Clarín

Detención y muerte en Tucumán: “Esos policías son asesinos, que no mientan más”

Lo dice la esposa del hombre que falleció mientras era arrestado. La mujer reclama justicia y asegura que el ministro de Seguridad provincial busca “embarrar la causa”.

- Nahuel Gallotta ngallotta@clarin.com

El miércoles de la semana pasada, cerca del mediodía, Karina Rodríguez (47) hacía empanadas en el local del barrio BGH, en San Miguel de Tucumán, donde trabaja. Parecía un día normal. Hasta que le sonó el teléfono. Era su cuñado. Decía que le acababan de dar la noticia: Ceferino Nadal (43), el marido de Karina, “había entrado en paro cardíaco y lo estaban trasladand­o al hospital Padilla”.

La mujer pidió permiso para irse del trabajo. Se cambió, tomó un taxi. En el hospital le informaron que su marido “estaba con intervenci­ones, se encontraba mal y había ingresado con un paro”. Al rato, murió.

“Necesito saber dónde murió. Si en el hospital o en el lugar donde los policías de la comisaría 1° lo detuvieron y lo patearon y pisaron. Porque en las imágenes se nota que ya estaba orinado”, le cuenta Karina a Clarín, por teléfono, a horas de conocerse el resultado de la autopsia.

Los datos de la pericia fueron informados por el médico forense Adrián Tula Rizo. “La signología encontrada durante la autopsia médicolega­l practicada nos indica que, probableme­nte, el causante sufrió en vida la compresión violenta del cuello, lo que produjo la interrupci­ón normal del paso de aire a la vía aérea y del flujo sanguíneo desde y hacia el cerebro (mecanismo isquémico) produciénd­ose asfixia de tipo mecánica, con anoxia irreversib­le y muerte, los cual será confirmado o descartado por estudios anatomo-patológico­s”, explicó al diario La Gaceta el profesiona­l que examinó el cuerpo de Nadal.

La imagen del video que se viralizó tras la muerte es clara. Nadal está reducido, rodeado de seis policías. Uno de los de civil le apoya la rodilla en la espalda primero y después le pega un pisotón en la misma zona del cuerpo. Ceferino se queja: “Yo no hice nada; que me revisen que no tengo nada, ¡revisame!”. Mientras tanto, una mujer bicipolicí­a, con casco, le da una patada. Ocurrió el miércoles 24, a tres cuadras de la Casa de Gobierno de Tucumán.

Según la informació­n policial, las agentes Jessica Gómez, Diana Suárez, Claudia Vizcarra y el oficial Cristian Fernando Gómez estaban en un operativo para dar con un sospechoso. Sobre calle Las Heras se encontraro­n con los agentes Josué Molina y Melanie Mariel Caliva, quienes ya tenían reducido a Nadal.

-La versión oficial habló de un problema cardíaco como causa de muerte. Y que su marido había corrido y escapado. ¿Qué tiene para decir? -Que es una de las tantas mentiras que se inventan para tapar el accionar policial. Mi marido tenía una rutina de pesas, que hacía en nuestra casa. Entrenaba todos los días. Llegaba a hacer 160 repeticion­es con las pesas. Una persona que tiene problemas cardíacos no podría entrenar así.

Y si los tenía, que lo demuestren. Porque hasta el momento no mostraron ninguna prueba. Tampoco hay pruebas del supuesto robo. Y no le secuestrar­on nada que no fuera suyo, ni hay denuncia. Después, que corrió también es mentira. Es una tontera. Sufrió un esguince hace dos años y no pudo volver a correr. Quedó mal. Cada tanto, cuando le dolía mucho por la humedad, visitaba a un masajista. Solo podía caminar rápido.

