A 50 años de Brasil campeón en México 1970: ¿fue el mejor equipo de la historia?
Ganó los seis partidos que jugó en aquel Mundial y dejó una imagen imborrable juntando a Pelé con Jairzinho, Tostao, Gerson y Rivelino. El debate sigue abierto.
Eran tiempos convulsionados y revolucionarios en Argentina y el Mundo. El golpe de Onganía, El asesinato del Che Guevara, el Mayo Francés, el Black Power, la Masacre de Tlatelolco, el Cordobazo, la llegada del hombre a la Luna, el asesinato de Aramburu. También en el fútbol, con el Ajax de Rinus Michels y Brasil en México 70. Aquí, seguía la tristeza por no haber clasificado a la Copa del Mundo de México. La Selección aún no era prioridad. El Mundial se vio por primera vez en directo, aún en blanco y negro. Y hubo deslumbramiento por el Jogo Bonito. Este domingo día del padre se cumplieron 50 años del tricampeonato de Brasil y de Pelé en México 70, acaso el mejor equipo de la historia del fútbol.
¿Lo es? ¿Es el mejor de todos? ¿Es el mejor de los Mundiales? ¿Se pueden comparar las distintas épocas? En este juego de preguntas, hay respuestas para explicar aquel fantástico campeón. Una etapa previa a cargo de un periodista devenido en técnico, un meticuloso y rígido plan de entrenamiento, un cambio de entrenador a escasos tres meses de la competencia y la belleza de la consagración en el Azteca.
“La selección de las selecciones”, la bautizó Tite, actual entrenador de Brasil, en una carta que se conoció el viernes a dos días del cincuentenario. Y lo resumió: “Aquel equipo reunía, en la fase ofensiva, creatividad y efectividad”. Fueron 6 partidos, 6 victorias, 19 goles a favor y 7 en contra: 4-1 a Checoslovaquia, 1-0 a Inglaterra, 3-2 a Rumania, 4-2 a Perú, 3-1 a Uruguay y 4-1 a Italia.
La revista inglesa Four Four Two realizó hace años un listado de los 50 mejores equipos de la historia. Caprichoso como todos los rankings, Brasil del 70 apareció detrás del Ajax holandés que brilló entre 1965 y 1973.
Pero claro, como advirtió Horacio Pagani, para decir si es “el mejor de todos deberíamos tener 120 años”. Los videos, los compactos, las lecturas de textos de época nos ayudan a formar un concepto. Y hay opiniones, como la de experimentando periodista de este diario, que suman. “Pasaron 50 años y se sigue considerando un mito histórico a aquel equipo, de los que vi, el que más se lució en un torneo mundial”, afirma Pagani, y agrega: “Fue un equipo colosal, que ganaba todos los partidos haciendo muchos goles”.
Pagani no necesita leer para recordar cómo jugaba aquel equipo. “Tenía cinco jugadores que se habían desempeñado como 10, todos creativos, distribuidos en diferentes sectores de la cancha. Respaldados por Clodoaldo y dos laterales que subían con naturalidad, como hace 50 años, como ahora, como siempre. Clodoaldo cerquita de Gerson, un zurdo exquisito; Jairzinho, muy habilidoso, por derecha; Rivelino por izquierda; Tostao, centrodelantero chiquito, no era referencia de área; y Pelé era Pelé, el más grande hasta ese momento. En la final, aplastaron a Italia. Y ese gol de cabeza de Pelé, que se elevó más de lo normal, quedó como una estampita del fútbol”.
En el estudio técnico publicado por la FIFA tras el Mundial de México se destacó la preparación que tuvo el equipo brasileño. Una primera definición sobre Brasil. “Excepción hecha de Méjico ( sic), ningún país alcanzó la minuciosa preparación técnica y la precisa programación de partidos que efectuó Brasil. Si el éxito de una final depende de ello, la normas adoptadas por Brasil merecen ser estudiadas detenidamente”, afirmaron los expertos.
La gran escala de preparación, principalmente a cargo de Claudio Coutinho y Carlos Alberto Parreira –luego ambos entrenadores del seleccionado brasileño- comenzó en 1968: 35 días de entrenamiento consecutivo, gira por Europa de cinco partidos, y dos con México, Perú y Paraguay. Y en 1969, ya con Joao Saldanha como técnico, destacaron: “Al año siguiente,
1969, además de disputar 13 partidos, el equipo de Brasil permaneció 20 días entrenando en Bogotá (situada a 2.630 metros de altitud sobre el nivel del mar)”.
La preparación en 1970 se inició el 12 de febrero y no se alteró por el cambio de Mario Zagallo por Saldanha. Brasil llegó a México el 1° de mayo, es decir, exactamente un mes antes de
iniciar la competencia. Fueron 92 días y 4.605 minutos de entrenamiento. Lo contó Gerson unos años después: “Comenzamos los entrenamientos que más que eso era un régimen militar, pues en casi dos meses tuvimos tan solo dos salidas francas”.
Zagallo, el protagonista más exitoso de la historia futbolística de Brasil – campeón dos veces como jugador, una como entrenador y una como asistente técnico-, fue más simple que su antecesor. Convocó a Darío, como quería el presidente Médici, lo llevó a México, pero no jugó ninguno de los seis partidos. Después, se apoyó en los históricos, especialmente en Pelé. A pura charla, entre todos armaron la base ofensiva del equipo. El plantel se instaló un mes antes del inicio del Mundial –como hizo Argentina 16 años después- en Guadalajara. Jugó amistosos de entrenamiento con Guadalajara, León e Irapuato. Ensayó una idea que se vio plasmada en el debut ante Checoslovaquia: 4-1 y la presentación oficial de los 5
“Diez”: Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelino. La base del equipo titular estuvo integrada, además por Félix en el arco, Carlos Alberto, Brito, Wilson y Everaldo atrás; y Clodoaldo marcando solito en el medio.
“Brasil. El mundo volvió a vestirse de fútbol”, fue la tapa del suple
mento deportivo de Clarín del 22 de junio de 1970. Brasil ganó por tercera vez la Copa Jules Rimet y se la quedó para siempre. O al menos hasta que la robaron de las vitrinas de la CBF, en diciembre de 1983, y luego la fundieron. Algo que no se puede hacer con el Jogo Bonito y la memoria futbolera.