CONTÁMELO OTRA VEZ Abren las fronteras para salvar vidas
La emoción se escucha del otro lado del teléfono. A una se le quiebra la voz. A la segunda se le nota el entusiasmo. Son dos mujeres que necesitan hacerse trasplantes de médula ósea. Las células que van a recibir provienen de donantes extranjeros, pero habían quedado trabadas con el cierre de fronteras decretado por la pandemia. Felizmente, llegaron a la Argentina.
“Estoy muy contento de anunciar que cuatro argentinos recibirán un trasplante de médula con donantes del exterior. Esta semana llegaron células de donantes provenientes de Israel, Brasil y Alemania, que beneficiarán a cuatro argentinos que esperan un trasplante de médula ósea”, publicó en Twitter el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García.
Cada caso tiene nombre y apellido. Uno de ellos es el de Mariana Plater, una médica pediatra de 54 años, que vive en Vicente López y dio a conocer su historia en redes sociales. El año pasado le diagnosticaron una leucemia mieloide aguda FLT3 de alto riesgo.
“El 14 de febrero me comunicaron que tenía un donante 100% compatible en Alemania, quien aceptó donarme su médula. El 16 de marzo me informan que debido al cierre de fronteras de todos los países por el coronavirus no se realizará mi tan deseado y necesario trasplante”, decía el mensaje que circuló por WhatsApp.
Este viernes su tono cambió. “Estoy contenta. Ya llegaron. El primer paso ya está, que es lo más importante”, comenta a Clarín, el mismo medio con el que habló un mes atrás. “Hubo una movida por parte de ustedes, gracias a las notas. Eso facilitó un montón de contactos, puso el tema (en agenda), movilizó a gente, y creo que presionó a la toma de decisión. Y, obviamente, que el Incucai se encargó de todo”, agradece.
Todavía no sabe cuándo será su trasplante. “Con esto del coronavirus no se puede hacer de inmediato, como era antes. Ahora se congelan las células madre y se espera 15 días para confirmar que no tengan coronavirus. Y me tienen que hacer unos análisis, que hay que repetir. Si está todo bien, me darían la fecha”, explica.
También hubo novedades para Carolina Embon, de 42 años. Con un diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda con cromosoma Filadelfia, asegura que “costó muchísimo encontrar el donante 100% compatible”.
“Soy uno de los cuatro casos. Estoy contenta. Las células que viajaron desde Israel ya están criopreservadas. La verdad que fue una noticia excelente, después de tanto estrés, por fin una buena”, comparte desde su casa de Belgrano.
Ella tampoco tiene fecha para el procedi
El Incucai habilitó la llegada del exterior de células para realizar trasplantes de médula durante la cuarentena.
miento. “Lamentablemente, no puedo ir ya a trasplante porque la biopsia salió mal. Y la semana que viene me interno un mes para un tratamiento intensivo de adecuación y ver si puedo ir a trasplante”, cuenta Carolina.
Celebra que “se sumaron un montón de voluntades en poder destrabar esto”. Menciona la
nota que hizo Clarín, además del trabajo del Ministerio de Salud, el Incucai, la Embajada de Israel y Cancillería. “Se articuló todo y se pudo lograr. Estoy súper agradecida porque, por lo menos con nuestros casos, la cosa fluyó”, comenta.
Pero hay otros que no tuvieron la misma suerte, como Pablo De Vaan, un vecino de Caballito de 27 años con diagnóstico de aplasia medular. Tiene tres posibles donantes en Estados Unidos. “Sigo en espera. Me atiendo en el Hospital Italiano, y las trabas que me informaron eran cierre de fronteras y que había muy pocos vuelos para traerla”, cuenta Pablo.
“Después me dijeron que el banco de Estados Unidos no estaba respondiendo, que ellos argumentaban que era debido a que la pandemia generaba caos y no querían movilizar a los donantes. Y lo último que me dijeron, el martes, fue que se habían contactado con el banco, que había respondido, y que iba a empezar a contactar a los donantes”, continúa.
Ante la consulta de si traerán más células, fuentes del Incucai explican que “continuamente ingresan solicitudes y se evalúa caso por caso” y agregan que “se están incrementando los países desde los cuales se pueden recibir células de donantes”.
Respecto a las donaciones que provienen de Estados Unidos, como el caso de Pablo De Vaan, los voceros del Incucai aseguran que “se están resolviendo en estas semanas las dificultades existentes”. Son pacientes que no cuentan con un donante compatible en su familia, lo que sucede en el 75% de los casos. Por eso, deben recurrir a un donante no emparentado a través de los registros mundiales.
En lo que va de 2020, ya se realizaron 22 trasplantes de CPH -conocidos como trasplantes de “médula ósea”- a pacientes argentinos con donantes del exterior, a los que se sumarán estos cuatro. Además, en lo que va del año, otros siete pacientes argentinos recibieron un trasplante de CPH con donante de nuestro país.
Al procedimiento habitual tuvieron que sumarle estudios específicos para descartar Covid-19, que hacen localmente o cuando las células llegan al país, según las políticas de cada registro del mundo. Se cuarentenan las células criopreservadas y se monitorea al donante, para asegurarse que no desarrolle síntomas en los 14 días posteriores. Además, al donante, en los 15 días previos al procedimiento, le hacen una encuesta epidemiológica y estudios para determinar su salud.
También cambió la forma de traer las células del extranjero, que antes se realizaba en vuelos de pasajeros con la participación de personal especializado. Ahora, se optó por la alternativa de que pilotos y tripulación de algunos vuelos de carga puedan traer consigo las células, en una modalidad llamada care of crew (cuidado del personal de la tripulación). ■