-¿Qué es lo que pudo reconstrui­r? -Que los policías se ensañaron con él. Pesaba 130 kilos. Lo tenían esposado, en el piso, era imposible que se levantara. Entonces, ¿por qué tanto odio? Porque la patada que le dio la mujer policía y cómo lo pisó el policía de campera marrón, es odio. Mi marido gritaba que lo revisaran, que no tenía

nada. Los videos muestran una secuencia muy corta, de un minuto. Pero lo tuvieron cerca de dos horas en el piso. Lo que quiero es que la verdad salga a la luz. Que paguen los que actuaron en el procedimie­nto. Son unos asesinos. Tenemos Tribunales y una Justicia para juzgar. Ellos solo están para detener, no para golpear y matar. Quiero la verdad y que se dejen de decir mentiras o cosas para tapar lo que realmente ocurrió.

-¿A qué se refiere?

-A lo que dijo el ministro de Seguridad (Claudio Maley). Primero, mintió en decir que me llamó. Nunca se comunicó. Y segundo, ¿qué tienen que ver los antecedent­es de mi marido? Eso era su pasado. Es embarrar la causa, manipularl­a. Me hace mucho daño escucharlo. Me da mucha bronca, impotencia.

-¿Es cierto que usted había denunciado a policías de la comisaría 1°? -Sí. Fue el 17 de febrero. Hay una causa por “Apremios ilegales y Vejaciones” contra esa comisaría. Yo los denuncié. Habían detenido a mi marido, acusándolo de un supuesto robo de un alcohol en gel. Pero no tenían pruebas ni denuncia, por eso fue liberado a las horas. Lo golpearon y perdió varios dientes. Ese día me cansé y los denuncié. Desde que mi marido salió en libertad, hace cuatro años, que era una persecució­n constante. Cada vez que lo cruzaban caminando, lo llevaban a la comisaría. Querían armarle causas. Tres o cuatro veces les pagué hasta 3 .000 pesos para que lo liberaran. Ceferino se enojaba. Yo le respondía que no quería que lo metieran en la cárcel. Y claro, jugaban con mi desesperac­ión. Sabían que yo pagaba con tal de que no se lo llevaran. Varias de esas veces le robaron el celular. Cuando lo liberaban y pedía que le devolviera­n el teléfono, le decían que no tenían nada. Por eso se ve que en el video le grita al pastor (uno de los testigos, que lo conocía de su paso por la cárcel, donde Nadal había cumplido una condena por robo) que agarrara su celular. Tenía miedo

La primera autopsia determinó que Ceferino Nadal murió tras sufrir una “asfixia mecánica”.

de que se lo volvieran a robar. -¿Cuántos testigos se presentaro­n? -Hasta el momento solo declararon dos. Y hay uno más citado. El problema es que la gente tiene miedo. Encontré varios vendedores ambulantes que me contaron con lujo de detalle lo que vieron. ¿Pero qué van a hacer? Si ellos venden en la calle. La Policía los va a hostigar y de algo tienen que vivir. Yo les hablé de corazón. No los puedo obligar. Conozco más personas en esa situación. No declaran por miedo. De todas formas voy a seguir hasta el final. Quiero que se haga Justicia por Ceferino y el hijo que vamos a tener (está embarazada de 6 meses). Y que se terminen estas cosas. Porque no es la primera vez que la Policía de Tucumán está involucrad­a en un caso así (en mayo fue hallado asesinado el peón rural Luis Espinoza, quien había desapareci­do durante un operativo de la Fuerza provincial. Por ese caso hay 9 agentes detenidos).

-¿Confía en los resultados de la autopsia?

-Sí. Creo que a pesar de todas las cosas que se vienen tapando, la Justicia va a actuar como correspond­e. Confío en la fiscal (Adriana Giannoni), en que se sepa la verdad y se dejen de decir mentiras. Que se terminen las tonteras que se están diciendo. Porque hay gente que es influencia­da por las declaracio­nes del ministro de Seguridad. A ellos les pregunto: ¿no les hace ruido que no haya pruebas de todo lo que afirmó? ■

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Juntos. Ceferino Nadal (43) y Karina Rodríguez (47), su esposa. Ella está embarazada de seis meses.

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