La bohemia de la cenas
Algunos veteranos la seguimos llamando “bohemia”. Es un término viejo que tiene que ver con las reuniones con amigos, las sobremesas, las anécdotas repetidas de “hazañas” y “fracasos”. Y con códigos firmes que no permiten ventilar cuestiones que se identifican como privadas. Este periodista está incluido en la lista de los fanáticos de esos encuentros. Hace años que terminó el secundario pero periódicamente se encuentra con un grupito de compañeros del Comercial N°5 José de San Martín. Miércoles por medio se junta con compañeros del ex Banco de Boston, de donde fue despedido en 1974. Porque me gusta agregué algunos amigos ajenos. Somos 7, ahora. Con cuatro “nativos” (del Banco) con los que la amistad ya pasó 50 años. Hay otra cena mensual con periodistas deportivos del mismo grupo etario, y un par de menores. También una dominguera (de madrugada) con tres amigos que me hacían el aguante hasta la salida de un programa de TV. Y después, los más reiteradas son las salidas con un grupo heterogéneo, pero de raíz futbolera: el Coco Basile, Mostaza Merlo, Roberto Saporiti, el Ruso Ribolzi, el Bambino Veira. Esas son los lunes y jueves. Aunque los lunes es infalible. Cacho Paladino, médico de los grandes campeones de boxeo y campeón mundial con el River de Veira, en 1986. Y hay varios personajes importantes. Más de doce. Si el número marca 13 hay que tirar una cebolla debajo de la mesa. Casi todos somos “personas de riesgo”, por la pandemia. Estamos “guardados”. Y no alcanzan las comunicaciones telefónicas. Necesitamos que vuelvan las comidas sagradas. Para salvar nuestra bohemia.