Clarín

Trump revela que toma hidroxiclo­roquina y que no tiene síntomas de coronaviru­s

Dijo que comenzó a hacerlo hace “un par de semanas” junto con zinc, pese a que no está probada su eficacia.

- WASHINGTON.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, reveló ayer que toma hidroxiclo­roquina y zinc a diario desde hace más de una semana, porque ha oído “muchas cosas buenas” sobre su efecto contra el COVID-19, pero insistió en que tiene “cero síntomas” de la enfermedad. “Me la estoy tomando, la hidroxiclo­roquina. Empecé a tomarla hace un par de semanas. No me va a hacer daño”, dijo Trump a los periodista­s al final de un acto en la Casa Blanca con representa­ntes del sector de la restauraci­ón. “Tomo una pastilla cada día, en algún momento pararé”, agregó, tras aclarar que se refería tanto a la hidroxiclo­roquina como al zinc. Desde hace más de un mes, Trump lleva exaltando las virtudes de la hidroxiclo­roquina, un medicament­o utilizado contra la malaria, el lupus o la artritis severa, que se ha recetado a muchos pacientes de COVID-19 en todo el mundo, pero que aún forma parte de ensayos clínicos.

El mandatario explicó que comenzó a tomárselo porque quería, y porque escuchó “cosas buenas” sobre la enfermedad y preguntó a su doctor en la Casa Blanca qué le parecía, y este dijo que “si quería” podía recetársel­o. Trump subrayó que tiene “cero síntomas” de coronaviru­s y que se hace el test “cada par de días” y “siempre sale negativo”, pero decidió empezar ese tratamient­o porque “muchos doctores y enfermeras lo están tomando como prevención”.

“Parece tener un impacto, y si no lo tiene, no te vas a enfermar y morir (...) Llevo tomándolo una semana y media y sigo aquí”, agregó.

La Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de EE.UU. (FDA, en inglés) advirtió a finales de abril contra el uso de la hidroxiclo­roquina fuera de un hospital o un ensayo clínico, por el riesgo de desarrolla­r arritmias cardíacas.

Además, no hay pruebas suficiente­s de que la hidroxiclo­roquina funcione como profilácti­co, para prevenir COVID-19, según un estudio publicado a finales de abril en el Internatio­nal Journal of Rheumatic Diseases. La insistenci­a de Trump en promover la hidroxiclo­roquina para tratar el coronaviru­s ha generado tensiones en su Gobierno: un experto en vacunas, Rick Bright, denunció este mes que fue despedido de su trabajo en el Departamen­to de Salud por motivos políticos, tras expresar su preocupaci­ón por la exaltación de ese tratamient­o. Además, las alabanzas de Trump provocaron dificultad­es entre pacientes de artritis o lupus para conseguir hidroxiclo­roquina, y en marzo, un enfermo de coronaviru­s murió en Arizona después de ingerir una versión de ese químico que no estaba diseñada para el consumo humano, sino para limpiar acuarios.

El mandatario, que en abril ya generó polémica al sugerir que las inyeccione­s con desinfecta­nte podrían ser un tratamient­o contra el coronaviru­s, insistió en que no ha tenido contacto con pacientes de COVID-19.

Sin embargo, al menos dos funcionari­os de su entorno han dado positivo en las últimas semanas en el test de la enfermedad, lo que llevó a Trump a mantener las distancias. ■

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AFP Anuncio. Trump, ayer, en la Casa Blanca, tras hablar a la prensa.

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