“Cuando un paciente te toma la mano, te considera un familiar”
Ximena Di Lollo. Es cordobesa y tiene 44 años. Trabaja para Médicos sin Fronteras en geriátricos de España y Portugal.
“Promovemos que las familias se comuniquen a través de las videollamadas, pero debemos tener mucho cuidado con esto porque hay que ver cómo lo haces, hay que desinfectar la tablet o el teléfono, tiene que haber solo una persona en la habitación para preservar la intimidad. Son momentos de mucha presión y de emociones en un ámbito privado entre familiares. Cuando la hacemos, vemos que cuando el paciente agarra nuestra mano, siente que está tomando la mano del familiar, te abrazan y se agarran a uno porque es lo único que tienen”. El relato de Ximena Di Lollo es contundente.
Ximena es una médica cordobesa de 44 años que en 2005 ingresó a Médicos sin Fronteras y hoy está trabajando como coordinadora de dicha institución en las residencias de adultos mayores en España y Portugal. En estos momentos se encuentra en la ciudad de Barcelona, donde se vivió una de las peores situaciones que causó esta pandemia. Según datos no oficiales, el 60% de las muertes en España, unas 18 mil personas, sucedieron en geriátricos.
“Es movilizante participar de estas comunicaciones con las familias, de las despedidas, de la demostración de cariño, del agradecimiento de ellos. Pasé por muchas otras situaciones extremas en distintas partes del mundo, pero esta fue una de las que más me impactó”, relata
Ximena. Esas situaciones fueron misiones en países como Honduras, Congo, Colombia, Haití y Níger.
Médicos sin Fronteras se caracteriza por conocer muy bien las situaciones extremas y trabajar en esas circunstancias. Pero a la hora de vivirlas es cuando cambia todo. “Ya tenemos experiencia en epidemias y es lo que tratamos de trasmitir en todas nuestras reuniones o mensajes, pero otra cosa es la realidad que te encuentras con el sufrimiento del adulto mayor que está solo, deshidratado, que tiene miedo, que no entiende que pasa. Fue todo muy duro para ellos y para todos”, afirmó.
Las muertes que se sufrieron en las residencias tuvieron consecuencias muy duras para los familiares y trabajadores. Hubo personas que se mantuvieron completamente aisladas y se despidieron del mundo en soledad. Además entre los propios adultos mayores se preguntan dónde están sus compañeros y a dónde se los llevaron. Por más respuestas que haya, el dolor está muy presente.
Por todo esto, Ximena reconoce que, además de las tareas sanitarias, la contención y el apoyo también fueron fundamentales para los adultos mayores.
La lucha que promovió desde su lugar tiene varios ítems: “Luchamos por los tratamientos básicos, comunicación con la familia porque es lo mínimo que podemos pedir, muertes dignas y con cuidados paliativos adecuados. También, atención al personal de las residencias para que puedan seguir realizando sus tareas”, explicó la cordobesa.
Este es un punto fundamental según Ximena. El personal de las residencias no contó desde el principio con las herramientas para combatir esta pandemia. Todos estos elementos fueron destinados en primer lugar para el sistema hospitalario y no se pensó en los lugares donde iba a verse mayor tasa de mortalidad.
Ximena no puede dejar de pensar en lo que más le llamó la atención a la hora de la comunicación de los pacientes con sus familiares: “Una cosa que me impresiono mucho es que cuando los familiares le preguntaban cómo se sentían, respondían que ellos estaban bien pero que veían al personal muy cansado. Esto a mí me parte, están solos, aislados, pero ellos se preocupan por sus cuidadores. Eso habla también del compromiso del personal de las residencias”, aseguró emocionada.
Para que todo esto sucediera, hay que empezar desde el principio. Ximena le comentó a este medio cuales fueron las medidas que se tomaron y que llevaron a que el 60% de las muertes del país ocurriera en los geriátricos. “Los pacientes en un principio no eran prioridad en las unidades de cuidados intensivos”, aseguró.
“En estos momentos tenemos una disminución de contagios diarios, pero la realidad es que en las residencias no se está reflejando”, aseveró Ximena. “Con Médicos sin Fronteras estamos luchando por la atención médica en residencias. Y tiene que ser ya, porque en estos casos no hay tiempo”, agregó.
Para finalizar, desde Médicos sin Fronteras aseguran que tienen que poner en todos los países el foco en las residencias de adultos mayores, ya que ellos son los que tienen la mayor tasa de mortalidad. ■
Se calcula que un 60% de las muertes en España fueron en residencias para adultos mayores.