“Esta crisis demuestra que los nacionalismos y populismos sólo ofrecen miedo y división”
“O ganamos o perdemos todos”, afirma sobre la actual situación. Una alianza con España, Portugal, Francia y Alemania.
El jurista Giuseppe Conte (Volturara Appula, Apulia, 1964) primer ministro italiano, era hasta hace dos años muy poco conocido en el mundo de la política. En estas horas se entrevista con sus colegas de Portugal y de España configurando lo que parece un eje, junto a Francia y Alemania, para la defensa del plan de recuperación europea, el programa de rescate para las naciones más afectadas por la epidemia del coronavirus.
-¿La visita a Portugal y España forma un frente del sur de Europa con vistas al debate sobre el plan de recuperación?
-Portugal y España, así como Francia, fueron los primeros países que hicieron suyo el llamamiento de Italia para que en Europa madurase la idea de que la crisis sanitaria y económica debía tener una respuesta excepcional. El próximo Consejo Europeo discutirá una propuesta que recoge ideas que nosotros avanzamos en el momento más dramático. Si conseguimos que ese plan sea aprobado rápidamente y sin rebajas, será un éxito de toda Europa.
-¿Cree necesario un frente del sur para contrarrestar a los países del centro-norte más hostiles a políticas de solidaridad paneuropea?
-Es necesario que todos los socios europeos entiendan que nuestra casa común ofrece ventajas a todos. Europa no es un juego de suma cero; es una relevante realidad económica y política que todos los actores internacionales deben tener en cuenta en el mundo multipolar que se está desplegando. Países como Portugal, España e Italia pueden ejercer una importante influencia para conseguir una política europea de recuperación que no sacrifique el mercado único. Los enroques nacionalistas conducirían al debilitamiento de nuestro continente y serían un perjuicio para todos. Ante esta grave crisis, o ganamos todos, o perdemos todos.
-Muy pocas veces España e Italia han hecho frente común en los últimos veinticinco años. ¿Alguna cosa está cambiando?
-Mi relación con (presidente español) Pedro Sánchez es excelente. Las buenas relaciones personales entre gobernantes son siempre positivas, pero no creo que debamos “personalizar” excesivamente la relación sólida y profunda que une a nuestros dos países. Con Pedro Sánchez hemos compartido no solo el triste destino de haber recibido el primer golpe de la epidemia en Europa, también hemos compartido el empeño en favor de una respuesta común europea, en el plano sanitario y económico.
-¿Y Francia?
Francia puede tener un papel muy importante en la construcción de un consenso europeo sobre asuntos vitales. Francia se ha colocado rápidamente al lado de Italia y España, defendiendo la necesidad de una respuesta extraordinaria ante una crisis inédita en la UE y ha jugado un papel fundamental gracias a su histórica relación con Alemania. La canciller Angela Merkel ha puesto todo su peso político en favor de una propuesta ambiciosa con una importante cuota de transferencias. El pacto franco-alemán es la base del plan que ahora se está discutiendo.
-¿El premier holandés Mark Rutte le dijo: “Que Italia aprenda a funcionar sola”?
-He respondido públicamente que Italia sabrá levantarse sola. Tenemos grandes potencialidades y estamos poniendo el país en condiciones de superar déficits estructurales. Reaccionaremos. Podemos y sabemos hacerlo. Estamos preparando un Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. Con la misma sinceridad le he recordado a Mark Rutte que los Países Bajos deben contribuir a una solución europea rápida porque está en juego el Mercado Único, del cual Holanda extrae importantes beneficios. No solo Italia, Portugal y España deben espabilar. Toda Europa debe espabilarse.
-¿Existe la posibilidad de una nueva oleada de euroescepticismo en Italia?
-Esta crisis demuestra que los nacionalismos y los populismos solo ofrecen miedo y división. En Italia ha ido creciendo la sensación de que Europa está cumpliendo con su deber. “Los italianos no están solos”, ésta es hoy una percepción en auge. Desde el principio de la crisis, Italia ha querido compartir datos y soluciones. Creo que, dentro de la desgracia, hemos mostrado un camino a otros países. Propusimos rápidamente la necesidad de una respuesta común europea. Los hechos creo que están premiando nuestra orientación europeísta. No se puede defender el interés nacional de Italia “contra Europa” como pretenden los soberanistas italianos.
-Una mayoría de italianos percibe a China como el principal país aliado. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-He leído esos sondeos. Esos sentimientos son consecuencia de la ayuda ofrecida por Beijing en el peor momento de la crisis. Hemos agradecido la solidaridad de muchos países y, evidentemente, esto también vale para China. La cooperación internacional en la lucha contra la pandemia no modifica en modo alguno nuestra colocación geopolítica, que no ha estado nunca en discusión.
-¿Italia vuelve a ser escenario de una segunda Guerra Fría Occidente-Oriente?
-No creo que se pueda hacer un paralelismo entre la situación actual y la Guerra Fría , pero vemos cómo se va materializando un escenario de enfrentamiento entre superpotencias y “sistemas”, que es contrario a los intereses de Italia y de Europa. Debemos trabajar juntos para desactivar una escalada de la tensión entre EE.UU. y China y para evitar una erosión del sistema de seguridad europeo.
-¿Cuáles son las líneas maestras del plan italiano de recuperación?
-Una administración pública más eficiente, una fuerte inversión en la enseñanza y una acción incisiva para simplificar procedimientos administrativos y adjudicaciones de obra pública.