Italia cantó el “Bella Ciao” y se alista para reducir la cuarentena
Celebración. Fue el aniversario de la liberación del nazifacismo. Cantaron en todos los balcones, mientras se organiza la flexibilizadión del aislamiento por el virus.
Italia festejó con emoción y sin celebraciones ni fiestas en las plazas el 65 aniversario de la Liberación del nazifascismo, el 25 de abril de 1945, jornada de la insurrección en Milán que concluyó con el fusilamiento del dictador Benito Mussolini. Confinados en sus viviendas, desde los balcones en todo el país los italianos cantaron “Bella Chau”, la canción de los partisanos antifascistas recordando historias y valores que son patrimonio del país y de su identidad”. La celebración más extraordinaria del Día de la Liberación la convirtió en un símbolo la lucha contra la epidemia del corona virus, que está entrando en una segunda fase de apertura controlada de la vida social.
El presidente italiano Sergio Mattarella subió solo en una desierta plaza Venecia, en el corazón del centro histórico de Roma, hasta el Altar de la Patria y rindió homenaje al Soldado Desconocido. Tras depositar una ofrenda floral bajó colocándose el barbijo junto con dos coraceros que también tenían puesta la mascarilla, para recordar la grave emergencia nacional que vive el país y que, hasta ahora, dejó 26 mil muertos.
Más tarde recordó que el Dìa de la Liberación “nació una nueva Italia unida en torno a valores morales y civiles universales, que ha sabido construir su propio futuro”.
La jornada hizo vivir un momento de unidad nacional mientras aumentan los preparativos para la riesgosa pero necesaria Fase 2, que en varias etapas debe reactivar desde el 4 de mayo las actividades productivas y sociales, salvo en el caso de las escuelas, que permanecerán cerradas.
El comisario Domenico Arcuri, a cargo de la emergencia, dijo que “todavía no hemos vencido y hoy es la fiesta de la liberación, pero deben comprender que no nos hemos aún liberado del virus, no estamos aún en el 25 de abril en la guerra contra este enemigo invisible. No hemos reconquistado nuestra libertad y los componentes normales de la vida de todos nosotros”.
Arcuri anunció que el 4 de mayo, partirán 140 mil test serológicos, que en su mayor parte serán análisis de sangre para detectar los contagiados. Los controles serológicos se agregan a los cientos de miles de hisopados que ya se han llevado a cabo desde el inicio de la epidemia, el 21 de febrero. añadió que han sido distribuídas ya 138 millones de mascarilllas. Los barbijos son de uso obligatorio. Arcuri informó que las regiones cuentan con 47 millones de tapa bocas y que el Estado adquirió 51 maquinarias para producir 25 millones al día.
También indicó que una de las medidas de control en la Fase 2 previstas para la reanudación de las actividades, es la introducción de termoescaners en las grandes estaciones ferroviarias y los aeropuertos, para medir la temperatura de la gente y detectar a quienes registran más de 37,5 grados, que es indicador del contagio con el Covid-19.
La Fase 2 se iniciará este lunes 27 con la apertura de los sectores productivos de más bajo riesgo, por ejemplo la industria de la construcción pública. Probablemente se autorizará a los comercios que hayan puesto a punto las medidas de seguridad.
El 4 de mayo se activarían los grandes sectores manufactureros, pero la inserción en la producción será gradual porque las fábricas carecen de materias primas. El acuerdo del gobierno, los empresarios y los sindicatos garantiza que ninguna línea de actividad será permitida si no se aplican las medidas de seguridad, como la distancia entre los trabajadores.
Las industrias del automóvil, autopartes, la moda y los astilleros comenzarán el lunes 4 pero los grupos empresarios estiman que tardarán hasta un mes para funcionar a pleno
También las grandes tiendas comerciales estarán habilitadas pero se estima que recién a mediados de mes trabajarán normalmente. Y el 18 de mayo llegará la hora de los bares y restaurantes. En una primera fase sólo estará permitido consumir de pie y llevarse comidas y bebidas a casa, hasta que se aprueben las distancias para usar las mesas.
Un problema serio lo tiene el sector agrícola por la falta de mano de obra. La Caritas italiana, organismo de la iglesia católica, pidió este sábado la “urgente regularización de los inmigrantes” que ya viven en Italia. Se estima que son necesarios al menos doscientos mil trabajadores. Los sindicatos y la ministra de Agricultura ya coincidieron en la necesidad de aprovechar la situación para hacer emerger el trabajo en negro de explotación de los migrantes y también terminar con el fenómeno del caporalato. Los caporales son los capataces que reclutan extranjeros y nacionales que trabajan en los campos y con ellos ejercitan una notable violencia.
Los productores hortofrutícolas son los más preocupados por la perdida de las cosechas por la falta de mano de obra. Un productor dijo que “si se pierden las cosechas de estas semanas, el costo lo pagarán dentro de unos meses las familias italianos con el alza desmedida de los precios de los alimentos”.
Muchos trabajadores extranjeros se fueron de Italia a raíz de la emergencia y ahora no pueden regresar por las restricciones que se aplican en toda Europa. Por la misma razón fracasaron la gestiones para crear corredores especiales que faciliten la llegada de trabajadores estacionales del este europeo.
El primer ministro Giuseppe Conte se reúne de la mañana a la noche en videoconferencias con delegaciones de su mayoría de gobierno, pero también de representantes sindicales y empresarios. Además con los especialistas que lo aconsejan. Entre este domingo y el lunes debe anunciar como será el comienzo y la evolución de la Fase 2 de progresiva normalización de las actividades productivas y la vida social.
Nervioso, el premier italiano dice a sus consejeros que “no debemos equivocarnos en este pasaje”. En el comité técnico-científico se mantienen las perplejidades sobre la oportunidad de una reapertura que vuelva a dar potencia al contagio del virus. Una parte de los especialistas considera que había que esperar al menos un mes más con la Fase 1 de estrictas restricciones y rígida cuarentena. Muchos científicos temen que después del verano, llegue una nueva oleada de la pandemia del coronavirus con resultados desastrosos y más pánico.
Los problemas económicos “no permiten que posterguemos la apertura”, reconoció el primer ministro. Los números son de una economía de guerra. Un estudio aseguró que en el primer semestre bajará un enorme -15% la riqueza nacional, que a nivel nacional, llegaría en el año a una perdida del -8% del Producto Bruto Interno. La deuda pública, una de las mayores del mundo, saltaría del 134% actual al 155% del PBI. Si hubiera un regreso de pandemia en otoño, la caída de la riqueza nacional superaría el -10%.
El gobierno está por firmar un decreto de 55 mil millones de euros, que se agregan a otros 25 mil millones ya en distribución, para afrontar los gastos sociales enormes por la paralización de empleos y los subsidios a los más necesitados. El endeudamiento llegaría en diez años a 440 mil millones de euros. Italia acude a la ayuda de la Unión Europea, que se apresta a crear un Fondo de Recuperación para los 27 miembros de dos billones (millones de millones) de euros.
El nudo más difícil de resolver para la inminente Fase 2 son los transportes. Se estima que los trabajadores que volverán a la fábrica o a las oficinas impactarán 15% en el tráfico ordinario. Hasta ahora falta un plan de para la puesta en seguridad de los ómnibus y subterráneos para gestionar estos movimientos, sobre todo en las grandes áreas metropolitanas. Hacer respetar las distancias de seguridad es una pesadilla en los medios de transporte.
Las soluciones que se estudian comprenden eliminar las horas de punta, cambiando los horarios en los lugares de trabajo, para aliviar la presión en el transporte. En Roma, la alcaldesa Virginia Raggi está por firmar un acuerdo que agregaría a los ómnibus y subterráneos públicos los pullmans turísticos (hay miles en Roma) que funcionarían como colectivos pagados por el Estado. Otra medida destinada a controlar los movimientos de la gente, consistiría en prohibir el desplazamiento entre las veinte regiones italianas. Solo en la propia región estará permitida la mobilidad. ■
A mitad de mayo bares y restaurantes estarán habilitados pero con los de pie, sin mesas
Cambiarán los horarios en los empleos para eliminar las horas pico y facilitar el transporte