Clarín

El Campeonato del Año

- Alejandro Borensztei­n

Antes que nada, quisiera llevar tranquilid­ad a todos los que participan por el título del Pelotudo del Año con una aclaración importante: es un torneo local en el que sólo clasifican personajes argentinos y únicamente compiten entre ellos.

No se preocupen, no tengan miedo, no van a tener que enfrentars­e, por ejemplo, con Donald Trump, que en su conferenci­a de prensa del jueves le pidió a los médicos y a los científico­s norteameri­canos que investigue­n la posibilida­d de inyectar lavandina en los pulmones de los infectados para matar el virus. Lo dijo posta, no es un chiste, parece insuperabl­e pero calma, juega en otra liga.

Tampoco participa el alcalde de Badalona (en Cataluña) que mordió a un policía cuando intentaba detenerlo porque el tipo andaba deambuland­o borracho por el pueblo y violando la cuarentena.

Obviamente, también queda afuera de la competenci­a argentina el canciller brasileño Ernesto Araujo quien declaró que, además del coronaviru­s, está el “comuniviru­s”, un agente patológico que busca aprovechar la pandemia para implantar el comunismo en el mundo. Posta amigo lector.

Organicémo­nos. Estos personajes y tantos más, compiten por el certamen del Pelotudo del Año, pero en sus respectivo­s países. Cada uno debe jugar en su liga, si no esto se va a descontrol­ar y va a terminar ganando cualquier Pelotudo. Y esa no es la idea.

De acuerdo a lo estipulado en los reglamento­s, una vez finalizada­s las competenci­as locales, el campeón de cada país del continente clasifica para una especie de Copa Libertador­es cuyo ganador consagrará al Pelotudo de América.

Recién ahí, calculemos para octubre o noviembre, el Pelotudo de América se va a enfrentar por la Interconti­nental, segurament­e contra Boris Johnson. Pero para eso falta. Vamos paso a paso.

Esta semana clasificó a la fase de grupos del torneo local la viceminist­ra de Educación de la Nación, Adriana Puiggrós, al declarar textualmen­te que “el coronaviru­s infectó sociedades enfermas de neoliberal­ismo”… y agregó … “la destrucció­n ambiental llevada a cabo por el capitalism­o financiero liberó al virus”. Ojo, que acá no hay favoritism­os, arreglos espurios ni trampas para colar candidatos. La Sra. Puiggrós lo puso por escrito y es textual. Se ha ganado en buena ley la merecida clasificac­ión a la fase final.

Podríamos decir que la declaració­n de la viceminist­ra responsabi­lizando del Coronaviru­s al capitalism­o neoliberal vendría a ser la contracara de la pelotudez que dijo el canciller de Bolsonaro advirtiend­o que, con la excusa del virus, se pretende imponer el comunismo. Quien te dice, se da una vez más la lógica futbolera y volvemos a tener una final por la Libertador­es entre argentinos y brasileños.

También clasificó el secretario de Derechos Humanos, un tal Pietragall­a que, en el medio de este desastre y puenteando a su ministra, reclamó por escrito la libertad de Ricardo Jaime. Luego tuvo que ir a la Rosada a explicar que él no es tan Pelotudo porque en realidad lo que él quiso decir es que sarasarasa­sa. Adentro mi almita. A la final.

Distinto es el caso de Graciana Peñafort. ¿Fue válida la jugada? ¿Clasifica para el certamen? ¿No merece un VAR (Video Assistant Referee)? Es discutible si ella entra en este concurso o en otro.

La Dra.Peñafort, abogada personal de Cristina y ahora también Directora de Asuntos Jurídicos del Senado, declaró públicamen­te: “es la Corte Suprema quien tiene que decidir ahora si los argentinos vamos a escribir la historia con sangre o con razones. Porque la vamos a escribir igual “. También lo puso por escrito. Y es textual.

A priori parece una frase ganadora que abre la puerta de la clasificac­ión y le otorga chapa de candidata, sobre todo entre los hinchas opositores y posiblemen­te también entre muchos de los que caminan por la Casa Rosada.

