“Cristina cree que el periodismo es un problema para la democracia”
Joaquín Morales Solá está cerca de cumplir 70 años y sus colegas lo eligieron como nuevo presidente de la Academia Nacional de Periodismo, en una ceremonia que se hizo por Zoom, en forma virtual. -¿Cuáles son los objetivos de su nueva gestión al frente de la Academia? -Debemos debatir sobre cuestiones que hacen a nuestra profesión, como los cambios tecnológicos. También, si los medios no tienen autosuficiencia económica, la libertad de prensa es teórica, no es real. Únicamente medios periodísticos capaces de financiarse por sí solos pueden disfrutar de una auténtica libertad. Después está la actitud frente a distintas cosas que pueda hacer el gobierno, sobre todo el Poder Ejecutivo, el Judicial y ahora también el Legislativo, porque tenemos a la vicepresidenta con una mirada que no es positiva sobre el periodismo. Eso merece que la Academia tenga un debate interno y tome posición sobre todas estas cosas.
-Los medios tienen una crisis económica que lleva varios años, ¿hacia dónde puede ir el periodismo?
-Hay una herramienta nueva, que apareció en los últimos años y es que el lector tiene que pagar la suscripción a los sitios de los grandes medios, para leer la mayoría de las noticias. El periodismo no puede estar dependiendo de la publicidad oficial. Pero a la vez necesita de respaldo económico para ser libre y financiar periodismo de calidad. En algún momento tendrá que haber una comprensión de los lectores y de los anunciantes, para que este problema se resuelva y los medios, sobre todo los del interior, no estén dependiendo de la pauta oficial, que siempre es arbitraria.
-Usted dio sus primeros pasos en La Gaceta, de Tucumán. Ellos también están ahora con suscripciones digitales.
-En La Gaceta aprendí el abecedario del periodismo, que es lo que siempre queda y nunca se modifica. Ellos también están ahí, así como el Washington Post, el New York Times, el diario español El País, que empezó este mes a cobrar las suscripciones digitales. Nada es gratis en la vida, porque el trabajo que hacen las empresas y los periodistas para que eso esté en la Web es más de lo que se hacía cuando estaba solo el periodismo gráfico. Ahora hay varias ediciones, el trabajo es mayor y los ingresos son menores para los periodistas y para las empresas. -¿Qué opinión tiene del espionaje a periodistas que el Gobierno denunció ante la Justicia?
-Cualquier incursión de los servicios de inteligencia en la vida interna del país es ilegal y eso debe ser investigado. Y si hubo intervención de los servicios de inteligencia en la vida de los periodistas deben ser sancionados de manera clara, porque la libertad de prensa y la libertad de expresión se han hecho para protegernos a todos, incluido y sobre todo a los que no nos gustan. Pero debo decir que nunca en el gobierno de (Mauricio) Macri se habló de persecución o espionaje de los servicios de inteligencia en la vida interna del país y mucho menos persiguiendo a periodistas. Así que estamos ante una sorpresa mala y hay que investigarla, pero no tengo una opinión clara sobre eso, porque podemos estar ante una guerra de servicios de inteligencia.
-Cristina Kirchner dice que hubo una asociación ilícita que la espió ilegalmente.
-Ella puso los servicios de inteligencia al mando de un militar como el general (César) Milani. Y perseguía no solo a periodistas, sino también a opositores, empresarios, sindicalistas que no le gustaban. Que ella sea una víctima de los servicios de inteligencia de la época de Macri, lo primero que me sale decir es 'basta de hipocresía', que la Justicia investigue, pero ella no puede tener ese papel de víctima, no tiene autoridad moral para eso.
