Por el agotamiento, no ven posible volver al aislamiento más estricto
Volver a fase 1 no es opción. El dictamen unifica al Gobierno nacional, el porteño y el bonaerense. A pesar del pico de casos y camino a los 100 dias de cuarentena, la hipótesis de volver a al régimen más estricto no aparece en el menú.
En medio de reuniones y contactos permanentes entre funcionarios, y ante la posibilidad de una cumbre tripartita de Alberto Fernández con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, la posición apunta en una sola dirección: reforzar los controles para reducir, todo lo posible, la circulación. Luego de romper la barrera de los 2.000 contagios diarios y superar los mil fallecidos, la mesa de monitoreo que reúne que comparten Nación, Ciudad y Provincia coincide que no están dadas las condiciones para volver a fase 1.
"Lo que deberíamos lograr es cumplir los términos de la fase 2", dijo, resignado, un funcionario respecto a que en la práctica, la cuarentena no está en ese estadío: la circulación es más de la permitida y hay comercios abiertos que no podrían estarlo.
La explicación es que entienden que el nivel de agotamiento por el encierro ya no hace posible el regreso a fase 1 -con excepción de la mirada de funcionarios, como el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, que empujan en esa dirección- y que la alternativa es apostar a la responsabilidad individual y grupal. El punto será, otra vez, la cuestión de los comercios.
Según lo que Clarín reconstruyó de fuentes oficiales, la cuarentena se va a extender pero no parece posible que se decida, de manera integral, un regreso a fase 1. Fue la que más impactó en la población, y que arrancó el 20 de marzo con aislamiento estricto, permisos solo para actividades esenciales y movilidad de apenas el 10% de la gente. Y todo el país por igual.
Nadie se anima a pronosticar cuál es el techo de la pandemia. Es el momento de contar camas", dicen en Gobierno en un diagnóstico temible sobre lo que puede ocurrir. ¿Qué significa? Que se entró en una escalada que pondrá a prueba la capacidad del sistema sanitario.
El Gobierno monitorea, a diario, la cantidad de camas disponibles. Según un informe del Ministerio de Salud de la Nación antes de la pandemia había 8.521 camas de terapia intensiva y ahora el número se elevó a 11.405 camas. Se incorporaron 2.884, un aumento de 34%. La semana pasada, la ocupación rondaba el 45%. ■