El precio de las propiedades podría caer hasta un 40% en dólares
A la pandemia se le suman la recesión y la suba del dólar. Afecta tanto a unidades nuevas como usadas.
Es lo que se verifica en el mercado inmobiliario. Al efecto de la pandemia se suman dos años acumulados de recesión, la disparada del dólar y la falta de créditos hipotecarios. Esta situación afecta tanto al mercado de usados como a las nuevas construcciones. Prácticamente no se están concretando operaciones y hay muy pocas consultas. Recién esta semana, estuvieron autorizadas las inmobiliarias para volver a operar. La reapertura se produjo con una baja de al menos el 20% del valor en dólares de las propiedades. En algunos casos, se registró una caída del 40%.
“Nos encontramos dentro de una tormenta perfecta con 24 meses de recesión y una pandemia que va a sumar más meses a esta agonía”, explica Miguel Di Maggio, director de la inmobiliaria Depa. Las circunstancias inéditas que atraviesa el mundo y el país por el coronavirus van a generar cambios a muchos niveles, y el mercado inmobiliario argentino no escaparía a esa regla general, según proyecta este y otros especialistas del
“Hoy no hay mercado, o sólo de oportunidades. Es un escenario inédito”, dicen en el sector.
sector.
Di Maggio asegura que, por todo esto, los precios de las propiedades tenderían a la baja, en mayor o menor medida. “Hoy se habla de bajas mínimas del 20%. Y se empiezan a ver ofertas con esas rebajas y de hasta 40%. Pero también hay que cuánto perdurará este escenario inédito, y qué economía tendremos luego de la pandemia. Hoy no hay mercado, o mejor dicho, el mercado es solamente de oportunidad”, señala.
Luis Guido, director de Grid SA (Grupo Idea Desarrollos), coincide:
“Es muy difícil imaginar lo que vendrá, pero todo hace pensar que los valores de las propiedades bajaran en dólares”.
Para el especialista, es previsible que haya una menor demanda. “En un mercado más retraído aún que el actual, probablemente se generen oportunidades a partir de los propietarios que tengan necesidad de vender, ya sea porque tenían la decisión tomada o para cubrir gastos personales o empresariales derivados de la crisis económica”, agrega.
Los profesionales del sector inmobiliario saben que, en los próximos meses, las propiedades que salgan al mercado con precios muy acomodados van a ser las únicas que encuentren interesados.
Al efecto recesión por pandemia y cuarentena, habrá que sumarle la actual disparada del dólar, que genera incertidumbre y paraliza operaciones. Esta situación afectaría tanto a las unidades usadas como las recién terminadas.
“Habrá desarrolladores que deban deshacerse de unidades a valor de costo, e incluso por debajo, para dar continuidad a su actividad”, explica Guido. De cualquier manera, el experto no ve un “derrumbe” de los valores. “La deuda hipotecaria es mínima y, para la gran mayoría de los argentinos, la propiedad será siempre un resguardo de valor”, explica.
Para Di Maggio, los desarrolladores que quieran continuar con las obras que ya hayan comenzado pero no estén económicamente saneadas, seguramente van a bajar sus precios “para seguir vivos”. “Quienes arranquen post-pandemia tendrán valores inferiores a los que tienen las obras hoy”, dice. Y explica el comportamiento histórico: “El ladrillo no suele bajar de precio, aún en situaciones complejas. Las pocas veces que sucedió fue por tiempos cortos y resultó en ganancia para muchos inversores. Luego, vuelve a subir, en muchos casos, superando los valores que presentaban antes de la crisis”.
“Aunque la propiedad pierda valor post-pandemia, ¿qué otra inversión de cualquier tipo, y a nivel global, no lo hará?”. En el mundo, y la Argentina no ha sido una excepción, en los últimos decenios, los valores del metro cuadrado han mantenido una curva en constante ascenso, sólo alterada en los momentos de graves crisis financieras”, agrega Guido. ■