Volver a creer en tiempos de coronavirus

En tiempos de discusiones de parejas en masa, de separaciones express y de divorcios en puerta por culpa de la pandemia, ellos se conocieron. Alguien ofició de nexo, como (casi) siempre cuando la mitad del recorrido llegó a la puerta. Fueron cinco días de charlas. Por escuetos mensajes de WhatsApp, primero; por largos diálogos a través del celular, después. El decidió invitarla a cenar a su departamento y ella aceptó de inmediato. Amores frustrados, sueños renovados, ilusiones hechas añicos y ganas de volver a creer fueron los primeros puntos de la conversación ya en el cara a cara, mirándose el uno al otro pero como se mira a alguien que transmite, sobre todo, una confianza infinita. Con dos hijos de ambos lados. Con pasión por sus trabajos y con las mismas ganas de ser, de nuevo. Porque siempre se puede. Porque para los dos la vida todavía tiene muchas sorpresas para ofrecer. Y, parece, ambos se propusieron explorarlas. Juntos. En un vínculo que se afianza cada vez más. Son felices y tienen felicidad para darle al compañero que, de la nada, casi sin querer, apareció. Ella la pasó muy mal. Hace tiempo. El también. Hace menos. Saben que los planetas se alinearon para que en plena cuarentena se hayan visto por primera vez. Quieren ir de a poco aunque la pasión los estremece. Y, a veces, los apura. Pero el éxito es para los que apuestan, para los que arriesgan, para los que buscan lo mejor siempre pensando en uno y en el otro. De eso se trata el amor, dicen. Un amor que ni el coronavirus parece dispuesto a frenar.