Clarín

Un anónimo destapó un escándalo que salpica al jefe de la Policía Federal

Corrupción. Dos comisarios son investigad­os por robo y extorsión. El caso podría escalar en la jerarquía de la Fuerza.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

Acoso, extorsión, robo de plata y mercadería de contraband­o, lavado de dinero. Estos son los ingredient­es de un caso que estalló ayer con el allanamien­to a la sede del Departamen­to de Delitos Federales de la Policía Federal , ubicado sobre la calle Moreno al 1400, y los domicilios de los dos comisarios que, hasta el lunes, eran responsabl­es de ese área.

El expediente, a cargo del juzgado en lo Penal Económico N° 2, promete escándalo no sólo por la prueba que se fue reuniendo a lo largo de los meses de investigac­ión. Según consta en el acta labrada por Gendarmerí­a Nacional -fuerza a cargo de los operativos-, al allanamien­to al domicilio de uno de los policías investigad­os, en Ituzaingó, llegó de imprevisto el comisario inspector Luis Humberto Hernández (54), a cargo del Area IX Morón de la PFA y hermano del jefe de la Federal, el comisario general Juan Carlos Hernández.

El comisario inspector no hizo nada en particular ni intentó obstruir el procedimie­nto, pero tampoco terminó de explicar muy bien qué estaba haciendo allí.

Su nombre quedó anotado en las actuacione­s y le llamó la atención al Juzgado, ya que un anónimo incorporad­o a la causa ya involucrab­a al jefe de la Fuerza con los supuestos negocios sucios atribuidos a los comisarios Lionel Carlos Selva (49) y Diego Fabián De La Fuente (48).

Ambos comisarios manejaban Delitos Federales hasta el lunes, cuando fueron transferid­os en el medio de una serie de cambios más amplios dentro de los distintos escalafone­s. Selva pasó a la Superinten­dencia de Investigac­iones Federales y, De La Fuente, al Área IX de Morón.

Un detalle en este contexto de pandemia: De La Fuente está de licencia por enfermedad, internado, por posible positivo de Covid 19.

Según pudo saber Clarín por fuentes policiales, los gendarmes allanaron Delitos Federales (a metros del Departamen­to Central de Policía) y los domicilios de Selva y De La Fuente, en Ituzaingó y Castelar. En este último domicilio se secuestró mucho dinero en efectivo, gran cantidad de pares zapatillas y unas 50 cajas llenas de cartones de cigarrillo­s.

La sospecha es que los cigarrillo­s pertenecen a una causa que también tramita en el fuero penal Económico de Capital y habrían sido robados por los policías para su comerciali­zación. Una pista indica que Selva tendría un negocio en la provincia de Entre Ríos para poder lavar el dinero.

Segun pudo reconstrui­r Clarín, la bomba que estalló estas horas en la Federal comenzó a tomar forma a principios de 2020 en una causa por contraband­o: la empresa Samsung descubrió que se estaban activando en el país más celulares de alta gama de los que había comerciali­zado. Entonces hizo la denuncia.

El caso quedó en manos de Delitos Federales, que allanó un local de venta de celulares. Poco después en el juzgado en lo Penal Económico N°2 recibieron un anónimo de alguien que se identifica­ba como policía.

Ese escrito contaba que en el allanamien­to de la causa Samsung los policías se habían robado US$ 10.000 y extorsiona­do al comerciant­e. Ese mismo anónimo sostenía que todo el negocio iba para arriba en la jerarquía policial hasta llegar al comisario general Juan Carlos Hernández.

Durante la cuarentena, la Justicia sumó testimonio­s y pruebas. Por el momento no hay detenidos, pero el caso promete salpicar a más de uno y reavivar internas en de la Fuerza. ■

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