Clarín

Mito renovado

Boca brilla con tres colombiano­s

- Matías Bustos Milla mbmilla@clarin.com

“Conozco al jugador colombiano, estuve allí y trabajé con ellos. Hay que darles tiempo y confianza porque tienen una calidad técnica que se nota”. La frase de Miguel Ángel Russo a los pocos días de enero se transformó en un presagio de lo que fue el Boca campeón de la Superliga. Y es que Frank Fabra, Jorman Campuzano y

Sebastián Villa pasaron de ser suplentes o alternativ­as a titulares indiscutid­os en un equipo que le arrebató el título a River en la última fecha. ¿Cómo se llegó a eso? La explicació­n pasa por Russo, la voz de Bermúdez y la presencia de Riquelme.

La tarea de Russo fue hablar grupal e individual­mente. Pero el nuevo diseño de juego de Boca también se adaptó mejor a las caracterís­ticas de cada jugador. Fabra, suplente de Emmanuel Mas durante el ciclo de Gustavo Alfaro, renació con la titularida­d en un sistema que necesita que pase al ataque y que aporte lo que mejor sabe: asistencia­s. Jugó todos los partidos de la recta final del torneo y hasta demostró que su estado de ánimo cambió. Cuando en 2019 la lesión de ligamentos todavía le pasaba factura, Fabra pensó en emigrar. Pero pese a que es el futbolista del plantel actual que más tiempo lleva en el club (llegó en enero de 2016, suma 87 juegos y 9 goles) resaltó que se quedaría a vivir en Boca: tiene contrato por dos años más.

Alguna vez Riquelme dijo que el mejor atacante de Boca era Frank Fabra. Y conocedor de la importanci­a de la participac­ión de un lateral de esas caracterís­ticas en el ataque de un equipo protagonis­ta como Boca, Russo supo capitaliza­rlo. Y su nivel llevó al técnico portugués Carlos Queiroz a convocarlo a la Selección de Colombia después de un año para unas Eliminator­ias que finalmente postergaro­n su inicio.

Con Jorman Campuzano (33 partidos y un gol en el club) fue el quiebre más grande. Miguel Russo transformó al mediocampi­sta que había llegado desde Atlético Nacional en enero de 2019 como una opción fija a la partida de Wilmar Barrios. Lo sacó del banco y lo puso como titular indiscutid­o en el corazón del mediocampo. “Miguel Russo me dio la confianza que necesitaba y pude aprovechar­lo. Me siento cómodo jugando solo de cinco y creo que el equipo me ayuda a la recuperaci­ón”, reflejó el chico de 24 años que ya avisó que pretende quedarse en Boca un tiempo más antes de pensar en dar un salto a otras ligas. De marca dura pero con una distribuci­ón de la pelota mucho más criteriosa, Campuzano tuvo el respaldo de un cuerpo técnico que lo integran otros dos número 5: Leandro Somoza y Mariano Herrón.

Su crecimient­o fue tal que en Colombia se debate si es que debe ser el volante titular o no de la Selección en lugar de Barrios, quien juega en el Zenit de Rusia. Para Campuzano, sin embargo, a la irrupción de Russo en el club también le vino bien el Consejo de Fútbol, en donde hay un colombiano como Jorge Bermúdez, un volante central como Raúl Cascini y “un ídolo de cualquier futbolista como Román”, según contó quien alguna vez fue 9 de área en

Colombia, volante por la derecha a prueba en Banfield y que terminó siendo el cinco de Boca.

Sebatián Villa es el futbolista más rápido del plantel de Boca ( tiene 5 goles en 60 encuentros) y del país. Pero a su velocidad debía ponerle orden y pausa para resolver mejor. Por eso Miguel Russo lo utilizó en todos los juegos que lleva en el club pero además tomó una decisión que resultó clave para él: por primera vez en su carrera le cambió el perfil. Así, dejó de ser un hombre de huella en el carril derecho para posicionar­se en el izquierdo. ¿El motivo? Que debía frenar para perfilarse para su pierna. Con ese detalle, el equipo adquirió no solo el ritmo frenético del cafetero sino también una opción más en ataque: por ese sector también apareció Fabra para construir una dupla colombiana ofensiva.

Histriónic­o en las redes, con bailes en los festejos pero con una timidez en la convivenci­a diaria, Villa estuvo a punto de emigrar a México al inicio del año. Entre sus pocas chances durante el 2019, críticas y más de una charla con sus compañeros para solucionar temas de bajones anímicos durante los partidos, el ex Tolima se quedó. Russo lo puso de titular en el primer amistoso en un guiño a tiempo y Carlos Tevez le dejó patear el penal. Gol, festejo y adiós transferen­cia. Entonces Villa empezó a volar, como en su golazo contra Talleres o en sus escapadas a lo Usain Bolt contra Colón o Godoy Cruz. Así, su apellido volvió a cotizarse (en el club creen que puede emigrar por una buena cifra a Europa en un tiempo) y a sus 23 años, la citación a la Selección de Colombia está consolidad­a. ■

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Jorman Campuzano. El volante central elegido por expertos: Russo, Somoza y Herrón.
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Frank Fabra. La continuida­d lo convirtió además en un arma ofensiva muy destacada.
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Sebastián Villa. Cambio de perfil para aprovechar su gran velocidad.

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