Les ordenan a las empresas que produzcan al máximo de su capacidad
Según las autoridades, la medida apunta a garantizar el abastecimiento de productos básicos.
El Gobierno renovó la medida para los 2.400 productos que tienen precios máximos y rige hasta el 30 de agosto. Les reclama a las compañías que los fabrican que trabajen al tope de sus posibilidades para garantizar el abastecimiento. Además, podría admitir algunos aumentos en casos especiales.
El Gobierno publicó ayer en el Boletín Oficial el decreto donde se confirma el congelamiento de precios hasta el 30 de agosto. Es para 2.400 productos considerados "esenciales", que se despachan dentro de cadenas de supermercados. El texto es casi idéntico al difundido originalmente, el 20 de marzo, y al de una renovación que tuvo lugar el 16 de mayo.
El artículo tercero de esta extensión establece que " teniendo en cuenta el contexto de emergencia económico, social y sanitaria declarada, resulta menester intimar a las empresas que forman parte de la cadena de producción, distribución y comercialización de los bienes de consumo masivo incluidos en el Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA) a incrementar su producción hasta el más alto grado de su capacidad instalada".
La norma dice que las compañías también deben "arbitrar los medios a su alcance para asegurar su transporte y distribución, con el fin de satisfacer la demanda creciente de la población y entidades públicas de los distintos niveles de gobierno y evitar, de este modo, situaciones de desabastecimiento".
Este artículo está presente desde el 20 de marzo y en el Gobierno lo describen como de forma. "Los decretos de congelamiento se basan en la necesidad y urgencia de ciertas situaciones. No hay nada nuevo en este decreto que no estuviera en los anteriores", destacan. La "intimación" a las empresas a producir está presente en la Ley de Abastecimiento. Según especialistas, cada vez que se recurre a una medida que tiene cierta "excepcionalidad", se usa terminología de la Ley de Abastecimiento.
"La medida que establece la presente resolución es temporaria, resulta necesaria, razonable y proporcionada con relación al desafío que enfrenta nuestra Nación", dice el decreto 200 del Poder Ejecutivo Nacional.
La situación de abastecimiento de la mayoría de las empresas de consumo masivo es normal. Las compañías cuentan que sufren con mayores costos, pero que sus líneas de producción están casi al máximo.
El despacho de alimentos, artículos de limpieza e higiene está pasando un "veranito", ya que es una de las pocas categorías que funcionan con relativa normalidad.
En empresas consultadas cuentan de otros inconvenientes en las líneas de producción. En la mayoría de los casos, son operarios renuentes a trabajar en determinadas líneas de producción, que los trabajadores no consideran esenciales.
Las únicas intimaciones del Gobierno a empresas para que fabricaran más fue en el caso de alcohol en gel y productos farmacéuticos. Sucedió ni bien arrancó la cuarentena, en la segunda quincena de marzo.
En las compañías están molestas por el congelamiento de precios. Los supermercados dicen que las empresas lo resuelven despachando a través de almacenes y autoservicios chinos, donde tienen más flexibilidad para trasladar incrementos.
De todas formas, quedó una puerta abierta para algunos aumentos.
La Secretaría de Comercio Interior, que depende de Desarrollo Productivo, a cargo del ministro Matías Kulfas, está habilitada para autorizar incrementos "en aquellos casos en los que se acrediten debidamente variaciones en las estructuras de costos que afecten sustancialmente la situación económica financiera de los sujetos alcanzados por la aludida norma, con posterioridad al día 6 de marzo de 2020”.
La norma dispone que “pueda establecer nuevos precios máximos de los productos incluidos en dicha medida", especifica el decreto.
Desde la publicación del primer decreto, del 20 de marzo, y estas extensiones, el Gobierno plantea que el objetivo es "asegurar el acceso a los bienes de consumo general esenciales en condiciones razonables, justas y equitativas por parte de todos y todas".
Las empresas de consumo masivo cuentan que tienen planteos de sus trabajadores. Una fabricante de medialunas escuchó que sus operarios no querían seguir en esa actividad, por no considerarla "esencial". Lo mismo le sucedió a una láctea con la elaboración de ciertos postres.
También hay otros casos de comisiones internas de algunas empresas que reclaman dejar de producir algún producto por no considerarlo imprescindible. Las compañías han buscado salidas negociadas para estos conflictos. ■