Clarín

Estuvo 20 días al borde de la muerte, se salvó y lo reciben como a un héroe

- CORRESPONS­AL Claudio Andrade bariloche@clarin.com

De los dos meses que estuvo internado por coronaviru­s en el hospital Zonal de Bariloche, Esteban Neculman (55) solo recuerda con claridad el primero. Los demás permanecen en la nebulosa. Un recuerdo gris y ardiente en el que se mezclan los sueños con las visiones religiosas.

El 11 de mayo Neculman llegó al centro de salud preocupado por algunos síntomas de gripe. El año pasado había tenido neumonía y esperaba prevenir un empeoramie­nto de su cuadro. Como representa­nte de una iglesia evangélica venía entregando módulos de comida y barbijos en los barrios más necesitado­s de la localidad y el fantasma del coronaviru­s también cruzaba por su mente.

Los estudios confirmaro­n su positivo de Covid-19. Entonces comenzó su viaje al otro mundo.

En total Neculman estuvo 59 días internado de los cuales 20 los transcurri­ó en coma en la sala de terapia intensiva. Las enfermeras y médicos que lo salvaron le comentaron que en cuatro oportunida­des su estado fue crítico, al borde de la muerte, con su organismo luchando por obtener una fracción de oxígeno.

“Cuando me desperté pensé que había pasado una noche y me dijeron que estuve 20 días en coma, pero del resto de los 40 días no me acuerdo prácticame­nte nada”, detalla.

“'Casi te nos fuiste Necu', me dijeron cuando volví a tener conciencia. Yo soñaba y soñaba, que viajaba en tren, en avión, es lo que me quedó en la memoria”, le dice a Clarín el ex policía y comerciant­e del barrio El Frutillar en el Alto de Bariloche donde tiene una despensa. “El día que abrí los ojos tenía cables y sondas pegadas en el cuerpo, no entendía nada. Una sensación horrible. Lo último que recordaba era que tenía fiebre, me dio positivo el test y después de eso me desvanecí, me desmayé”, indica.

Diez años atrás Neculman fue operado de un tumor en la cabeza por lo que su situación presentaba además otros riesgos de considerac­ión.

“No sabían qué hacer ya para que respirara, me ponían boca abajo, pero lucharon y me salvaron. Yo creo que todo es obra de Dios, no es la primera vez que me saca de una”, asegura. Neculman es líder de la Iglesia “Hay Vida

en Jesús” y explica que sus compañeros de culto siempre oraron por él. “Se juntaban en grupos y oraban, yo creo que vi al Espíritu Santo, tuve un encuentro, algo vi”, subraya.

Neculman está casado con Mirta y tiene tres hijos varones. Toda su familia y otras seis personas de la iglesia debieron permanecer aisladas luego de que se confirmó su positivo.

Cuando regresó a su casa el 30 de junio, pesando 13 kilos menos, el barrio lo recibió como a un futbolista que viene de ganar la Copa del Mundo. “Estaba nevando y los vecinos hicieron una caravana de autos para saludarme”, señala. “Todo el barrio se portó muy bien, cuidaron de mi negocio, se preocuparo­n, la policía de Río Negro también se preocupó”, cuenta.

Por estos días Neculman se recupera en su casa y espera en breve volver a ponerse al frente del comercio y continuar con su trabajo en la Iglesia. “Hicimos como 4.500 barbijos así que queremos seguir con eso y entregando comida”, concluye. ■

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Esteban Neculman. Recuperado.

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