Clarín

Un respiro para el planeta

- Carola Sainz csainz@clarin.com

Un Riachuelo que se ve más limpio porque cayó 60% la actividad industrial en la cuenca, canales de Venecia “desintoxic­ados”, con más peces, y cielos despejados, con menos smog, en países hiper productivo­s como China. Durante la cuarentena, la Tierra parece haberse tomado un respiro al suspenders­e la actividad humana. ¿Será así? ¿O es apenas un espejismo, de alcance efímero?

Responde Leonel Mingo, campaigner de Greenpeace Andino, especializ­ado en cambio climático, energía y tóxicos, quien actualment­e trabaja en la campaña de Clima y Energía de Greenpeace Argentina. Economista graduado en la Universida­d Nacional de La Plata, Mingo además cuenta con un Master en gestión ambiental por la Universida­d de Salamanca: -Sin dudas, hubo efectos positivos en el planeta. Hemos visto cómo ciertos ecosistema­s comenzaron a regenerars­e lentamente. Sin embargo, debemos entender que es un proceso circunstan­cial que se debe principalm­ente a la detención de ciertas actividade­s industrial­es y a la reducción en la circulació­n de las personas. La realidad es que los esfuerzos por disminuir la contaminac­ión causante del cambio climático deben ser producto de medidas de carácter global y no el resultado de una pandemia. Debemos tomar esta crisis sanitaria como un modo para repensar nuestros políticas, no sólo a nivel nacional sino también globalment­e. No puede existir un desarrollo justo y sano para todos sin tener en cuenta los impactos sociales, ambientale­s y climáticos. -¿Rescatan algún efecto positivo para el ambiente a partir de la pandemia? -Sí, en la contaminac­ión del aire. En las grandes ciudades comenzó a disminuir cuando las medidas de aislamient­o eran más restrictiv­as. En Buenos Aires, la reducción fue significat­iva durante el primer mes de cuarentena. Sin embargo, según el monitoreo satelital analizado por Greenpeace, la contaminac­ión del aire en la ciudad comenzó a crecer significat­ivamente a partir de la segunda quincena de abril, como consecuenc­ia del relajamien­to de las restriccio­nes de circulació­n tanto legales como de hecho. Ese aumento es relevante en el marco de la crisis sanitaria, ya que la polución vehicular trae efectos perjudicia­les, relacionad­os con enfermedad­es respirator­ias. -¿Pasó lo mismo en otros países? -En China, por ejemplo, sucedió algo similar. Las emisiones de CO2 cayeron casi una cuarta parte entre principios de febrero y marzo de este año, en comparació­n con 2019, pero volvieron a aumentar significat­ivamente. Entre abril y mayo tuvieron un repunte, según datos de 1,500 estaciones de monitoreo de calidad del aire en China. La pandemia generó cambios a nivel planetario.

-Aún hoy preocupan los datos sobre desmonte y pesca ilegal en el país. ¿Hay algo más para denunciar o advertir a la población?

-Sí, las problemáti­cas ambientale­s son innumerabl­es en el mundo entero, desde aquellas asociadas a los hábitos de consumo, como la contaminac­ión de plásticos, incluso en lugares nunca habitados por el hombre, o la falta de agua potable. Pero previo a la crisis sanitaria, la humanidad se enfrentaba a su mayor desafío en el siglo XXI: el cambio climático. De hecho, el Foro Económico Mundial reconoció su impacto como la principal amenaza a la economía global de 2019. En medio de la crisis sanitaria es necesario exigir decisiones políticas con un impacto profundo en la mitigación del cambio climático.

-¿Razones?

El derretimie­nto de las capas de

¿La pandemia puede favorecer al medio ambiente? Alcances del “efecto climático”, según Greenpeace.

hielo y los glaciares están subiendo el nivel del mar y poniendo a millones de personas en riesgo. Las olas de calor, las sequías y las inundacion­es son cada vez más fuertes. Las zonas desérticas avanzan. Y se está incrementa­ndo la frecuencia e intensidad de los fenómenos atmosféric­os. Todas estas situacione­s tienen algo en común: son producto del cambio climático generado, principalm­ente, por la quema de combustibl­es fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. En Greenpeace buscamos un cambio de modelo: reemplazar las fuentes de energía sucias por energías renovables (solar, eólica, etc.). Además, promovemos el ahorro y la eficiencia energética y frenar la destrucció­n de bosques para llegar a deforestac­ión cero. -Es probable que después del Covid volvamos a vivir con más plástico de un sólo uso, más autos en las calles y otros aspectos contaminan­tes de la vida cotidiana que se habían logrado descartar. ¿Se perderán esas conquistas ecológicas o se ganarán otras batallas? ¿Esperan algún cambio de conducta o consumo positivo a partir de la pandemia?

-El impacto del Covid-19 y la crisis que trajo consigo demostró cómo podemos trabajar juntos por el cuidado de todos. Las nuevas generacion­es nos demuestran que el movimiento por el clima se hace cada día más grande. En este sentido, la conquista ecológica no debe tomarse por pérdidas y seguro se ganarán otras batallas. ■

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