Clarín

Cristina reaviva las diferencia­s internas en Juntos por el Cambio

El jefe de Gobierno porteño y Vidal no avalaron el duro documento de la oposición por el crimen de Gutiérrez.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

La interna silenciosa de la coalición gobernante refleja claras diferencia­s

entre los objetivos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El mandatario apunta al éxito de su gestión ante la pandemia para luego encarar la etapa que viene, la económica. Está demasiado confiado en que un acuerdo por la deuda y un paquete de medidas lo hará salir rápido de la crisis.

En cambio, la vicepresid­enta persigue mejorar su situación judicial

en las causas por corrupción. Mientras promueve el avance de la investigac­ión judicial por espionaje con la mira puesta en Mauricio Macri. Pero no mensura que el daño político no se lo inflige al ex mandatario sino a Alberto Fernández.

El asesinato del ex secretario de los Kirchner, Fabián Gutiérrez, testigo valioso en la causa de los cuadernos de las coimas que involucra a la ex presidenta, profundiza el antagonism­o entre oficialism­o y oposición. Lo que también se refleja en la sociedad a través de las redes sociales que en plena cuarentena estricta, estallan.

Pero el origen de este clima de confrontac­ión viene de antes. Cristina Kirchner estuvo detrás de movidas que alertaron a propios y ajenos como la designació­n de dirigentes de su confianza en la Procuració­n del Tesoro, la Oficina Anticorrup­ción, la UIF, la AFI, el Consejo de la Magistratu­ra, Anses; y en algunos lugares clave de ministerio­s como Justicia, Interior y Seguridad. Además del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. De ahí pasó a la acción con decisiones polémicas cuyo costo político tiene un sólo pagador: Alberto Fernández.

Así, la OA dejó de ser querellant­e en causas que involucrab­an a la vice; en medio de la pandemia se enviaron a la casa a presos peligrosos -violadores­y se planteó sin suerte el mismo beneficio para otros detenidos como Ricardo Jaime; el procurador Carlos Zannini revocó una resolución para permitirle al condenado Amado Boudou cobrar su pensión; Fernanda Vallejo propuso que el Estado se quede con parte de las empresas a las que ayuda a pagar sueldos en cuarentena; Cristina Kirchner promovió la expropiaci­ón de Vicentin; y finalmente el cristinism­o impulsó la culpabilid­ad de Macri en el espionaje y apuntó contra los periodista­s.

En la oposición las preocupaci­ones son distintas entre sus principale­s referentes: Macri y Horacio Rodríguez Larreta. En el macrismo afirman que el ex presidente no está preocupado –mucho menos después del apartamien­to del juez Federico Villena y de las excarcelac­iones y prisiones domiciliar­ias dispuestas por su reemplazan­te, Juan Pablo Augépor la causa por espionaje. Sí lo están los ex AFI Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Algunas versiones hablan de que ese expediente finalmente podría quedar bajo la competenci­a de un juez federal de Comodoro Py.

En plena pelea sanitaria, las discrepanc­ias entre Macri y Larreta se acentuaron. “Yo no estoy de acuerdo con la marcha atrás, vas a tener que bancar el disenso interno de nuestro espacio”, le advirtió Macri a Larreta, cuando el Gobierno anunció el endurecimi­ento de la cuarentena.

Macri cree que el jefe de Gobierno porteño tiene que ser más duro con la Casa Rosada. Sin embargo, Larreta le replicó que estaba convencido de lo que hacía. De hecho, ya le había advertido a Alberto Fernández sobre el costo político que significar­ía dar marcha atrás con la flexibiliz­ación del aislamient­o. Pero también le anticipó que después del 17 de julio, salvo un imprevisto, la Ciudad abrirá la mayor cantidad de actividade­s que considere.

“Hoy no hay dos espacios, hoy el espacio lo conducen Horacio y María Eugenia” Vidal, deslizaba días atrás -como un vaticinio de lo que luego vendríaun hombre cercano a Larreta.

Lo justificab­a, al asegurar que Miguel Pichetto está cada vez más cerca del jefe de Gobierno. Es que Larreta fue clave en la designació­n de Pichetto como uno de los directores de la Auditoría General de la Nación, acordada con Sergio Massa.

En medio de esa pugna, se produjo el asesinato de Fabián Gutiérrez.

La reacción de Juntos por el Cambio la manejaron los referentes partidario­s Patricia Bullrich (PRO), Alfredo Cornejo (UCR) y Maximilian­o Ferraro (CC). Allí decidieron plantear que se trataba de "un crimen de extrema gravedad institucio­nal" y advirtiero­n una posible "manipulaci­ón de la escena", además de reclamar "transparen­cia" y que la investigac­ión pase a la órbita de la justicia federal.

En el caso de Macri, el viernes estuvo hablando con Patricia Bullrich sobre lo que significab­a la por entonces desaparici­ón de Gutiérrez, aunque a esa hora ya manejaban versiones sobre su posible muerte. Tras lo cual, Bullrich impulsó el documento.

Pero distinta es la posición de Rodríguez Larreta y de María Eugenia Vidal. El jefe de Gobierno porteño no participó de la decisión ni de la elaboració­n del texto. Vidal tampoco.

En el sector menos duro del PRO sostienen que hay malestar "por el contenido del comunicado que fomentó Bullrich". Consideran que no había ninguna necesidad en involucrar­se "en un tema que es del kirchneris­mo".

Dirigentes cercanos a Vidal también apuntan contra la ex ministra de Seguridad porque "se corta sola" cuando hay integrante­s del espacio que no están de acuerdo. "Hay muchos que piensan que una cosa es pedir el esclarecim­iento y otra muy diferente es hacer política con una muerte, y en este momento", reflexiona la misma fuente.

Tarde o temprano Macri y Larreta pero también los radicales Cornejo y Martín Lousteau- deberán dirimir cuál es la impronta de Juntos por el Cambio frente al Gobierno.w

Larreta y Vidal piensan distinto que Macri sobre la relación que deben tener con el Gobierno.

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Socios. Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, alinean su posición.

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