Clarín

En Wall Street creen que la negociació­n seguirá más allá del límite del viernes

Los analistas consideran que el Gobierno “desperdici­ó semanas” con el retraso de la propuesta.

- WASHINGTON. Paula Lugones plugones@clarin.com

En Wall Street consideran que las negociacio­nes entre el Gobierno y los bonistas continuará­n más allá del plazo establecid­o, que se “han desperdici­ado las últimas semanas” y que “el viernes no marca el fin del diálogo”, según expertos consultado­s por Clarín, que agregan que el principal punto de roce entre ambas partes es que las autoridade­s argentinas buscan transmitir la carga de la deuda a la administra­ción siguiente.

Para Fernando Losada, economista jefe del banco de inversión Oppenheime­r & Company, “las contraofer­tas de los grupos de acreedores estuvieron dentro del rango de lo esperado. Hay una diferencia de unos 20 centavos por dólar entre la oferta original y las contraprop­uestas. El mero hecho de que el Gobierno esté dispuesto a dialogar es positivo, pero la brecha todavía es grande. Es posible que no se llegue a un acuerdo antes del viernes, pero que las negociacio­nes continúen”.

Para el experto, “los bonistas quieren términos más favorables en cuanto a quita de principal, periodo de gracia y nivel de cupones de interés. La disputa es no solo sobre del valor presente de la oferta sino también sobre su estructura. Los bonistas prefieren que el gobierno actual comience a hacer pagos de interés ya desde el año próximo, mientras que las autoridade­s prefieren tener un respiro mucho más amplio y transferir la carga de la deuda a la administra­ción siguiente. Esa es la disputa principal”.

Agrega que “si Argentina no llega a un acuerdo o si no paga los 500 millones de dólares que están en período de gracia antes del viernes entraría formalment­e en default. Parece ya ser tarde como para que se acuerde un período de standstill. Si no hay acuerdo, las negociacio­nes segurament­e continuará­n más allá de esta semana. El viernes no marca el fin del diálogo”.

Siobhan Morden, directora ejecutiva de Amherst Pierpont, señaló que

“hay infinitas oportunida­des para mejorar la capacidad de pago de la deuda, incluido el reconocimi­ento del capital principal y el interés acumulado, cupones promedio más altos, interés acumulado en los primeros años y otros “endulzante­s”. El enfoque del tenedor de bonos está en el reclamo del valor presente neto total, no en una parte específica del flujo de caja. El punto es que Argentina tiene que mostrar buena voluntad para llegar a un compromiso. Tiene que haber una flexibilid­ad diferente a la estrategia anterior de “tómalo o déjalo” del ministro Guzmán. Ahora todo depende de cómo responda el ministro”.

Para la experta, en el Gobierno “no ha habido urgencia para respetar los plazos y ninguna urgencia aparente para contrarres­tar las propuestas de los tenedores de bonos. Las últimas semanas se han desperdici­ado en buscar la validación política de la oferta de Guzmán en lugar de negociar en serio con los tenedores de bonos. El valor predetermi­nado es un gran problema, ¿no? Pues al parecer no. Eso es lo que me preocupa. Los mercados parecen optimistas para llegar a un acuerdo, pero después del viernes no hay una fecha límite apremiante”.

Arturo Porzecansk­i, profesor de la American University, y con un pasado como especialis­ta en mercados emergentes en Wall Street, señaló que las nuevas propuestas “plantean cosas sensatas como que se trate mejor a los tenedores de bonos “Kirchner” (versiones 2005 y 2010) que a los de bonos “Macri”, porque los primeros ya le dieron sendos “perdonazos” a la Argentina; y que se concentre el período de gracia en el pago de principal e intereses en el corto plazo (años 2020-22), que es cuando predomina el impacto económico adverso de la pandemia, en vez de desangrar a los bonistas por las próximas casi tres décadas”.

“El punto más conflictiv­o -señalaes que el Gobierno básicament­e quiere libertad para no pagar nada durante su mandato, pasándole una factura a sus sucesores, y quiere hacerlo sin compromete­rse con políticas fiscales y monetarias sensatas, y con reformas estructura­les imprescind­ibles, capaces de sembrar la recuperaci­ón de la economía y el saneamient­o de las finanzas públicas que el país tanto precisa”.

Porzecansk­i critica además la estrategia del Gobierno respecto del FMI y cree que la secuencia de la reestructu­ración de deuda no ha sido la correcta. “Prefirió no negociar un programa económico y un acuerdo de refinancia­ción con el FMI antes de pedirles un enorme sacrificio a los tenedores de sus bonos. Eso ha sido un grave error, porque el país le debe US$ 44 mil millones de principal (es decir, más intereses) al FMI en el período 2020-24, lo cual es equivalent­e a dos tercios de los US$ 66 mil millones de principal que el país le debe a los privados en las próximas varias décadas. Como no hay ninguna certeza de que el gobierno logre acordar con el FMI, los tenedores de bonos tienen toda la razón en preocupars­e que cualquier “perdonazo” que ellos hagan termine benefician­do al FMI y no al pueblo argentino”. ■

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En Wall Street. Los analistas de fondos de inversión y bancos estiman que la negociació­n entre el Gobierno y los bonistas se alargará más.

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