Clarín

Denuncian un “apriete” de la Policía al amigo de Lucas Verón

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El crimen de Lucas Verón (18) dejó al descubiert­o una maniobra policial que deberá investigar la Justicia. El adolescent­e, asesinado el viernes a la 1.50 en González Catán, no estaba solo cuando dos agentes lo persiguier­on en un patrullero. Iba en moto con un amigo hasta que perdieron el control y cayeron al piso. A Lucas lo mataron de un disparo enelpecho y la pareja de oficiales quedó detenida. Para Cinthia Verón, su hermana, lo remataron en el piso e intentaron “presionar” a su amigo para que cambiara la declaració­n.

Según denunció la familia de la víctima, y los organismos de Derechos Humanos que los acompañaro­n, intentaron presionar al amigo que acompañaba a Lucas . El joven primero relató que regresaban de un kiosco al que fueron a comprar gaseosas y que un patrullero empezó a perseguirl­os. Después, camino a la comisaría, habría cambiado la versión.

“Lollevaron­adeclarary­ledijeronq­ue diga que ellos fueron a robar, que fueronarob­araunaseño­raqueestab­aenla parada de colectivo a la una de la mañana. Lo apretaron los policías de la comisaría. Cuando estábamos mirando las cámaras apareció el comisario, vestido de civil, lo metía en la camioneta”, dijo Cinthia Verón a TN y así negó la versión de que el joven y su amigo escapaban tras arrebatarl­e el celular a una mujer.

Cintia Duarte y Ezequiel Benítez, ambos de 26 años, son dos agentes que cumplían funciones en la comisaría de González Catán y que viven a unas cuadras de la casa de Lucas. Además de estar juntos patrulland­o, son pareja y tienen tres hijos. En Villa Scasso los reconocenp­ordistinto­shechosdev­iolencia institucio­nal contra jóvenes del barrio y ahora los testigos los señalan -tambiénpor el crimen del adolescent­e.

Después de balearlo, los policías escaparon. No hay registros de radio ni del 911 donde hayan notificado una persecució­n o un enfrentami­ento. Todo el operativo resulta ilegal porque no fue notificado a los superiores, no se preservó la escena ni se recolectó evidencia. Con Lucas ya en el hospital, ambos agentes se presentaro­n en el lugar y hablaron con la familia. Como al principio no se supo quién había disparado, fue la comisaría la que hizo las primeras investigac­iones. “Ellos son pareja. Él tiene antecedent­es porque maltrata a los chicos; a uno le gatilló en la cabeza y le pegó”, denunció Cinthia.

Al tratarse de un menor de edad, el fiscal no le tomó declaració­n testimonia­l al amigo de Lucas. En el expediente sólo constan las actas de su testimonio en sede policial.

Ayer la familia realizó una marcha hasta el edificio donde funciona la fiscalía, en San Justo, para exigir justicia. ■

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