Desde 2009 se fueron 50 autopartistas y se perdieron unos 15.000 empleos
El cierre de tres fábricas autopartistas en las últimas semanas no es aislado, ni consecuencia directa de la pandemia del Covid-19, sino los últimos eslabones de una cadena ininterrumpida de casi medio centenar de cierres en los últimos diez años, alertó la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).
Según la entidad que agrupa a las autopartistas, las principales causas de esos cierres son la presión impositiva, la rigidez de las normas laborales y hasta el abuso de posición dominante de algunas de las terminales automotrices locales, que generaron la pérdida de 15.000 empleos sólo dentro del sector, en la última década. Además, acusaron a las automotrices de incluir cada vez menos componentes nacionales en sus vehículos. "El ratio de componentes importados pasó de 13.000 dólares por vehículo en 2009 a US$ 18.500 en 2019", señaló AFAC.
A través de un duro comunicado, la entidad que preside Raúl Amil se refirió a los recientes cierres de las autopartistas Basf y Axalta (pinturas) y Saint Gobain (vidrios).
"Nos preocupa sobremanera que se interprete que ello es el mero resultado de la coyuntura generada por la pandemia del Covid-19", dice el comunicado. "Cerrar actividades fabriles en el sector automotor requiere procesos de decisión que llevan muchos meses, y a veces años. Entre el año 2009 y la actualidad, han cerrado actividades productivas unas 47 empresas de la actividad autopartista, 17 de ellas en 2019 y lo que va de 2020", agrega.
La enumeración que comienza en 2009 no es capciosa: con la crisis de Lehman Brothers de 2008-2009, en la industria automotriz se cortó un ciclo de recuperación que había dejado atrás la crisis de 2001, con caídas de dos dígitos tanto en la producción como en las ventas. La fabricación de vehículos se recuperó por un corto tiempo (2011-2013) y luego entró en una caída constante que hasta el momento no encontró su piso. Pero entre los autopartistas, el declive comenzó con la crisis de 2008, con la pérdida ininterrumpida de participación de las fábricas de autopartes locales en la fabricación de autos.
Según AFAC, las causas de ese declive son muchas, tanto por causa de políticas de Estado como de la conducta de las propias automotrices. Esta es la enumeración:
• La falta de estímulos y la inseguridad jurídica producida por el permanente cambio de las reglas de juego desincentivan los proyectos de inversión.
• Altísima presión impositiva sobre etapas de producción en los tres niveles de gobierno.
• Derechos de exportación que desincentivan ventas externas de alto valor agregado local y que excluyen de su base imponible las autopartes importadas.
• Normas laborales rígidas y generadoras sistemáticas de contingencias judiciales.
• Protección arancelaria efectiva negativa. El arancel promedio ponderado para las autopartes es del 6/7% mientras que para las materias primas es del 10/12% y para los moldes y matrices necesarios para los procesos de localización es del 35/28/14%%. Ello incita muy claramente a importar las autopartes.
• Abuso de posición dominante en el caso de algunos clientes.
"Sin tener en cuenta los efectos de la pandemia, desde 2011 a diciembre de 2019 se perdieron 15 mil empleos directos en el autopartismo, cayendo todos los años con respecto al año anterior. Si bien es un indicador agregado que no refiere al nivel de integración local, el ratio importaciones de autopartes por vehículo producido pasó de US$ 13.000 en 2009 a US$ 18.500 en 2019", agregó AFAC. ■