Clarín

Los papás de Fernando Báez, hoy: aislados en el dolor y con ansiedad por una pericia clave

En cuarentena, lamentan que ya no pueden ir al cementerio. Esta semana esperan conocer los resultados del estudio que establecer­á cuál de los rugbiers pateó a su hijo en la cara.

- Esteban Mikkelsen Jensen emikkelsen@clarin.com

El dolor de los padres de Fernando Báez Sosa (18), su único hijo, será eterno. Pero por estos días este sentimient­o se agudiza con la pandemia de coronaviru­s, ya que a raíz de la cuarentena tienen que permanecer en su casa y ni siquiera pueden ir al cementerio. La última vez que estuvieron frente a los restos de su hijo fue el 19 de marzo, el día previo al decreto presidenci­al de aislamient­o social, preventivo y obligatori­o.

"Para nosotros es muy triste. Era un lugar sagrado donde íbamos a pasar un rato con Fernando, rezándole con mi marido, sacando las flores viejas y poniendo nuevas, prendiendo una vela, tratando de estar en silencio un momento con él", le cuenta a Clarín la mamá de la víctima, Graciela Sosa (53).

Para esta semana, los papás esperan un resultado que puede sellar la suerte de uno de los ocho rugbiers detenidos por el crimen, cometido hace casi cinco meses en Villa Gesell, en la madrugada del 8 de enero frente al boliche Le Brique .

Se trata de las pericias scopométri­cas realizadas sobre las zapatillas de los acusados, que van a determinar cuál de ellos fue el que pateó en la cara a Fernando y le dejó la marca. Estos estudios debían empezar en febrero, pero recién comenzaron el 29 de mayo en el laboratori­o de la Policía Federal Argentina (PFA) en Mar del Plata.

En un principio, las muestras habían sido enviadas a la Asesoría Pericial del Ministerio Público, en Junín. Pero, debido a la suspensión de actividade­s por el aislamient­o obligatori­o a raíz de pandemia de Covid19, se trasladó todo el procedimie­nto a la ciudad balnearia.

Se trata del mismo laboratori­o en el que se abrieron los teléfonos celulares secuestrad­os a los imputados. De allí surgieron numerosas pruebas que los incriminan, sobre todo en el grupo de WhatsApp que compartían durante sus vacaciones en Villa Gesell, llamado "Los del Boca 3".

"Esperamos para esta semana el resultado de estos cotejos. Tiene que salir alguno positivo para poder determinar quién fue el autor, este irresponsa­ble de las pisadas. Una de las improntas tenía valor para ser cotejada, otra no tenía suficiente claridad", le dijo a Clarín el abogado Fernando Burlando, cuyo estudio representa a la familia de la víctima.

El objetivo de estas pericias es cotejar las huellas de las zapatillas secuestrad­as en la casa que los acusados alquilaban en Gesell con una impronta hallada en la cara de Báez Sosa y, a partir de esa comparació­n, determinar a su vez a quién de ellos pertenece el calzado.

"Hay una impronta de un calzado en el rostro de Fernando que ha quedado bien gráfica, como un pisotón con la punta. Ese dibujo se coteja mediante fotos con las zapatillas secuestrad­as. Y hay que determinar, además, a quién se le atribuye esa zapatilla", indicó a la agencia Télam una fuente del caso.

Para poder completar el peritaje, la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucció­n 5 de Villa Gesell, ordenó la toma de nuevas huellas plantares de los ocho rugbiers detenidos en la Alcaidía de Melchor Romero, para determinar el tipo de pisada y precisar cuál de ellos es el dueño del calzado que impactó la cara de la víctima.

"Estamos preocupado­s porque todo se está alargando mucho, aunque conformes con las investigac­iones que se están realizando", resume la mamá de Fernando, quien rescata que se sienten "acompañado­s por muchísima gente" y que "es impresiona­nte la cantidad de personas" que les escriben "constantem­ente" y les "están dando su apoyo de todas partes". También reciben mensajes de sus familias, que son de Paraguay.

Su esposo, Silvino Báez (46), aún no volvió a trabajar en la construcci­ón, ya que esta actividad no fue autorizada en la cuarentena. "Tratamos de llevar el dolor los dos juntos. Hay días que decaemos y nos apoyamos entre los dos. Tratamos de seguir, debemos ser fuertes, no podemos abandonar a Fernando así tan fácilmente porque él ya no tiene voz para defenderse", sostiene Graciela.

Cuando la cuarentena se flexibilic­e, Burlando volverá a pedir la detención del llamado “sospechoso número 11”, a quien ubican en la escena del crimen, aunque la fiscal Zamboni nunca lo consideró como partícipe del hecho. El abogado también insistirá con que los dos imputados que fueron excarcelad­os vuelvan a prisión.

El jueves, Graciela llamó por teléfono a Julieta Rossi, la novia de Fernando, quien cumplió 19 años. "Ella está igual que nosotros, tratando de sobrelleva­r el dolor, muy triste, muy dolida. No sabía qué palabra utilizar para ese día, finalmente le dije: 'Apoyate en los lindos recuerdos, en los momentos felices que viviste con Fernando'", comenta. ■

Tratamos de llevar el dolor los dos juntos. Hay días en los que decaemos, y nos vamos apoyando entre nosotros”.

Debemos ser fuertes. Fernando ya no tiene voz para defenderse, así que no podemos abandonarl­o”.

Graciela Sosa

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Respaldan la investigac­ión, aunque lamentan que “se está alargando mucho”.
JUANO TESONE Silvino y Graciela. Respaldan la investigac­ión, aunque lamentan que “se está alargando mucho”.

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