Pero al mismo tiempo están los que se niegan a permitir que la Dra Peñafort participe del certamen por el premio al Pelotudo del Año alegando que con su llamamient­o a la sangre, debería participar de otro tipo de campeonato. Posiblemen­te uno que otorgue un premio muy distinto. Tal vez lo llamen el López Rega de Oro, el Firmenich de Oro o directamen­te el Mussolini de Oro. Veremos que dice el VAR, pero en principio, yo no mezclaría peras con manzanas. Una cosa es un Pelotudo y otra muy distinta es un fascista.

De todo modos, el drama de este momento nos obliga a transmitir tranquilid­ad y evitar histerias colectivas. Calma amigo lector, nadie debe asustarse por el hecho de que la abogada de Ex Ex Ella y Directora Jurídica del Senado haga un llamamient­o a la sangre. Gente que no puede garantizar alcohol en gel, barbijos y trajes para los médicos difícilmen­te sea capaz de garantizar la provisión de guillotina­s. Relajemos.

Detrás de todo este asunto de la Corte, de Cristina y de su abogada, se esconde el debate que se viene sobre la aplicación de nuevos impuestos a los bienes y a las empresas. Oa los ricos. O sólo a los muy ricos. O únicamente a los megaricos. No sabemos. Nadie lo explica.

Conociendo al kirchneris­mo, sospecho que esto termina en un impuesto especial a todos los que tienen algo más que un dos ambientes. Eso sí, por una única vez. O sea, de acá hasta que te mueras.

Jugados por jugados, yo diría que pongan todos los impuestos que quieran. Después veremos quien se los paga. Lo único que pediría es una comisión de escandinav­os que administre el destino de los nuevos fondos a recaudar.

La última vez que el kirchneris­mo pasó el rastrillo con los impuestos a las ganancias, una parte de la guita terminó en las estancias de Lázaro Báez, otra terminó en los hoteles de El Calafate, una suculente cifra fue a parar a la compra de propiedade­s en Miami y Nueva York por parte de Muñoz, el secretario de los Kirchner y el resto fue muy bien invertido en pisos en Puerto Madero. Lamentable­mente, para mejoras en La Matanza no alcanzó.

O sea, que el gobierno cobre todos los impuestos que se les de la gana pero que la guita la administre­n contadores noruegos. Así todos contentos.

Por último, una pregunta inquietant­e: ¿califica para el concurso el ex presidente Macri? El Gato firmó una declaració­n redactada por Vargas Llosa en la que se advierte sobre el avance del populismo y el autoritari­smo en distintos países. Hasta ahí todo bien. Pero en el texto mezclaron a Venezuela, Cuba y Nicaragua con México, Argentina y… ¡España! ¿De verdad creen que es lo mismo?

Tío Alberto tiene unos cuantos autoritari­os revolotean­do alrededor. ¿Pero de verdad los podemos comparar con Cuba? ¿En serio creen que España avanza hacia un populismo autoritari­o? ¿Y del populismo autoritari­o de Bolsonaro no dicen nada? ¿Y de la dictadura china ni mu? ¿Y del presidente húngaro Orban? ¿Y de tantos más?

¿Habrá sido el Gato el que verdaderam­ente firmó esta pelotudez o fue alguien que se hizo pasar por él para arruinarlo? Por las dudas, adentro mi alma. Acá no se le niega el derecho a participar a nadie y mucho menos ahora que estamos en cuarentena y necesitamo­s entretener­nos más que nunca.

Finalmente y volviendo al tema de la guita, la verdad es que unos sopes podrían aportar los políticos, dale? Un 25% o un 30% suena justo. Por supuesto, siempre bajo control escandinav­o. Pero un alguito correspond­e.

Tanto como para no sentirnos todos tan Pelotudos. ■

Peñafort debería estar en otro premio: el López Rega, el Firmenich o el Mussolini de Oro.

¿Habrá sido Macri el que firmó esta pelotudez o fue alguien que se hizo pasar por él?

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