Los conventillos en alerta, en el primer día de testeos en La Boca
Este no es el único conventillo de la cuadra y los equipos del DetectAr se distribuyen para llamar a las puertas. Son médicos del Argerich, trabajadores sociales y referentes de organizaciones sociales que forman parte del primer día -ayer- del operativo en La Boca . El objetivo es salir a entrevistar, casa por casa, a quienes tuvieron un “contacto estrecho” con personas que fueron diagnosticadas con Covid-19, para realizar el análisis en una Unidad Sanitaria Móvil instalada en una escuela cercana.
“Esto no es un testeo masivo. Vamos a acompañar a hacer el hisopado sólo a los que tengan síntomas o los que tengan dudas de haberse contagiado por la interacción que tenían”, explica una de las médicas, Gabriela. Su cuadrilla dejó atrás las vías del tren, la Bombonera y las peatonales turísticas, como Caminito. La Boca se abre en su cara más vulnerable.
La mujer que la recibe tirita bajo un barbijo negro en la entrada de la antigua casa chorizo convertida en inquilinato, sobre la calle California. Hay un patio con piso damero corroído por el tiempo y algunas remeras secándose al sol. Llama en voz alta a otros vecinos y, mientras esperan, Gabriela la invita a empezar: “Acá hay un caso sospechoso, nos contaron”.
Verónica asiente, aunque en seguida aclara que “sospechoso no es”. Su marido, Juan (33), explica a este diario que ellos comparten el baño con la esposa de un hombre que vive a la vuelta y que tuvo Covid-19. “Ella estuvo con él hasta el día anterior a que le dieran el resultado, pero dice que no quiere hacerse el testeo, que es sólo un resfrío”, cuenta indignado a este diario.
“La escuchamos toser todo el tiempo y tenemos miedo por nosotros, pero sobre todo por mi hija, que es paciente oncológica y se lava los dientes en el mismo cuarto”, expresa. Otra vecina se asoma del edificio de chapas celestes. “La mamá de ese hombre falleció de coronavirus”, agrega.
Carmen Arriola, bombera del Cuartel Vuelta de Rocha, le cuenta a Clarín que están recorriendo el barrio desde que se inició la cuarentena, para ayudar a contener los casos. “Estamos complicados, tenemos varios sectores donde hay contagios. Vamos, tomamos la temperatura, desinfectamos, les recordamos las prevenciones que deben tener. En el Cuartel armamos máscaras faciales. Los conventillos son un punto complicado, en algunos viven hasta 37 familias. Hay necesidad, no hay trabajo, tenemos que colaborar en todo”.
Según el Boletín Epidemiológico Semanal difundido el viernes por el Ministerio de Salud, en La Boca se habían detectado 200 casos de coronavirus, un 47% más que una semana antes.
Entre los 48 barrios porteños, este barrio está ubicado en el puesto 11 de los que tienen las tasas de contagio más altas de Covid-19: 445,5 cada 100 mil habitantes. ■