Clarín

El mundo cambió, pero Messi sigue haciendo goles

Aún sin jugar en su mejor nivel, tal vez condiciona­do por la molestia muscular que había tenido, el crack hizo un gol y metió dos asistencia­s en el 4 a 0 del puntero Barcelona.

- Maximilian­o Uria muria@clarin.com

Volvió el fútbol en España, y Barcelona goleó de visitante al Mallorca. El cuarto gol lo convirtió Lionel en el descuento y asistió en otros dos. Fue sin público y con festejos sin abrazos. El Inter de Lautaro quedó eliminado en la Copa Italia.

El regreso de Lionel Andrés Messi era tan o más esperado que el retorno del mismísimo fútbol. Después de 98 días la Pulga volvió a ponerse la camiseta número 10 de Barcelona y saltó al campo de juego para enfrentar al débil Mallorca. No tuvo problemas el elenco catalán en doblegar a su rival y le alcanzó con algo más de un par de aparicione­s del crack rosarino. Fue por 4 a 0 con una actuación discreta para lo que acostumbra Messi, pero así y todo regaló dos asistencia­s y anotó el cuarto gol en el minuto final del juego. Al cabo, un Messi auténtico en ambos rubros.

Camina y camina Lionel Messi. Y ese andar por la cancha, se sabe, es estratégic­o: ya lo contaron Pep Guardiola y tantos otros entrenador­es. Hay que cuidar el físico para que no se rompa. El martes él y su equipo tendrán a otro equipo endeble, como Leganés, enfrente. Y el viernes, en el carrousel de la Liga española, visitarán al más poderoso Sevilla.

Messi espera paciente el momento exacto mientras por el césped va pasito a pasito imaginando jugadas y situacione­s por venir. Pero también camina para descansar el argentino, para no exigir su físico, para cuidar sus piernas. No debe existir en el mundo un futbolista que conozca tanto su cuerpo como Messi. Tal vez el conocimien­to haya empezado a los 11 años, cuando en la soledad de la pieza de su casa rosarina él mismo se aplicaba las inyeccione­s para suplir el déficit en la hormona del crecimient­o.

Entonces, si en una temporada normal Messi decide cuándo exigirse, no hace falta ser un sabio para entender que ahora se cuidará en la medida de lo posible, claro, teniendo en cuenta la seguidilla de partidos que se avecinan para Barcelona (10 por el torneo local en algo más de un mes). Y el gol al minuto de Arturo Vidal, tras el centro de Jordi Alba, contribuyó un poco más a su calma.

Alternó buenas y malas Messi durante el juego. Arrancó como extremo por la derecha, como en los vie

jos primeros tiempos y falló varios pases de los que suele no fallar (¿falta de timming aún?), pero también regaló algunas de sus pinceladas de ensueño. Una habilitaci­ón de caño para Jordi Alba y un par de pases largos al vacío para la llegada profunda de Sergi Roberto. Tan sólo una vez pateó al arco en la primera parte, luego de un centro atrás del francés Griezmann, pero el remate del capitán se encontró con la pierna de un rival que desvió la pelota al corner.

En esa etapa no se activó demasiado y su participac­ión más importante fue una habilitaci­ón de cabeza para el gol de Martín Braithwait­e.

Lo mejor de Messi -que mostró un look nuevo- llegó desde el ingreso de su amigo Luis Suárez (volvió después de cinco meses) por Griezmann. Entonces empezó a participar más, a acompañar todas las jugadas hasta el final, a intentar conectar con los delanteros. En el 3-0 parcial se invirtiero­n los roles porque Messi dejó cara a cara a Jordi Alba con Manolo Reina y el lateral izquierdo no falló.

Y cuando parecía que el duelo terminaría con ese marcador, Messi recibió dentro del área con espacio. Y eso es sinónimo de gol: enganchó para la derecha, amagó una vez y definió arriba con su pierna menos hábil: final de la fiesta.

“Estoy muy satisfecho con lo hecho por el equipo tras tanto tiempo sin jugar”, contó Quique Setién minutos después de la goleada. Y siguió: “Tuvimos ocasiones y llegadas como para aumentar el marcador antes. Hay cosas por mejorar, pero las sensacione­s son buenas. Empezar así es un estímulo enorme para el futuro”.

“Ya dije que este parate me benefició porque necesitaba descansar mental y físicament­e. Venía de encadenar tres lesiones, pero ahora me veo bien, fuerte”, se sumó Jordi Alba al análisis. Y cerró: “Era el primer partido después de tres meses y salimos muy bien, controland­o el juego ante un rival que tiene gente muy rápida por las bandas. Hasta el 3-0 no estuvimos tranquilos porque ellos podían meterse en el partido”.

También el juego tuvo espacio para una situación risueña (también curiosa porque la entrada de los espectador­es estuvo prohibida) y Lionel Messi, como no podía ser de otra manera, fue el protagonis­ta. Es que un hincha vestido con la camiseta de Argentina logró burlar las medidas de seguridad para intentar hacerse una selfie con él. “Salté una valla de dos metros con el objetivo de sacarme una foto con Messi”, contó el chico después. Y agregó: “Saqué algunas fotos desde adentro del campo de juego, cerca de Jordi Alba, pero la Policía me las hizo borrar”.

Acumula nada menos que 20 goles y 14 asistencia­s Messi en el torneo y con esos números lidera la estadístic­a en ambos rubros. Y con la victoria, además, Barcelona le sacó cinco puntos de ventaja a Real Madrid, que hoy recibirá a Eibar. Volvió Messi y el fútbol en España y todo parece estar en orden. Como si el tiempo, en realidad, no hubiese pasado.

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REUTERS Celebrar con protocolo. Messi saluda a Jordi y a Vidal, que hizo el primer gol.
 ?? REUTERS ?? Lio. Messi y su caracterís­tico festejo luego de meter de derecha el cuarto tanto ante el débil Mallorca. Barcelona le sacó cinco puntos de diferencia a Real Madrid, que jugará hoy.
REUTERS Lio. Messi y su caracterís­tico festejo luego de meter de derecha el cuarto tanto ante el débil Mallorca. Barcelona le sacó cinco puntos de diferencia a Real Madrid, que jugará hoy.

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