Clarín

El tránsito volvió a colapsar y esta vez entraron menos autos a Capital

Por las autopistas de la Ciudad pasó un 30% menos de vehículos. En los accesos hubo largas filas y muchas quejas.

- Informe: Gonzalo Herman

Controles minuciosos, largas filas de autos y conductore­s impaciente­s conformaro­n la postal que se vio desde temprano en los principale­s accesos a la Ciudad de Buenos Aires, en el primer día de la cuarentena más estricta. Se generaron kilómetros de cola en puentes y autopistas, con miles de vehículos esperando para pasar por los retenes de las fuerzas de seguridad. Y sin embargo, los números oficiales, señalaron que se consiguió el efecto buscado: una reducción en la cantidad de vehículos.

Hasta el reporte que se difundió ayer después del mediodía, por las autopistas de la Ciudad ya había circulado un 17% menos de vehículos que el día anterior y un 31% menos que los registrado­s el mismo día de la semana pasada. Y en el informe que se difundió pasadas las 18, quedó en evidencia que la caída fue aún mayor. Hasta ese momento, eran 107 mil los vehículos que habían pasado por las autopistas: un 30% menos que anteayer y un 33% menos que el miércoles de la semana pasada.

La circulació­n interna también cayó: los sensores de la Secretaría de Transporte en las principale­s avenidas contaron 140 mil vehículos. Eso marca una baja de 19% en un día y del 25% respecto de una semana atrás.

En materia de embotellam­ientos, la nueva fase debutó con un panorama similar al del lunes y el martes, cuando comenzaron a endurecers­e los controles para desalentar que la gente a cruce del GBA a la Capital.

En el peaje de Dock Sud, sobre la autopista Buenos Aires-La Plata, y en Parque Avellaneda, en la conexión entre la Perito Moreno y la 25 de Mayo, se registraro­n colas de hasta tres kilómetros. Algo similar se vio en el Puente La Noria, uno de los puntos más críticos para ingresar a la Ciudad desde Lomas de Zamora.

En el Puente Pueyrredón las demoras para cruzar fueron de unos 40 minutos. En los accesos a lo largo de la General Paz el panorama fue similar. Se vieron filas en Ricchieri y en el puente de San Martín, donde también hay un retén del lado de la Ciudad. El ingreso por Lugones a la autopista Illia, en tanto, también tuvo largas filas y demoras.

Carlos, un empleado administra­tivo que vive en Villa Ballester, contó que para llegar al peaje de la Illia no lo pararon nunca. “Se traba mucho acá, podés estar esperando media hora para pasar”, le contó a Clarín.

Fabián, un empleado de la construcci­ón que viaja desde San Martín, narró que lo pararon tres veces en su trayecto hasta la Capital, en donde además se encontró con los retenes. “Es una locura esto. No se pueden trabajar así. La verdad que ya estoy podrido de todo esto. Quiero que se termine de una vez”, se enojó.

“Yo, si pudiera, me quedaría en casa. Pero tengo que trabajar. Hay que tener paciencia, ojalá que esto no dure hasta agosto”, dijo Cristina, empleada de una farmacia. “Esto es así en todos lados”, añadió un remisero que no paró de trabajar desde que empezó la cuarentena y que dijo haber tenido el mismo inconvenie­nte en diferentes accesos, sobre todo esta semana.

Agentes de la Policía de la Ciudad contaron que ayer hubo poca gente sin permiso, aunque algunos no lo habían renovado. “Como es el primer día, les explicamos que para la próxima tienen que renovarlos. Pero ya mañana (por hoy) va ser distinto. Si no tienen el permiso bien, ya no podrán pasar”, dijo uno de los oficiales.

Como se venía anunciando, los controles son para los vehículos particular­es y también para los pasajeros que viajan en los colectivos que ingresan a la Ciudad. En algunos, los efectivos se suben para constatar que todos tengan su permiso de trabajador esencial, dado que sólo quienes entran en esa categoría pueden usar colectivos, trenes y subtes.

Desde esta semana permanecen abiertos sólo 40 accesos (20 para uso general y 20 semi habilitado­s para vehículos del personal de salud, seguridad, transporte público y transporte pesado o logística). También hay 26 pasos peatonales.

Las autoridade­s dejan en claro que el objetivo es desalentar la circulació­n. “Los que tienen que venir deberán planificar el viaje y, quizá, salir un rato antes”, dicen fuera de los micrófonos. También confían en que el tránsito seguirá disminuyen­do en los próximos días.

El Gobierno se había propuesto reducir en más de dos millones la cantidad de permisos otorgados. De 1,3 millones que habían sido liberados en la Ciudad de Buenos Aires, buscaban bajar la cifra a 700 mil. Y en la Provincia de Buenos Aires, se reducirían de 4 millones a 2,5. ■

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MARCELO CARROLL A paso de hombre. En horas pico, para cruzar los retenes se llegó a tardar más de una hora.

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