-¿Cómo analiza su acusación contra los “medios hegemónicos” a los que apuntó de “complicidad política”? -Ella creó esta figura del lawfare, como si todas las investigaciones fueran una complicidad entre el gobierno de Macri, los medios y la Justicia, sin tener en cuenta que los tribunales están cargadísimos de pruebas de la corrupción de su gobierno, que la involucran directamente a ella. No tengo ninguna duda que estaba implicada. Ella ahora se erige en víctima de espionaje. Toda injerencia de los servicios de inteligencia en la vida interior del país es ilegal y debe ser investigada. Pero también digamos 'basta a la hipocresía', porque en el gobierno de ella los servicios de inteligencia persiguieron a medio mundo. Y te lo dice una víctima de esa persecución, que junto con seis colegas fuimos a la CIDH.
-¿Qué pasó en esa época?
-Como no encontraron nada del 76 en adelante, los servicios de inteligencia sacaron una foto del archivo de La Gaceta de 1975, en la que yo estaba cubriendo un acto militar para el diario, junto con un fotógrafo. Lo borraron al fotógrafo de la foto, que estaba a mi lado y mostraron eso como si yo hubiera sido un cómplice del gobierno militar. Ellos la editaron, porque si dejaban al lado mío al fotógrafo era evidente que estaba cumpliendo una función periodística. Cambiaron mi historia. Jamás fui cómplice de ningún gobierno militar. Y eso lo llevé con pruebas a la Comisión Interamericana. -Cristina Kirchner en su libro plantea una visión muy crítica de estos medios que llama "hegemónicos" y asegura que son un problema para la democracia.
-Sí, y cuando ella plantea que el periodismo es un problema para la democracia, lo que está planteando es que la única solución es exterminar el periodismo. Son mis amigos, es decir, dejan de hacer periodismo, o desaparecen. Eso es lo que quiso hacer con la Ley de Medios, que tenía nombre y apellido. Y no descarto que intente hacerlo de vuelta, incorporando un proyecto de ley en el Congreso.
-¿Le parece que podría intentar avanzar contra estos medios? -Cuando ella anticipa su objeción al periodismo como un elemento importante del sistema democrático, está anticipando que va a ir contra ese enemigo supuesto por cualquier camino. Alberto Fernández está en una batalla contra esta certeza, que el kirchnerismo no es un aliado que va a respetar las formas de una alianza. ¿Quieren ser Venezuela? ¿Quieren ser Santa Cruz? ¿Qué es lo que quieren ser?
-¿Y quién se impone en esa puja entre Alberto y Cristina?
-El Presidente aparece tratando de morigerar cuestiones que ya se las dan como hechos consumados. Pasó con el proyecto del impuesto a la riqueza y con lo de Vicentin.
-¿Hay mensajes contradictorios desde el Gobierno?
-El Presidente estuvo la semana pasada con los empresarios y les dijo que el peronismo era capitalista, que no iban a tener problemas con el Gobierno. Y ahora empiezan el proceso expropiando una empresa que facturaba 3.000 millones de dólares anuales. Uno lo que tiene que pensar es que aquel discurso ante los empresarios no gustó y que le están imponiendo hechos consumados. El Presidente en algún momento tendría que expresar cuál es su política definitiva, aunque eso le cueste algunos aliados dentro de la coalición gobernante.
-¿Cuál es el rol del periodismo en este momento?
-El periodismo tiene un rol más importante que nunca, porque hay un relato mentiroso de parte de Cristina Kirchner y sus seguidores, de lo que sucede en la política y sobre todo de sus causas judiciales. Hay que aclarar que ese relato es falso y por qué, explicándolo. Hay que advertir a la sociedad de estos problemas de la economía y la institucionalidad. Además, lo de Vicentin tiene dos mensajes muy graves: el Estado avanza sobre el sector más dinámico de la economía, el agroexportador; y a los acreedores externos les estamos diciendo que no vamos a tener nada para pagarles los próximos tres años, pero estamos asumiendo con la expropiación una deuda nueva de 1.300 millones de dólares, en el sector más dinámico de la economía, el agroexportador; y el otro mensaje pésimo es hacia los acreedores, a los que les decimos que no tenés cómo pagarles. ■