Uruguay facilita los requisitos para obtener la residencia fiscal
El gobierno de Lacalle Pou redujo las exigencias de capital y la carga impositiva a los extranjeros que quieran establecerse. Y crecieron las consultas desde Argentina.
El gobierno de Lacalle Pou redujo las exigencias de capital y la carga impositiva para los extranjeros que se quieran radicar. Se puede comprar un inmueble por menos de 380 mil dólares, en lugar del US$ 1,7 millón que se exigía anteriormente. Y se admite la participación en una empresa por más de 1,6 millón de dólares, en lugar de los US$ 5,3 millones que se pedía antes. Crecieron las consultas desde la Argentina. También presentaron un proyecto que amplía de 5 a 10 años el “tax holiday”: es el período en el que no se tributa sobre las rentas en el exterior. Buscan así atraer más inversiones.
En una América Latina convulsionada por la pandemia, Uruguay se destaca por el éxito de su estrategia con la que parece haber domado la expansión del virus. Controlada la situación sanitaria, y con una agenda cargada que quedó en suspenso desde el momento en que asumió, el presidente Luis Lacalle Pou se apresta ahora a retomarla. Y una de sus medidas contempla un impacto directo para la Argentina. Con el objetivo de atraer migrantes de alto poder adquisitivo, el país vecino flexibilizó ayer miércoles los requisitos para otorgar la residencia fiscal.
Lacalle Pou ya había anunciado sus intenciones de hacer esto dos meses antes de asumir. Fue en enero cuando desempolvó un eventual plan para mejorar las condiciones para que los extranjeros de grandes patrimonios se radicaran e instalaran empresas en Uruguay.
El proyecto de la flexibilización de los requisitos se acaba de materializar en un decreto que agrega dos nuevas vías para obtener la residencia fiscal, lo que alivia la carga impositiva y puede ser un llamador para tramitar también la residencia legal o migratoria. Como consecuencia, las consultas al respecto desde Argentina aumentaron de forma exponencial, confirmaron estudios jurídicos expertos en temas tributarios.
“Habían aumentado ya a principio de año", señala Mario Ferrari Rey, socio del Área de Servicios Legales de la consultora PWC. Y ahora volvieron a subir "muchísimo", aporta de su lado Federico Fischer, socio gerente de la firma legal y tributaria Andersen Uruguay. "Uruguay es un país de puertas abiertas con una política migratoria que otorga un marco de seguridad pública, jurídica y económica para todas las personas extranjeras que deseen radicarse", expone el decreto de Lacalle Pou.
El texto agrega dos nuevas posibilidades para obtener la residencia fiscal. La primera es la compra de un inmueble por al menos 380.000 dólares en lugar de los 1,7 millones que se pedían anteriormente, siempre que la persona permanezca en el país por al menos 60 días al año. La segunda es la participación en una empresa por más de 1,6 millones de dólares, en lugar de los 5,3 millones anteriores, si la firma genera al menos 15 puestos de trabajo directos. En ambos casos, a partir del 1 de julio.
Si bien la medida estaba contemplada desde hace tiempo, llega en un momento de cambio en la política exterior uruguaya. A tres meses y medio de asumir, el canciller Ernesto Talvi renunció a su cargo tal como habia anticipado. (Ver El canciller....)
Para el periodista uruguayo Antonio Ladra, los destinatarios de la flexibilización tienen nombre propio. "Esto está dirigido a los argentinos. En general, los brasileños, los paraguayos y los chilenos no vienen a instalarse acá. Una vez que se supere la pandemia, imagino que va a atraer algunos jugadores de relevancia", explicó a Clarín.
Hay que recordar que, luego de conocer la propuesta de Lacalle Pou para atraer extranjeros con incentivos tributarios, el presidente argentino, Alberto Fernández, respondió que el gobierno del izquierdista Frente Amplio (2005-2020) había "trabajado tanto" para que "Uruguay deje de ser un paraíso fiscal y deje de favorecerse con el dinero obtenido espuriamente en otros lados", que le recomendaba al mandatario uruguayo que "lo pensara dos veces".
Ladra apuntó al hecho de que Francisco Bustillo, el nuevo canciller, es un viejo conocido del presidente argentino. "Bustillo es amigo de Alberto Fernández. Cuando Fernández estuvo en Madrid antes de asumir, se quedó en la casa de Bustillo, que en ese momento era embajador en España. Su presencia va a ser un elemento importante para aceitar los vínculos entre ambos países", estimó.
Para el analista político Mauricio Rabufetti, la decisión está relacionada también con la idea de marcar más enfáticamente la singularidad uruguaya en la región. "El gobierno busca mostrar un país con mucha seguridad jurídica, seguro, previsible, con reglas de juego claras, algo que ya hacían los gobiernos del Frente Amplio, pero ahora claramente hay una voluntad de diferenciación de los vecinos", explicó a Clarín.
Rabufetti también apuntó a los efectos de la pandemia y el éxito de la estrategia de Uruguay. "La multiplicación de artículos periodísticos en el mundo sobre el 'éxito' de la estrategia uruguaya contra el coronavirus lleva a que en el gobierno tengan la sensación de que Uruguay 'no paró'. y que eso lo ven como un elemento positivo para atraer inversiones además del evidente impacto sanitario positivo en este contexto".
El gobierno envió también al Parlamento un proyecto de ley para ampliar de cinco a 10 años el "tax holiday", período en el que no se tributa sobre las rentas en el exterior. A esto se suma que Uruguay no grava algunos activos. En Argentina "aquel que tiene 10 millones de dólares en el exterior va a pagar US$ 225.000 anuales y, si se muda a Uruguay, sobre esos activos no paga un peso", grafica César Litvin, profesor de Impuestos en la Universidad de Buenos Aires. Los expertos aclaran que el mecanismo es útil para quienes piensen en realmente radicarse en Uruguay. De lo contrario, corren riesgo de caer en una "doble tributación" en dos países.
En Argentina advierten que fiscalizarán los pedidos de renuncia a la residencia fiscal en ese país para cerciorarse de que los solicitantes no están intentando evadir al fisco de forma irregular. ■