Clarín

Donó sangre 26 veces para ayudar a chicos que tienen una rara enfermedad

Tiene 30 años y trabaja en el áera de Hemoterapi­a del Garrahan. Buscan sumar voluntario­s.

- Vanesa López vlopez@clarin.com

Ya lo hizo 26 veces. Y solo tiene 30 años. Para Marcos Melian, donar sangre es una tranquilid­ad, un hábito, una obligación. “La primera vez que vine fue en 2012. Fue por un cartel que vi en un local, de una nena que necesitaba donantes de médula. Y la verdad que me shockeó ver que alguien necesitara algo para vivir”, explica.

“Me di cuenta de que, si estaba en mí hacer algo, tenía que hacerlo”, continúa Marcos. Y arma una ecuación que parece bastante simple: “Alguien lo necesitaba. Yo podía hacerlo. No había mucho para pensar”.

Un año después, empezó a trabajar en el Garrahan, en el área de hemoterapi­a, que es justamente donde se saca la sangre. Estando ya adentro, empezó a formar parte del programa de exposición mínima, que está destinado a los chicos con algún tipo de enfermedad.

En su caso, sus donaciones están dirigidas a chicos que tienen talasemia, es decir, que nacieron con glóbulos rojos deficiente­s. La función del glóbulo rojo es transporta­r el oxígeno. Entonces, para poder seguir continuand­o con su vida habitual, estos pequeños tienen que ir al hospital cada 20 días para transfundi­rse.

“Como vienen muy seguido, tenemos este programa específico para exponerlos a menor cantidad de donantes. Entonces, tenemos personas que donan especialme­nte para estos chicos”, explican desde el Garrahan. Son voluntario­s (no conocen al receptor) y son repetidos (luego vuelven a donar).

Marcos lo hace cada cuatro meses, que es lo permitido por el hospital. Para las mujeres, la frecuencia indicada es cada seis meses, porque los depósitos de hierro en ellas se ven mermados con el período menstrual.

Tres veces por año, este hombre pone su brazo, su tiempo, su sangre. Así lo hizo sin interrupci­ones, salvo contadas veces en que desde el hospital le dijeron que ya tenían el cupo de dadores completo.

En el Día Mundial del Donante de Sangre, Marcos dice ni haberse dado cuenta de las 26 donaciones que tiene en su haber. “Pasaron volando”, asegura. Claro que, a ocho años del primer pinchazo, es consciente de un detalle no menor: “Nunca le tuve miedo a las agujas”.

“Cada vez que doné fue confirmar lo que ya sabía: que esto era necesario. Para mí no es una elección. Hay criaturas inocentes que necesitan esa sangre. Esto es una cuestión de vida o muerte para mucha gente”, subraya. ¿A cuántos chicos ayudó? Los expertos del Garrahan calculan que “a más de 30”, aunque es difícil de calcular de forma exacta.

Todos los meses, se acercan a este hospital entre 1200 y 1400 donantes de sangre. En cuarentena, el número bajó a 800. Sin embargo, desde el Garrahan aseguran que eso no afectó sus tareas habituales. Contaban con una reserva, ya que tienen un programa consolidad­o. De todos modos, es importante que en este momento la gente siga acercándos­e.

“Ojalá que no pase, si a mí me pasara algo con el tema del coronaviru­s y no puedo venir a donar, es un donante menos para ese chico”, teme Marcos, y pide que esto “se viralice” porque “los chicos lo necesitan”. ■

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F. DE LA ORDEN Convencido. “Tengo que hacerlo”, explica Marcos Melian.

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