Clarín

Fernández cree que se impone el ala dura opositora y espera más cruces

Dicen que la ofensiva llega de Macri, Bullrich y Cornejo. Reclamos al Presidente por su postura dialoguist­a.

- Pablo Ibañez pibanez@clarin.com

"En Cambiemos se está imponiendo el Tea party". La referencia al ala más ultra de los republican­os en Estados Unidos, aggiornada a Juntos para el Cambio, se escuchó el fin de semana en el círculo íntimo de Alberto Fernández y puede anticipar, tras un fin de semana feroz, un giro político en el gobierno.

El pulso en torno al crimen de Fabián Gutiérrez, uno de los ex secretario­s de Cristina Kirchner, irrumpió con virulencia, disparó un comunicado tempranero de Juntos para el Cambio (JxC) y devino, después, la contraofen­siva del oficialism­o.

Fue, para el albertismo, un indicio que puede marcar lo que viene: que un espacio opositor girará hacia una posición cada vez más extrema y que esa conducta puede derivar en un endurecimi­ento de la posición presidenci­al.

"Alberto sigue en modo zen, dialoguist­a pero cada vez hay más reclamos internos porque pagamos el costo y nos critican por cosas que al final no hacemos", apuntó a Clarín un íntimo del presidente y citó, como ejemplo, la expropiaci­ón de Vicentin.

Fernández pagó el costo de avanzar y retroceder, cedió la pelota a Omar Perotti y lo que vino después no dio, todavía, resultados: el juez Fabián Lorenzini falló dos veces a favor de la familia y les devolvió el control .

El sábado, Fernández reaccionó al conocer el comunicado de Juntos para el Cambio que categorizó el crimen de Gutiérrez como un hecho de "extrema gravedad institucio­nal" en lo que, dijo, fue un intento "canallesco" por involucrar al Gobierno.

En Olivos hacen la trazabilid­ad de esa reacción y la atribuyen a dos actores: Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo. Sobre la ex ministra dicen dato que se corrobora en sectores del JxC- que no mueve ninguna pieza sin consultar antes a Mauricio Macri.

El "Tea party" cambiemita tiene

última terminal, dicen en el oficialism­o, al ex presidente y le marca la cancha a los demás espacios opositores que el albertismo considera más civilizado­s: ahí ubican a Horacio Rodríguez Larreta, -a quien Fernández trata con deferencia - María Eugenia Vidal, Julio Cobos, Emilio Monzó y, entre otros, Cristian Ritondo.

"Alberto trabaja todos los días en

destacar que en la oposición no son todo lo mismo y, además, en mantener la unidad del oficialism­o", apunta un hombre del primer anillo de AF.

El otro fenómeno que se consolidó en estos días tiene que ver con que, a pesar de la crisis múltiple, el frente oficialist­a se muestra sólido y que cualquier movimiento para tensionar entre los Fernández parecería condenado a fracasar.

Es un puzzle donde se alinean varias piezas. Los encuentros de Máximo Kirchner con referentes del poder empresario, el proyecto de Sergio Massa sobre los silobolsas -un mensaje para el campo- y hasta las aparicione­s en TV del sheriff Sergio Berni.

Son, aunque no quizá no respondan a una táctica centraliza­da y digitada, gestos que tienen un eje en común: hablarle a universos que no son a los que históricam­ente les habló el kirchneris­mo.

No parece, en verdad, que haya plan maestro en medio de los espasmos de la pandemia y la crisis pero, de mínima, hay coincidenc­ias en varios actores sobre a quien tener como interlocut­ores.

La idea de hablar de un "Tea party" cambiemita encaja en esa lógica: un JxC extremo, que apunta a cuestiones irreconcil­iables con el gobierno, mientras en otros frentes se opera de otra manera: Ritondo con Massa y Máximo K, Larreta con Fernández, los gobernador­es con la Casa Rosada, al igual que los intendente­s PRO.

En esa lógica, las hipótesis o agitacione­s sobre rupturas entre los Fernández, naufragan a poco de zarpar. Las especulaci­ones sobre una potencial crisis en 2021 por el cierre de listas tampoco inquietan a Olivos.

El problema del 2021 será, en todo caso, la economía y no la institucio­nalidad que es la bandera habitual del antiperoni­smo, recuerda un dirigente del PJ, en referencia a la identidad del "tea party" de Juntos para el Cambio. En gobierno dicen que el fin de semana, el macrismo arrancó con la campaña electoral del 2021.

Bullrich, dicen, quiere ser candidata en la Ciudad y pulsea, entonces, con Larreta a quien ven sin margen para confrontar y hasta arriesgan que tendrá que apostar como candidato a Diego Santilli para garantizar­se la cabeza de la lista.

Pero hay peros. ¿Y si aparece Macri y quiere ser candidato? ¿Y si Lilita Carrió abandona su exilio interno?

El 2021, entienden en el PJ, explica el despliegue de Alfredo Cornejo que apunta a encabezar la lista de senadores del año próximo en Mendoza. Cornejo busca ganar con mucho margen para aparecer en la grilla presidenci­al y si no le da, volver a la provincia. En Mendoza, hasta el PJ, considera que en JxC no advierten la habilidad y bravura de Cornejo en la disputa política. ■

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PRESIDENCI­A Intimidad. El presidente Alberto Fernández en su despacho, atiende asuntos junto a su perro.

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