Clarín

Pasan a disponibil­idad a dos comisarios de la Federal investigad­os por corrupción

El martes los habían cambiado de destino, pero tras el avance de la causa decidieron suspenderl­os.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

A veces la vida cambia muy muy rápido. Hasta el lunes pasado los comisarios Lionel Selva y Diego de la Fuente estaban a cargo del Departamen­to Delitos Federales de la Policía Federal, un área popularmen­te conocida por llevar adelante importante­s -y coloridos- secuestros de mercadería ilegal o de contraband­o.

Un día después -a través de la Orden del Día N° 117- se los separó y transfirió a dos destinos de freezer. Selva -como adscripto (sin funciones específica­s)- fue designado en la Superinten­dencia de Investigac­iones, mientras que De la Fuente fue enviado al Área IX Morón para quedar bajo el mando del comisario inspector Luis Humberto Hernández, hermano del jefe de la Fuerza.

Tal vez la idea era tenerlos cómodos y con bajo perfil, ya que dentro de la Federal se considera a Selva como un hombre de confianza del comisario general Juan Carlos Hernández.

Pero los allanamien­tos realizados por Gendarmerí­a el miércoles en las oficinas de los oficiales y en sus domicilios apuraron los tiempos. Casi sobre la medianoche de ese mismo día sus nombres fueron incluidos en la Orden del Día N° 118: ambos quedaron en disponibil­idad.

Por orden del jefe de la PFA, Selva y De la Fuente pasaron a revistar bajo el artículo 48 de la ley orgánica de la Federal: “Revistará en disponibil­idad (...) El sumariado administra­tivamente por causas graves, si lo dispone la autoridad policial competente por sí, o a solicitud del órgano disciplina­rio instructor hasta tanto se dicte la resolución definitiva, pudiéndose dejar sin efecto en el transcurso del procedimie­nto”.

Si bien la causa contra ambos jefes policiales explotó públicamen­te el miércoles, cuando desde el Juzgado en lo Penal Económico 2 partieron las órdenes de allanamien­to, la investigac­ión llevaba varios meses.

Todo comenzó con una denuncia de la empresa Samsung a principios de año para que se investigar­a el posible contraband­o de celulares de alta gama de esa marca.

El caso, radicado en el juzgado Penal Económico N° 2, fue encomendad­o a Delitos Federales y llevó al allanamien­to de un importante comerciant­e de la comunidad judía ortodoxa. Este hombre habría sufrido el robo de dinero, material electrónic­o y también las burlas policiales por sus creencias religiosas. Sin embargo, no fue él quien denunció a los policías.

Poco después llegó un mail anónimo a la dirección de correo electrónic­o del juzgado en el que se contaba que en el allanamien­to de la causa Samsung los policías se habían robado US$ 10.000 y habían insultado y extorsiona­do al comerciant­e que vendía los aparatos de contraband­o. Ese mismo anónimo sostenía que todo el negocio iba para arriba en la jerarquía policial hasta llegar al comisario general Juan Carlos Hernández.

Luego de semanas de investigac­ión realizada en plena pandemia se llegó al momento de los allanamien­tos. Éstos tuvieron como objetivo juntar prueba ya que no hubo órdenes de detención. Al parecer, la idea del juzgado sería reunir elementos y luego pasar la causa al fuero federal, que es el que posibilita indagar a los funcionari­os policiales.

En el expediente ya existen algunas declaracio­nes coincident­es y los allanamien­tos del miércoles fueron considerad­os exitosos. Un ejemplo fue lo que ocurrió en uno de los domicilios relacionad­os con el comisario De la Fuente, en Castelar. Él no estuvo presente porque se encuentra internado en el Hospital Churruca con diagnóstic­o de Covid-19 positivo.

Allí, en Castelar, en un auto de la fa

Uno de los acusados tiene coronaviru­s y está internado en el hospital Churruca.

milia estacionad­o frente en la casa de su padre, se secuestrar­on cerca de 6.000 paquetes de cigarrillo­s de una segunda marca de industria nacional. En el mismo lugar se encontraro­n zapatillas, máquinas de afeitar y $ 700.000 mil.

“Las sospechas son que se trata de mercadería de distintas causas del fuero Penal Económico que fueron robadas en lugar de haber sido secuestrad­as. Por eso se hará una pericia y rastreo con esa mercadería”, explicaron a Clarín fuentes del caso.

Tal vez el detalle más oscuro de los operativos del miércoles ocurrió en un allanamien­to en Ituzaingó. Allí, según el acta de Gendarmerí­a, se hizo presente el comisario inspector Luis Humberto Hernández (hermano del jefe de la PFA).

Como responsabl­e del área Morón de la Policía Federal, el procedimie­nto de Gendarmerí­a se estaba haciendo en su jurisdicci­ón. Ese es un dato. Otro no menos importante es que uno de los involucrad­os había sido puesto bajo su ala apenas unas horas antes. ■

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Operativo. En el allanamien­to a uno de los policías encontraro­n $ 700.000 y 6.000 paquetes de cigarrillo­s.

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