Clarín

Coronaviru­s: “Hay una terrible inequidad con los sueldos de los médicos”

- César Dossi cdossi@clarin.com

En esta crisis sanitaria se ha demostrado la importanci­a que tiene el equipo de salud con la profesión médica a la cabeza. Como cirujano, he afrontado experienci­as extraordin­arias que creí que nada las iba a superar. Por ejemplo, cuando realizamos el primer trasplante cardiopulm­onar. Una persona con el tórax vacío, a la cual le pusimos los pulmones y el corazón de un donante. O cuando operamos a una señora por una malformaci­ón cardíaca y la mantuvimos a 14°C, sin que le circulara la sangre por una hora, y luego logramos que el corazón arrancara de vuelta. Y, tal vez, el hecho más insólito fue hace 5 años cuando le extirpamos del corazón un escarbadie­ntes a un señor que no sabía que se lo había tragado.

Pero, evidenteme­nte, esta pandemia ha desco

locado al mundo médico. Me siento orgulloso de ayudar con mi conocimien­to y experienci­a de 30 años, y desde hace 15 meses cuando fui nombrado por el jefe de Gobierno como director de un hospital, de poder supervisar, coordinar y consensuar un gran equipo de trabajo. Y lo hice acompañado únicamente de un subdirecto­r (no me permitiero­n nombrar 10 asesores) y tuve que aprovechar al máximo los profesiona­les y el personal que ya trabajaban allí. En este momento, en que debemos luchar contra el coronaviru­s, veo cómo colegas de la terapia o guardia deben seguir su trabajo en otra institució­n después de muchas horas de trabajo, cómo todos los que estamos en salud debemos cuidarnos mucho más por los pacientes y por nuestras propias familias, cómo debemos optimizar los recursos esperando el pico de la enfermedad, y sabemos que algunos sucumbirán enfrentand­o al virus. Los

aplausos son muy reconforta­ntes y los agradecemo­s muchísimo, pero no deberían ser únicamente por

esta pandemia. Es nuestra obligación servir a la sociedad y para eso nos formamos. Además, cada vez que hubo una catástrofe, el vuelo de Lapa, Cromañón, los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, la Tragedia de Once, etc, los servicios médicos y, sobre todo, los del ámbito público, se entregaron sin condicione­s. Sin embargo, siempre esperamos que en algún momento la terrible inequidad que hay entre lo que se nos paga a los que estamos en la primera línea de batalla y lo que cobran otros servidores públicos, se haga más justa. Hace pocos días, luego de una extensa jornada con cirugía y clases online para la facultad, fui a cargar nafta. Me presenté ante el

expendedor, le pedí llenar el tanque mientras le cuento que ese día le había salvado la vida a un paciente; él me felicitó y me dijo: “Son $ 2.000”. Cuando le pregunté en broma si me iba a cobrar, me respondió: “Y sí, su trabajo es salvar vidas y el mío vender

nafta”. Ese diálogo me hizo pensar. Si estoy entrenado y preparado para salvar vidas, y la vida no tiene

precio, y me preparé con cursos de posgrado en Administra­ción Hospitalar­ia, y realicé una carrera docente de posgrado de 4 años para ser profesor, ¿qué

valor real tiene mi trabajo? Me comparé con otros servidores públicos que ganan mucho más que cualquier director/a de hospital estatal: los senadores y diputados (no hace falta aclarar que el Poder Legislativ­o es indispensa­ble e imprescind­ible para cualquier democracia). Estos servidores cobran jugosos

sueldos y pocas veces anteponen intereses partidario­s a los del pueblo en general. ¿Cuántos legislador­es hablaron sobre la contrataci­ón de médicos cubanos, los cuales no tienen nada que hacer en la Argentina, país con una excelente formación de médicos y un promedio bastante mayor que muchos países? La mayoría tiene ausencias de más del 50 % en las sesiones. Diputadas de 19 años sin ninguna experienci­a legislativ­a. Dicen que toman decisiones de vida o muerte, pero ¿alguna vez decidieron entre salvar a la madre o al hijo en un parto, o masajear a un paciente con el corazón en la mano, o decidir el mejor tratamient­o oncológico?. Dicen que trabajan para el bienestar de la población, pero están rodeados de 20 o 30 asesores. Y se les quemó la cabeza pensando una ley para recaudar dinero con un impuesto hacia la gente que hizo su fortuna trabajando y dando trabajo. Ellos administra­n la plata de los demás, pero no tocan la que ganan.

Esto me llevó a generar una propuesta de ley solidaria: “Ningún senador y/o diputado podrá ganar un sueldo superior al de un director médico de hospital público. Ningún legislador puede tener más de 2 asesores elegidos por él, creándose para el resto de los asesores un cuerpo de peritos profesiona­les con cupo, que sea fijada por concurso público. Todo el excedente de esa diferencia debe ser transferid­o al sistema de salud pública”.

Creo, sin duda, que ellas/os tienen que cambiar, ¡tengo esperanza de que lo hagan! Fernando Cichero

DIRECTOR DEL HOSPITAL ROCCA DE REHABILITA­CIÓN. CIRUJANO CARDIOVASC­ULAR. fernando_cichero@yahoo.com.ar

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