Historietas que incentivaron la imaginación

A principios de la década del 80 los adolescentes no contábamos con 81 canales de televisión, computadoras, consolas de videojuegos, tablets ni celulares. Había que ser creativos a la hora de divertirse, ahí es donde llegaron a mis manos las primeras historietas.

Tengo que reconocer que El Tony, D’Artagnan, Skorpio o Fantasía me resultaban demasiado setentosas y hasta algo aburridas.

Hasta que empezé a descubrir algunas revistas que surgían con el regreso a la democracia, entre ellas Satiricón, Humor, Fierro y SexHumor entre tantas. Gracias a esas publicaciones descubrí ilustradores fantásticos: Breccia, Grondona White, Carlos Nine, Tabaré, Cascioli, Crist y tantos otros que supieron hacer mis tardes más amenas y supieron incentivar mi imaginación y creatividad a lo que más tarde me descubrí en una vida marcada por la gráfica.

Pero nunca voy a olvidar el día que descubrí los trazos del gran Horacio Altuna, creo que fue con “El Loco Chávez” y su famosa novia Pampita, luego con “Las puertitas del Sr. López” y unos años más tarde con el “Ficcionario”.

Altuna había logrado hacerme conocer un dibujo muy realista, con trazos limpios, con blancos que lo decían todo y, a la vez, con un nivel de detalles sorprendente.

Hoy, después de más de tres décadas, el destino, me da esta increíble oportunidad de sentirme a solo unos pocos centímetros de él, tan solo me gustaría imaginarlo desayunando en España, con el diario en la mano, y que un instante después de ver su historieta levante la vista y logre percibir todo el agradecimiento que es mío y el de toda una generación. ■