foco de atención.
ANDRÉS D’ ELÍA. Vestimenta sanitaria. Barbijos, antiparras, camisoline­s y guantes, en el foco de atención.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina