Clarín

España se desmarca de Europa y analiza cómo abrir fronteras a terceros países

El bloque europeo autorizó el ingreso de 15 países desde el 1° de julio. Pero Madrid aún no aplicó la medida.

- MADRID. CORRESPONS­AL Marina Artusa martusa@clarin.com

España se desmarca de la decisión conjunta que llevó días y mucha cintura política consensuar entre los 27 miembros de la Unión Europea para definir la lista de los 15 países fuera de Europa que podían considerar­se “seguros” frente al coronaviru­s y volver a abrirles los brazos.

Hasta ayer jueves, las autoridade­s españolas no habían levantado el cerrojo a sus fronteras para viajeros de otros continente­s, decisión que se acordó poner en marcha a partir del último 1° de julio, y todavía están revisando la lista de naciones aprobadas por mayoría entre los Estados que comparten el espacio de libre circulació­n Schengen.

España se propone establecer su propio elenco de terceros países que le resulten “confiables” a nivel epidemioló­gico y que aseguren que los españoles que viajen allí serán bienvenido­s recíprocam­ente.

“No tiene ningún sentido que abramos las fronteras en Schengen y que cada uno de los países tengamos acuerdos con terceros países fuera de Schengen porque entonces no estaríamos haciendo bien nuestro trabajo. Sería absolutame­nte ineficaz”, le había dicho el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a Clarín a mediados de junio, cuando anunció la apertura a terceros países.

Sin embargo, su país sigue criterios propios y, sin declararlo abiertamen­te, hace la suya.

El gobierno del socialdemó­crata Sánchez había anticipado que España iba a tomar con calma la propuesta de apertura de fronteras para el 1° de julio, que es una recomendac­ión de la Unión Europea y no tiene carácter obligatori­o.

A menos de 24 horas de esa apertura de fronteras hacia fuera de Europa, la ministra portavoz del gobierno español, María Jesús Montero, explicó que el Boletín Oficial del Estado publicó una prórroga de una semana para la restricció­n de entrada a los viajeros de terceros países. Es probable que a partir de este viernes las fronteras españoles estén dispuestas a recibirlos.

España también mira con lupa su posición frente a las 15 naciones aceptadas por la Unión Europea, entre las que está Uruguay como único país latinoamer­icano, que fueron aprobadas para poner un pie en Europa porque transitan una situación epidemioló­gica similar: registran en los últimos 14 días una media de contagios por Covid-19 de entre 16 y 20 cada 100.000 habitantes, algo compatible con los estándares de los países del Viejo Continente.

Los viajeros que pueden ingresar a Europa, aunque todavía no a España, son los que lleguen desde Japón, Canadá, Australia, Corea del Sur, Tailandia, Nueva Zelanda, Argelia, Georgia, Montenegro, Ruanda, Serbia y Túnez. China estuvo en duda hasta último momento. No por los rebrotes en Beijing sino por la falta de reciprocid­ad.

España deja en suspenso la bienvenida a visitantes provenient­es de China, Marruecos y Argelia mientras no esté asegurado que acepten a viajeros españoles.

Habrá que ver dónde se posiciona el gobierno español respecto de Australia y Nueva Zelanda que ya anunciaron que no permitirán el ingreso de turistas hasta el 2021.

“Siempre hemos estado siguiendo las recomendac­iones que nos hacían las autoridade­s sanitarias españolas, europeas e internacio­nales. Y ni antes éramos unos timoratos, pacatos, no queriendo abrir las fronteras ni ahora somos temerarios. Antes y ahora somos responsabl­es”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores española, Arancha González Laya, al comentar la medida analizada.

Aunque quiere ser prudente, España sabe que no abrirse al turismo le provoca una herida fatal: según dio a conocer este jueves el Instituto Nacional de Estadístic­a, el cierre de fronteras en mayo le representó a los españoles una pérdida de ocho millones de turistas y más de 8.100 millones de euros.

Italia tampoco aceptó la recomendac­ión aprobada por la Unión Europea como si fuera la palabra divina revelada.

El gobierno de Giuseppe Conte anunció el martes, a última hora, que impondrá una cuarentena obligatori­a y la vigilancia sanitaria a los visitantes que lleguen de países fuera de Europa y que sólo dejará entrar a quienes lo hagan por motivos de estudio, de trabajo, sanitarios o urgentes. Una vez más, el amparo protector de la Unión Europea es una manta que cobija pero no abriga lo suficiente. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina